Al circo le crecen los payasos.
Estábamos en medio de una crisis especialmente preocupante, porque ni los más entendidos saben a donde va a llegar, cuando …
¿¿crisis, qué crisis??En el circo no hay crisis, señores. El círco es puro espectáculo para que ustedes lo pasen bien, y no se vayan a amargar con la cosa de los euros. Y por eso tenemos un circo con varias pistas, desde las que los más formidable actuantes se esfuerzan en demostrar que cada uno de ellos es capaz de mear más lejos de lo que jamás lo haya hecho nadie en toda la historia de la Galaxia.
Tenemos la pista de las tribus y las parlas, donde le cambiarán a usted lo que habla, por otra lengua distinta. ¿Sorprendido? Pues eso no es nada, que después le convencerán de que su lengua no es su lengua, sino que su lengua de verdad, propia, auténtica y fetén, es una entrañable fabla local que usted desconoce, y que a partir de ahora tendrá que esforzarse en aprender.
Desde la pista central, el gran mago del circo le convencerá de que el sistema finaciero más sólido del mundo, precisa de su ayuda, incluidos sus humildes bienes, para sobrevivir. -¡Si, los suyos! No se haga el despistado, y acérquese a aquella mesa, donde se los recogerán.
Pero es en una pista lateral donde va a ocurrir el más espectacular de los prodigios:
¿Vive Franco?Eso pregunta, con las esposas preparadas, el artista de esa pista. Que se quedó sin Pinochet, y jamás lo intentará con Castro. Y que desesparado, ha optado por lo facil, y ha decidido empitonar a las estampitas de los libros de hitoria. Y recrearles a ustedes con las más increíbles piruetas, como por ejemplo driblar a la fiscalía con la excusa de que es preciso iniciar raudamente un sumario, “vista la gravedad de los hechos”.
¿Que qué? ¿Estupefactos? Es cierto que este circo sale un poco caro, pero ¿quien puede negar la calidad del espectáculo?