Let them die
Let them die
.No es nuevo precisamente, pero acabamos de descubrir este ensayo de Kenan Malik por el post “sigamos con las lenguas” de Teresa Giménez Barbat en su blog la mujer-pez. En parte una lata esta discusión sobre las lenguas, algo que parecía completamente superado hace tiempo. Pero al parecer los neorománticos, racistas, multiculturalistas, y oscurantistas antiprogreso de todo tipo siguen y siguen con el raca-raca, así que hay que volver sobre lo mismo una y otra vez.
Malik da por muy pasados y anticuados los romanticismos referentes a la lengua y al volkgeist (al contrario que nuestro sorprendente visitante Miriku), Herder y tal, como era de esperar:
The human capacity for language certainly shapes our ways of thinking. But particular languages almost certainly do not. Most linguists have long since given up on the idea that people’s perceptions of the world, and the kinds of concepts they hold, is constrained by the particular language they speak. The idea that French speakers view the world differently from English speakers, because they speak French, is clearly absurd. It is even more absurd to imagine that all French speakers have a common view of the world, thanks to a common language.Sin embargo observa, con el mismo asombro que nosotros, el resurgir del oscurantismo por la vía de la defensa de lo que alguno de nuetros ignorantes castizos llaman “el hecho diferencial”:
But if the Romantic idea of language has little influence, the Romantic idea of human differences certainly does. The belief that different peoples have unique ways of understanding the world became, in the nineteenth century, the basis of a racial view of the world. Herder’s volksgeist developed into the notion of racial makeup, an unchanging substance, the foundation of all physical appearance and mental potential, and the basis for division and difference within humankind. Today, biological notions of racial difference have fallen into disfavour, largely as a result of the experience of Nazism and the Holocaust. But while racial science has been discredited, racial thinking has not. It has simply been re-expressed in cultural rather than biological terms. Cultural pluralism has refashioned the idea of race for the post-Holocaust world, with its claim that diversity is good in itself and that humanity can be parceled up into discrete groups, each with its own particular way of life, mode of expression, and unique ‘window upon the world’.Y en ese sentido advierte contra la defensa de las lenguas menguantes que suele hacerse sin tener en cuenta los deseos de quienes las hablan, o las podrían llegar a hablar si se dejan abusar por estos defensores de las particularidades irrelevantes y totalitarias. Su conclusión, la única racional: let them die.
También nos recuerda antiguedades de perogrullo, como el
Nadie puede suponer que no sea más beneficioso para un bretón, un vasco o un navarro francés que se le incorpore a la corriente de ideas y sentimientos de un pueblo altamente civilizado y cultivado —ser miembro de la nacionalidad francesa, admitido en plano de igualdad al disfrute de todo el prestigio de la ciudadanía francesa, compartiendo las ventajas de la protección francesa y la dignidad y el prestigio del poder francés—, en vez de sentarse mohino sobre las rocas, reliquias semisalvajes de tiempos pasados, girando en su propia pequeña órbita mental, sin participación o interés en el movimiento general del mundo. Este mismo comentario se aplica al galés o al montañés de Escocia como miembros de la nación británica […] Cualquier cosa que realmente tienda a la mezcla de nacionalidades, y a la fusión de sus atributos y peculiaridades en una unión común, beneficia a la raza humanade John Stuart Mill.
Desgraciadamente habrá que pensar en recuperar el armamento intelectual que pensábamos que no volvería a hacer falta, ya que hay que volver a defenderse de la oscuridad que otra vez trata de sumergirnos en la ignorancia y el retraso. De ahí que hablemos de, y enlacemos, este ensayo de Let them die.
°¿°