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Euskera, vascuence, lenguas.

Abusamos de un artículo de JM Ruíz Soroa en El Correo Digital, que acaba así:

¿Normal o extravagante?

… / …

Lo más lógico y ‘normal’ sería concentrar progresivamente el lenguaje de las instituciones europeas en un solo un idioma, probablemente el inglés. Me parece que sería más práctico y sencillo para los ciudadanos europeos y ahorraría una enorme cantidad de costes de transacción entre ellos, que es de lo que se trata. ¿Qué con ello el castellano podría llegar a perder peso y atractivo en Europa? No es algo que me preocupe en absoluto. ¿Cuántas lenguas se han perdido para que usted y yo podamos llegar a entendernos, amigo lector? Pues más aún se perderán para que lo consigan los tataranietos de los actuales pobladores del mundo. ¿Saben ustedes que el 25% de las lenguas vivas en el mundo cuentan con menos de mil (1.000) hablantes? ¿Y que el 50% cuentan con menos de diez mil seres humanos que las hablan? Que hay países como Indonesia que poseen 694 lenguas, o Papúa-Nueva Guinea que tiene 673, o India 337. ¿Maravilloso o pavoroso?

Les facilito unos sencillos datos del censo actual de lenguas en el mundo: sólo el 3,4% de ellas (unas 230) corresponde al continente europeo entero (UE o no); en cambio, el 14,9% (1.013) corresponde a América, el 30,2% (2.058) a África, el 32,3% (2.197) a Asia y el 19,3% (1,311) al Pacífico. Lo curioso de estos datos es observar la enorme capacidad reductora de la multiplicidad lingüística que ha tenido Europa en comparación con otras regiones del mundo. Y la pregunta obvia es: ¿Tendrá ello algo que ver con su temprano éxito?

Las lenguas, aunque a algunos les cueste entender esa simple verdad, están hechas para que los seres humanos se entiendan, no para que se frustren entre sí, ni para que se las convierta en el reducto del narcisismo de la diferencia. Su único valor es su capacidad comunicativa, nada más.

[Leer desde el principio —>>]

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Y aprovechamos el abuso para hacerle una apostilla al artículo. Solo hay una forma de mantener vivo el maldito vascuence, y eso que llaman “cultura vasca”. No solo haciendo un gran esfuerzo obligando al personal a conocerlo y a usarlo, que con eso no bastará, sino aislando Vasquilandia del resto del mundo, y especialmente de las culturas dominantes. Marginándolo.

Los Batasunos, que se engañan mucho menos que los del PNV, lo han comprendido perfectamente, y de ahí su fobia a la Y, y a cualquier cosa que huela a comunicación, desarrollo o modernidad. Y de ahí su afición a cosas como esta foto que sigue …

… o sea, Vasquilanda .

Porque, a fuer de peñazos, lo repetiremos. ¿Que se hubiera perdido si hubiera desaparecido el vascuence hace 200, ó 100, ó 50 años. Una lengua marginal entre varios miles de lenguas, la mayoría también marginales. ¿Y que se perdería si desapareciera el vascuence hoy? Lo mismo. Y además de lo mismo, se perdería la mejor herramienta que tiene nuestro nacionalismo, que es especialmente troglodita, bestia, pedestre y desmotivador. O sea, que saldríamos ganando. Los vascos, saldríamos ganando.

Y como viene al pelo como ejemplo, ponemos una reciente “carta de los lectores” del Diario de Navarra, recogida por Maite Txumía en el blog de CMG [+], desde el de Juan Pedro Quiñonero [+]:

DIARIO DE NAVARRA

CARTAS DE LOS LECTORES

Un asesino haciendo compras

‘Recientemente se ha publicado la noticia de que Patxi Zabaleta va a interponer una demanda contra Miguel Sanz. Al parecer, el parlamentario de Aralar se ha sentido herido por algo que dijo el presidente. Me he animado a escribir esta carta al conocer su iniciativa. Lo hago para contarle a Zabaleta el encuentro que tuve el pasado 30 de octubre con Vicente Nazábal, que además de ser su compañero de despacho es el asesino de mi padre, Jesús Ulayar Liciaga.

El episodio empezó cuando mi mujer y yo nos encontrábamos de compras en El Corte Inglés. Vicente Nazábal estaba haciendo lo mismo con su compañera y su hijo, un niño pequeño al que llevaban en un cochecito. Nazábal nos vio y empezó a reírse con desprecio mientras abría las piernas y se llevaba la mano a los testículos. Yo le dije lo mismo que ya le había dicho en otras ocasiones: ‘Asesino’. En el fondo, se trata de una definición. Él insultó a mi mujer y a mí me llamó ‘Hijo de puta’, a pesar de saber muy bien que mi madre -a la que él dejó viuda- falleció el pasado mes de agosto después de dos años de penosa enfermedad.

Entretanto, la compañera de Nazábal gritaba ‘¡Libertad de expresión!’ y nos llamaba ‘falangistas’ y ‘españoles’. Mi mujer le contestó que ‘españoles amucha honra’ y Nazábal volvió a insultarle, esta vez en vasco. Yo le dije que era tonto, que era el más tonto del pueblo por haberse pasado lo mejor de su vida en la cárcel (17 años escasos).

Pagamos nuestras compras a unos empleados llenos de asombro y ya nos íbamos de allí cuando en las escaleras automáticas volvimos a encontrarnos con la familia Nazábal. Esta vez, Vicente nos hizo una ostensible reverencia para cedernos del paso. No pude menos que llamarle de nuevo ‘asesino’, ‘carnicero’, ‘verdugo’ y ‘escoria’. Nos insultó mientras su compañera retomaba la cantinela de la ‘libertad de expresión’ y amenazaba con denunciarnos.

Es curioso que alguien quiera protegerse (¡) de mi mujer y de mí apelando a la libertad de expresión. Espero que también nosotros podamos emplearla para recordar a quien quiera oírnos que el 27 de enero de 1979, en Etxarri-Aranatz, Vicente Nazábal Auzmendi mató de cinco tiros a un señor indefenso que se encontraba en la puerta de casa con su hijo de trece años. Le ayudaron en el crimen su hermano Juan y otros dos secuaces, como explica con detalle la sentencia 62/1979 de la Audiencia Nacional, fechada el 27 de junio de1980.

En fin, señor Zabaleta: ahora usted también conoce lo ocurrido Y si se sintió herido por unas palabras de Miguel Sanz, confío en que esa misma sensibilidad le ayude a ponerse en mi lugar y en el de tantos otros. Y hasta le pediría que ‘repruebe’ -ya sé que le gusta másque ‘condenar’- la actitud de su compañero de despacho.’

JOSÉ IGNACIO ULAYAR MUNDIÑANO, hijo de don Jesús Ulayar Liciaga

Vasquilandia.