Laicismo, y eso.

Me pregunto si no podemos aceptar cierto nivel, inevitable, de conflicto, con naturalidad y sin tirarnos demasiados trastos a la cabeza.

La/s religión/es que por estos pagos conocemos, cristianismo, judaísmo, e islam, son ideas con toda la pretension de verdades absolutas. Y esto no es una opinión; la esencia de esas religiones es que parten del conocimiento de “la verdad”, de la “creación” y del “dios verdadero”, y del bien y el mal. Así, tan tranquilamente. Y que nadie se ofenda, plis, que no se trata de molestar a nadie.

Y los que no compartimos esas ideas, resulta que somos ateos (sin dios), o agnósticos (sin conocimiento), cuando no directamente infieles. O sea, seres manifiestamente deficientes y faltosos. Y en general, cuando no nos da por ser anticlericales, somos bastante respetuosos y no llamamos crédulos a los creyentes, que es lo que nos pediría el cuerpo.

Bien, pues si tienes por una parte unos que “saben la verdad” y otros que piensan que los que “creen que saben” se han tragado un cuento chino, tienes un conflicto. Mayor o menor, pero un conflicto. Y si a ese conflicto le añades el conocimiento científico, cuya historia es la historia del combate contra el pensamiento religioso, pués más conflicto que tienes. Sobre todo en la enseñanza.

Religiones hay muchas, aunque solo una sea “la nuestra”. Ciencia solo hay una, aunque cambie y avance. Y democracia y laicismo, aunque pueda tener formas distintas, y también cambie, como idea es siempre la misma. Y el mundo, poco a poco, cada vez es más un solo mundo. Y a partir de ahí, creo, podemos empezar a pensar y a separar entre lo que queremos para todos, y podemos querer para todos, y lo que no.