Conspiración.
¿Que diablos pasa con los explosivos?
Llevamos más de un año diciendo que no habían presentado ningún análisis de lo que estalló en los trenes. Como reacción, el gobierno y toda la división mediática de la cloaca se reían y nos llamaban extrema derecha, y por todo argumento señalaban aquel informe patético de los TEDAX que decía “componentes habituales de las dinamitas”. ¿Qué componentes? Ah, eso era imposible de decir, al parecer. No hubo forma de que aceptaran que ningún análisis serio dice “componentes habituales”, así, sin nombrarlos, con un par. Al contrario, preguntar por los componentes era de fachas.
Pedir que se analizaran los explosivos era crispar. Era ser conspiranóico. Y sin embargo ha bastado que el proceso judicial cambiara de fase y llegara a otro juez para que este pidiera los análisis que reclamábamos, como primera medida. Y, vaya por dios, resulta que ahora sí se puede poner apellido a los componentes de un explosivo tras el estallido: nitroglicerina, nitroglicol, nitrato amónico y dinitrotolueno. Tres años después del atentado.
Llevamos más de un año diciendo que si escondían los análisis de los explosivos de los trenes, que si no habían seguido el protocolo y no habían mandado los restos de los trenes a policía científica, y se habían limitado al no-análisis del laboratorio de la señorita Pepis de los Tedax, era porque en los trenes no había estallado Goma2 ECO. ¡Pecado! ¡Horror! ¡Son conspiranóicos locos y peligrosos! Pues vaya, ahora resulta que no era Goma2 ECO.
Pero démonos cuenta de lo que estamos hablando. No es una chapuza; es una ocultación esforzada y consciente durante tres años. Es una conspiración, si señor, para que no se supiera lo que había estallado en los trenes. Conspiración que ha necesitado de:
- Mandar los vagones a la chatarra a las pocas semanas, contra lo que es práctica habitual en estos casos.
- Saltarse el protocolo, y en vez de mandar a analizar los restos al laboratorio homologado de policía científica, quedarse solo con el análisis rudimentario que pueden los Tedax y que Manzano mismo definió después como "investigativo y no científico".
- Insistir en que habían presentado análisis donde solo había una afirmación voluntarista -"componentes habituales", que no explicaba como se llegaba a esa conclusión.
- Negarse a llevar a cabo una prueba pericial de una explosión real, en un vagón real, con 10 kg. de dinamita, para ver qué resulta. Podemos comparar con el ejemplo del atentado del avión que cayó en Lockerbie, donde se hizo la pericial de estallar un boing, para confirmar los reslutados de la investigación.
- Lavar con una mezcla de agua y acetona los pocos restos que dicen haber conservado, y haber tirado después el líquido con los componentes del explosivo en él disueltos.
- Apuntar toda si artillería mediática a bombardear con la idea de que el explosivo del atentado era Goma 2 ECO y ¡Vale Ya!. Los periodistas de El País, de la SER y del ABC no son tontos ni analfabetos. Sabían perfectamente lo que estaban haciendo. Ekaizer no es ni un subnormal ni un ignorante. ¿Por qué hacen lo que hacen?
Los artículos, primero de Fernando Múgica (8.03.05), y luego de Luis del Pino, señalando que la hipótesis de la Goma 2 ECO en los vagones no era más que una deducción basada en pruebas falsas no podía llegar muy lejos, porque eso suponía aceptar previamente la idea de las pruebas falsas, y para eso hay que acercarse al horror del abismo.
En julio pasado Belga196 publicó en el blog de Luis del Pino la metedura de pata de Sánchez Manzano, jefe de los TEDAX, que había declarado en la comisión parlamenaria que “como apareció nitroglicerina, supimos que se trataba de una dinamita, porque la nitroglicerina es componente de todas las dinamitas”. En un año y medio, aparentemente solo Belga196 se dió cuenta de que la Goma 2 ECO no lleva nitroglicerina, y que por tanto no casaba lo de Sánchez Manzano “porque apareció nitroglicerina …” con la Goma 2 ECO. Poco después El Mundo lo reflejó en portada a bombo y platillo, y se armó la marimorena. Que si Sánchez Manzano quiso decir otra cosa, que no sabe de explosivos, que si tal y que si cual. Pero fué a partir de entonces que una masa suficiente de gente comprendió la importancia del cachondeo que se habían traído con los análisis de los explosivos. Con la falta de análisis, más bien. Y la importancia de aquella frase macabra del laboratorio TEDAX “componentes habituales de dinamitas” -¿Componentes? ¿Que componentes? ¿Acaso nitroglicerina, que no hay en la Goma 2 ECO?
Peor o mejor, la cloaca fué superando el mal rato. Tuvieron que hacer pasar a Sánchez Manzano por subnormal -en realidad quiso decir, al parecer, que “la dinamita es componente de todas las dinamitas”. Y del Olmo y ValeYA tuvieron que aseverar que la presencia de Goma 2 ECO estaba “sufucientemente acreditada” y ¡vale ya!. Y El País y el ABC se lanzaron en tromba a tapar agujeros, perdiendo crédito -y lectores- a chorros.
Después llegó Gómez Bermúdez, tras superar tres intentos de descabalgarlo, y aceptó la petición de un abogado defensor de que se hicieran análisis, y en condiciones. Aparece DNT, y la cloaca crea la ridícula “teoría de la contaminación”. Muy bien, País y ABC. Tal vez podrían haberse salvado. El lavado con agua y acetona había hecho desaparecer la nitroglicerina de todas las escasas muestras conservadas. Todas … menos un imprevisto resto de polvo de extintor en el que nadie se había fijado y que no fué lavado. Y que ejerció de esponja, absorviendo y conservando restos del explosivo original. Entre ellos, la nitroglicerina de Sánchez Manzano y Belga196.
¿Conspiranóicos, eh? Pues resula que no era Goma 2 ECO, señores. Y resulta que toda la trola que nos han contado se basa precisamente en la Goma 2 ECO de Asturias y de los moritos muertos en Leganés. Y la historia se ha acabado.
Soil.