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Cambio climático y temperaturas. Un poco de perspectiva.

Ya sabéis en lo que andan ahora los calentólogos y algoreros. Como las temperaturas no siguen subiendo -según sus prodigiosos modelos matemáticos habían predicho, ahora sacan la nueva idea de que vale, que los océanos y sus circulaciones influyen en la temperatura global, y que han corregido sus modelitos, y que tras un breve descanso el camino hacia el infierno proseguirá en breve y con más brío.

Así que tenemos por una parte un grupo de científicos incapaces de hacer predicciones, con una teoría que los datos contradicen y que solo se apoya en modelos computacionales creados por ellos, anunciando el apocalipsis. Y que proponen como remedio un montón de impuestos y un encarecimiento general de la energía; o sea, un empobrecimiento de casi todos para beneficio de unos pocos: los gestores de los bonos de carbono y los productores de energía renovablemente carísima.

Y por otra parte un grupo de científicos que dicen que la tesis del calentamiento global debido a las emisiones de CO2 no se sostiene frente a los datos conocidos, que no hay nada que haga pensar que las variaciones climáticas observadas el último siglo (0,7ºC de aumento de temperatura global) no sean naturales y normales, y que hay hipótesis científicas mucho mejores, como la primordial influencia del sol en el clima, para explicarlo. Por ejemplo estos –>.

¿Por qué no esperamos diez añitos para ver si los calentólogos tienen razón, o se la pegan para siempre? ¿Por qué no castigamos con nuestros votos a los políticos caraduras que dicen que el cambio climático ha causado más muertes que el terrorismo internacional [–>]?  ¿Y a los que aplauden cuando Hansen propone enjuiciar a los jerifaltes de las petroleras por sembrar dudas sobre su revelada verdad?

Mientras tanto, pongamos un poco de perspectiva sobre las temperaturas globales y su serie histórica. Aquí un cuadro de Bob Carter (Dr. R.M. Carter, professor, Marine Geophysical Laboratory, James Cook University, Townsville, Australia), de su artículo The Myth of Dangerous Human-Caused Climate Change

[wp_caption id=“attachment_799” align=“aligncenter” width=“500” caption=“The last warm periods R. M. Carter”]geological warm periods r m carter[/wp_caption]

Explicación:
FIG 10 - Oxygen isotope time series for the last 5000 years, GISP2 Greenland ice core (light line; same dataset as Figure 7), fitted with a moving average (dark line; after a slide by Andre Illarianov, 2004). The Late 20th Century Warm Period represents the latest of a regular millennial cycle of similar warm periods (grey stripes). The Late 20th Century Warm Period may have equalled the magnitude of the Mediaeval Warm Period, but it has not yet attained the warmth of either of the preceding Roman or Minoan Warm Periods.

Los calentólogos están haciendo trucos de magia como presentarnos dibujitos de este tenor del de la derecha. ¡Guau!, como suben las temperaturas. Pero no es más que la parte de la derecha del cuadro anterior, la salida natural de la “Pequeña Edad de Hielo”, y no asusta más que el arranque del Perído Cálido Medieval, donde nadie le puede echar la culpa al CO2 del hombre.

Pués esperad a este verano. Ya que no podrán hablar de récords de temperaturas, machacarán con el hielo del Polo Norte. Veréis, veréis, todos los periódicos y teles sacarán algo como un lago de agua en el polo y osos polares con apariencia de colgados y náufragos en un témpano de hielo aislado. Pero recordad lo obvio: que los osos sobrevivieron, y muy bien, los anteriores períodos cálidos. Y recordad la foto que viene a continuación. Está tomada en 1987, y sacada durante un encuentro en el polo entre dos submarinos nucleares USA y uno británico … ¡en mayo! Imaginad el lago que debía haber alli en septiembre. La foto viene de la US Navy.

[wp_caption id=“attachment_801” align=“aligncenter” width=“500” caption=“North Pole ice spring 1987”]North Pole ice spring 1987[/wp_caption]

Por cierto, es verdad que está disminuyendo el hielo en el Ártico. Pero no disminuye porque allí aumenten las temperaturas, que no están aumentando. Y además en la Antártida el hielo está aumentando. Hay tres tesis para esta disminución. La oscilación multidecadal del Atlántico (AMO), el vulcanismo submarino, y una bastante interesante: la carbonilla (que no CO2) emitida por las industrias y los motores (sobre todo diesel) del hemisferio norte, que se deposita sobre la nieve polar y disminuye su albedo.