Del olmo sin peras.

¿No tiene delito lo de del Olmo?

Ayer nos enteramos por El Mundo como del Olmo archivó una denuncia contra Hernando sabiendo que había mentido ante la Comisión de Investigación del 11-M.

Hoy sabemos de otra buena. ¿Os acordáis del caso de la mafia policial de tráfico de explosivos? Aquella extraña mochila cargada de Goma2 que apareció este verano en Leganés en manos de un confidente, y la historia de la mujer rusa metida en la cárcel , bajo una falsa acusación, por unos policías contratados por el suegro de la rusa, para quedarse con la custodia de su nieto.

Primero del Omo mantuvo a la rusa en la cárcel durante un mes, aún sabiendo que todo era un montaje contra ella. Luego, por arte de biribirloque, metió en el mismo sumario a dos policías honrados bajo la acusación de haber hablado con un periodista de El Mundo. Y les puso una fianza descomunal, mucho mayor de las que les ponen a los Oteguis de turno. Tuvo que ser su sindicato (CEP) el que les sacara de la cárcel consiguiendo el dinero por suscripción popular.

Después de la fechoría, del Olmo “cayó en la cuenta” de que no era competente en el caso, cuando se lo había estado diciendo todo el mundo desde todas partes, y remitió el sumario a los juzgados de Leganés. Y alli, al hacerse cargo del sumario, dijeron que muy bien, pero que qué diablos pintaban los dos policías acusados de hablar con un periodista en ese asunto, que eran dos cosas distintas y que eso no tenía que ver con Leganés.

Vuelta el sumario a del Olmo. Se supone que lo único que tenía que hacer el ínclito juez es mandar ese caso a los juzgados de plaza de Castilla. Lo hubiera tenido que hacer en primer lugar si no se hubiera empeñado en mezclarlo con la mafia policial, como si quisiera perjudicar a los polis honestos. Pues no.

No señor, hablamos de del Olmo. ¿Con que nos viene del Olmo ahora? Pues con que a pesar de saber que no es competente, retiene el caso de revelación de secretos y lo declara secreto hasta el 18 de febrero.

Una vez un amigo hablaba con un policía de Los Angeles, sobre política y sobre España. El americano quería calibrar el grado de democracia en España, y le preguntó

• ¿oye, cuantos jueces hay en España en la cárcel?

• mmm, … Pascual Estevill, creo.

• Ya. Pues en Estados Unidos hay un buen montón . Esa es la diferencia. No que allí los jueces sean más pillos, sino que cuando la hacen la pagan.