Plazaeme preservado

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Monografismo tontigráfico, o los nazis mienten.

Nos contaba / demostraba ayer Rosa Díez la mentira innata del nacionalismo vasco. Con el ejemplo del “plan para la paz” del PNV de 1978, “por una Euzkadi en paz”, decían entonces. Plan que ya hemos rebasado por todos sus lados habidos y por haber. Y seguimos hablando de lo que necesitan, para la paz. Que ya no es lo que necesitaban en el 78, como lo que necesitan hoy no es lo mismo que necesitarán más adelante. ¿Expulsarnos a todos tal vez, más allá del “como alemanes en Mallorca”?

Hoy va de anécdota gráfica. Cuando entonces, una de sus peticiones era que les dejaran escribir sus nombres y apellidos de forma extravagante, para diferenciarse todo lo posible de la grafía española. O sea, lo de Patxi (López) y esas txorradas. -De acuerdo, ningún problema, escribe lo tuyo como quieras. Pero mentían, que es lo suyo. No querían cambiar sus apellidos, querían cambiar tambien los nuestros. Y nos cuenta un amigo recién ingresado en una universidad de aquí, que a él le han cambiado el apellido, sí, o sí.

- Que protestes todo lo que quieras chaval, que no tienes nada que hacer. Que aquí la "CH" se escribe con "TX", y por tanto tu apellido también. Y si no te gusta, te jodes.
Así que si los ministros del ZoPenco trajeran a sus parientes a estudiar en este proyecto de Vasquilandia, serían reconvertidos en cosas como Pernández de la Bega, Rubalkaba, Albarez, Kabrera, Kaldera, Klos, o Txacon. Todos txaconizados. Pero no hay caso, porque tendrían que estudiar vascuence, o tal vez en vascuence, y ¿para qué querría ningún Pernández de la Bega, Klos, o Txacon, una inkonbeniencia así? Aunque, por otra parte, tratándose de ministros zetapéticos, lo mismo hasta les gustaba.

Hubo quien lo avisó entonces, pero en general no les hicieron caso. Y eso cuando no les insultaban, a los que dijeron que la idea de libertad de estos nazis consiste en la libertad para imponernos sus gileces a los demás.

Pues parece que ya han tensado la cuerda todo lo que se puede tensar. Ya hemos llegado al momento en que, o ganan, o pierden. Pero han pasado más allá de cualquier posibilidad de acuerdo. Y como no lo consigan con el flautista ZetaPista, no parece que lo vayan a conseguir jamás. Pero pueden conseguir, si no ganan, que a base de tocar mucho los cataplines, hayan generado tal odio por sus cosas, que si la tortilla se da la vuelta, desparezcan las txorradas y sean enterradas para siempre, siempre, siempre. Que es el peligro que se corre cuando se apuesta demasiado fuerte, o demasiado insensatamente.