SGAE: la cultura de los trogloditas paletos.

Quieren “devolver el orden a internet” para “luchar contra la piratería” [–>].  Y se definen como defensores de la cultura, tú. Más todavía, se definen como la cultura misma. El Rey del Pollo Frito, Teddy Bautista, y por ahí. Viejos revolucionarios cuya revolución consiste en pedir la violación de las comunicaciones privadas para salvaguardar el gran negocio de las multinacionales discográficas.

Y quieren devolver el orden a lo que nunca ha tenido orden. A lo que ha nacido, precisamente, del desorden, por el desorden, y para el desorden. La internet.

Así es como entienden estos culturetas la revolución cultural que ya ha tenido lugar en el mundo, y que no hay asno musical que vaya a poder parar. Y le llaman piratería a una actividad que no es ilegal, y que practican la casi totalidad de los chavales de todo el mundo. Para ellos, la gente toda, sus supuestos clientes, son unos “pendejos digitales”, y unos piratas desaprensivos. Pretenden vender a quien insultan, y a quien no comprenden. Y no les entienden por la sencilla razón de que no pueden comprender como es el mundo hoy. Solo son trogloditas anclados en el paleolítico. Paletos de la aldea pre internet, mareados y confundidos en la aldea global. Pero se llaman “La Cultura”.

Tienen poder, sí. Y tienen magníficas relaciones con el poder de la pasta y de la política. Una relación simbiótica; tu me ayudas, yo te ayudo. Yo te invento y propago el gesto de la cejita, y el slogan de “vota alegría”, y tú cobras para mí un canon a todo el que se mueva. Como pagar por el derecho de existir.

Pero no entienden el mundo. Ni los trogloditas musicales, ni los trogloditas políticos. No comprenden que los datos digitales, y sus inevitables soportes de grabación, no son un capricho, sino una necesidad tan imprescindible como respirar. Han conseguido cobrarnos por ello. Han conseguido cobrarnos por respirar, y están preparando nuevas medidas para recolectar este impuesto universal para enriquecimieto particular. Medidas que suponen acabar con el derecho a la intimidad de las comunicaciones entre las personas. O es posible que en realidad si lo entiendan, y estén intentando pillar los últimos euros antes de que el mundo los encierre en su cueva paleolítica para siempre. Pero en su ignorancia no comprenden que si acaban con internet, con el espíritu de desorden (precisamente) que es la clave de internet, inventaremos otra internet.

Tienen mucho poder, y sin embargo los tenemos rodeados.