SGAE: la cultura no puede ser gratis
Eso dice un tal Farré, director de Relaciones Institucionales de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), en nombre de un grupo de presión llamado Coalicion de Creadores e Industria de Contenidos. “La cultura no puede ser gratis”, opina Farré. [–>].
Vamos a ver, Farré. ¿Estás hablando de “la cultura” o estas hablando de los contenidos de la industria del ocio? ¿Es parte de “la cultura” el conocimiento de que la masa y la energía son dos formas distintas de la misma cosa? Pues resulta que “detrás de la construcción” de ese conocimiento, “se encuentra el esfuerzo y el talento de una persona”, como tú dices. Y aún así siempre fué gratis saber y copiar y transmitir eso. Cultura, tío. Lo del Rey del Pollo Frito es otra cosa. “La cultura”, no solo puede ser gratis, sino que debe serlo. Y encima van de progres.
Mira Farré, hay gente que se esfuerza y gasta su talento en muchas cosas que le copiarán. Por ejemplo Umbral con su estilo. ¿Por qué no proponéis “derechos de autor” sobre el estilo? ¿O sobre simples expresiones inventadas por alguien? O sea. ¿Porque sería absurdo, no? Porque haría más mal que bien, ¿no? Pues de eso precisamente se trata. De saber si los derechos de autoría intelectual, tal y como vienen heredados de un pasado que ya no existe, son aun convenientes, o si son una lacra que nos conviene cambiar.
¿Nos interesa el monopolio de la copia de música y literatura tal y como está concebido? ¿Nos interesa la pérdida de libertad y del secreto de las comunicaciones, o pagar un canon, quieras o no quieras, para tener derecho a copiar lo que probablemente nunca vayas a copiar? ¿Nos interesa a cambio de qué, o para evitar qué? Los músicos pueden vivir de la música, sin vivir de la copia de su música. Con un procedimiento llamado conciertos. Y la distribución gratis de su música por internet lo que consigue es llenar sus conciertos, si su música mola. Los escritores pueden vender ellos mismos sus libros (de papel) a través de internet, y la copia digital no les perjudica porque casi nadie es capaz de leer una novela en una pantalla. Al contrario, la copia digital incentiva la venta, si el producto es bueno, de la copia de papel. Y las pelis. ¿Que tendrá que ver el visionado de una película en el PC con su disfrute en un buen cine? Pero sí, es posible que la industria cinematográfica tenga más problemas. ¿Y bien? Lo suyo será que se adapten, y no que nos adaptemos los demás a sus problemas.
Farré, no digas fantasmadas. “Las edades de Lulú” difícilmente son parte de “la cultura”. Ya nadie se acuerda de aquello que no fue cultura, sino un relativamente exitoso producto de marketing. La cultura, al contrario, avanza porque es gratis y circula libremente, y porque los que acaban de llegar pueden usar lo que construyeron los que estaban antes que ellos. O como dijo Bernardo de Chartres, y con impresionante humildad repitió Newton, “si nosotros vemos más lejos es porque estamos subidos a hombros de gigantes”. Cultura, Farré. Gratis.
Y si por casualidad la obra de uno de tus representados llegara a ser parte de “la cultura”, entonces lo que la ley debería decir es lo contrario: lo siento, pero esto es cultura, y ahora es de todos. Precisamente por ser cultura, y no una más de las bobaditas para pasar el rato que tú te empalagas llamando cultura.