En resumen
Zetapé: No, no, no puede ser, y lo que no puede ser es que no puede ser, vamos, que somos muy amigos, pero que no.
El Kalendari: ¡Que no te enteras Charles Boyer! Pero da igual, no se entera pero, tranquilos, que tenemos una negociación en curso y esto es solo el primer paso.
El Bermejo: Si, pero no, pero no, pero sí. Todo depende de la jugada.
Conclusión: ¿Se acuerdan de cuando lo más legal del mundo, el imperativo legal, vamos, era que De Juana estuviera dando paseítos por Sanse, y un poco después era exactamente lo contrario? Pues eso, que esa es la idea de este gobierno de lo legal. Porque la ley son palabras, y las palabras están al servicio de la política, y no al revés, según el flautista. O sea, que de momento, el referendum viento en popa.