Pujol, el héroe del llanto.
Jordi Pujol ataca con nuevos llantos. Y como es normal para quien no descansa de mirarse el ombilgo, -yo, nosotros, Cataluña- el llanto no puede ser sino un llanto paranóico.
- -¡Nos odian!
- -¡Nos atacan!
- -¡Nos roban!
- -¡Conspiran contra nosaltres!
Por eso es tan conveniente abandonar la razón y adentrarse en los vericuetos de los delirios autorreferentes y la manía persecutoria. Así nadie le va a pedir explicaciones sobre como se puede ser superior (una sociedad superior o una etnia superior, según el delirio), y al mismo tiempo llorar todo el rato porque los piojosos inferiores no te dejan ser quien eres. Muy prćtico. No necesitan esforzarse, porque ya son superiores; pero pueden estar todo el día llorando, como esclavos, sin sentirse como una mierda.
Dice Pujol, el héroe del llanto, que -“existe el peligro de que nos conviertan en una cosa residual, hace siglos que lo buscan”. Y no se entiende como puede mirar tanto a Cataluña, y no ver nada. No ver que antes de Pujol Cataluña era locomotora. Y que cuanto más delirio paranóico, más se va deslizando hacia la “cosa residual”. Precisamente. Pujolmente.