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Original: http://plazamoyua.com/2009/02/17/3195/

2009-02-17 - publicado por: soil

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Garzón: el chivatazo del Faisán sigue esperando.

Los jueces están de protesta, y es posible que tengan razón. Pero, ¿cuando vamos a protestar los cuidadanos de los atropellos de los jueces? Por ejemplo, cuando Garzón se queda para sí un caso que hasta un niño de teta sabe que no le corresponde, y aporvecha los plazos que le concede su decision estrafalaria para imputar y encarcelar a los policías que denunciaron a sus jefes. Y es que eso produce unas consecuencias para las personas que luego se demuestra que  no son de ley. Pero el daño ya está hecho, y a menudo las consecuencias mediáticas son irreversibles. ¿Y nadie tiene responsabilidad? ¿Eso no tiene castigo?

Cuando Garzón les amarga la vida durante diez años a los del caso Tele 5, y a algunos les jode la vida profesional para siempre, por una instrucción de la que el resultado del juicio es la absolución, ¿hay que fastidiarse tranquilamente y quedarse esperando a que ocurra la siguiente? ¿Y cuantos más casos así se pueden citar? ¿Olvidamos el caso del Lino cuando Garzón, otra vez incompetente, vaya por Dios, procesa a uno del PP cuatro días antes de las elecciones, lo que permite a Bono presentarse ante las urnas diciendo que “la justicia” le había dado la razón?  ¿Es que nunca le vamos a poner límite al atropello judicial? ¿Tienen los jueces razón, o tienen Garzón?

No es lo mismo que a alguien le imputen un delito, y le juzguen rápidamente tras una instrucción razonablemente ágil, y salga inocente, que tener a ese alguien en la cuerda floja y en la diana mediática durante años y años, sin que lo merezca. Y cualquier sistema judicial razonable partiría de la base de que un juez concreto solo pueda llevar a cabo esa gracia un número limitado (y escaso) de veces. Por ejemplo, un carnet por puntos judicial sería estupendo.

Y la Audiencia Nacional debería estar especialmente controlada. Puede ser necesario un tribunal especial, para delitos muy especiales. Pero precisamente por el peligro y el contradiós jurídico que representan los tribunales especiales, es imprescindible que se evite cualquier tendencia entre sus miembros a quedarse con casos que no les corresponden. Y mucho más, si llevan a cabo actuaciones judiciales de graves consecuencias mientras se dirime su competencia. Pues no solo no hay nadie que se está preocupando por ese peligro, sino que tampoco parece que haya nadie preocupado por que eso ocurra una y otra vez.

¿Cuantas veces hemos visto la jugada? Caso de relevancia política. Le toca a Garzón. Todo el mundillo jurídico afirma que no es un caso para la Audiencia Nacional, pero Garzón se declara competente. Competente y con prisas, porque se pone a abrir tumbas. Es urgente resolver la causa general del franquismo y sacarla de los libros de historia. Y luego resulta que no era competente, como todo el mundo sabía. Pues si Garzón se empeña, una y otra vez, en no saber lo que sabe todo el mundo, ¿no será que no sabe lo que debe saber para estar donde está? ¿No ha perdido ya los puntos suficientes como para que le quiten el carnet? Pues no parace, porque dicen que se va a presentar a presidente de ese tribunal tan especial, y tan poco peligroso.

¿Y nadie le puede exigir al Garzón de turno que avance el sumario del chivatazo del bar Faisán? Hablamos de mayo de 2006, de un presunto chivatazo de la policía (o Ferraz) a la red de extorsión de ETA, para que no les cojan. Grande Marlaska abrió una pieza con ello, mientras hacía una sustitución en el juzgado de Garzón, y eso es todo lo que pasó y lo que ha pasado desde entonces. Que se abrió una pieza, de la que no se sabe más.

El 4 de mayo (2006), Joseba Elosua, propietario del bar Faisán, en Irún, recibió una llamada que le alertaba de una redada que iba a ordenar, de un momento a otro, el juez Fernando Grande-Marlaska. Según los datos contrastados de la investigación, el responsable del entramado financiero terrorista habló desde su coche con su cuñado y le explicó que "un hombre" le había pasado un teléfono móvil. Al otro lado, alguien le advirtió de que era controlado por la Policía y de que iban a producirse detenciones.
La grabación de la conversación de Elosua con su cuñado llegó a manos del juez Grande-Marlaska, que ordenó instruir una pieza separada de la investigación contra el entramado financiero.
En aquella fase, la investigación identificó una llamada que se realizó desde la sede del PSOE en la calle Ferraz (Madrid) hacia la zona del Bar Faisán. Era el jefe de seguridad del PSOE, Fernando Mariscal, que había hablado con el comisario Manuel Risco. Según explicó Mariscal, se trató de una llamada de felicitación, ya que aquel día era el cumpleaños de Risco.
Con el regreso de Garzón al Juzgado numero 5, la Guardia Civil fue relevada de la investigación y el caso no ha vuelto a dar ningún resultado.
Va para tres años que el caso descansa en el juzgado de Garzón el incansable.
El PNV podría estar pillado por el caso del Bar Faisán. El PSOE por el del chivatazo. Y en medio de todo, alguien tan poco sospechoso de ser especialmente sensible a las circunstacias extrajudiciales como Garzón. Pero Garzón está ahora mismo, en plenas elecciones, muy dedicado al caso Gürtel, que afecta al PP. Caso en el que, vaya, vaya, su competencia es muy discutible. Y sin embargo el Faisán es un caso de terrorismo, y nadie discute, por tanto, la competencia de Garzón. Pues no avanza.
Algo funciona mal cuando los jueces pueden causar, legalmente, tanto daño injustificado, sin tener que responder por ello. Y pueden, tan tranquilamente, seguir haciéndolo sin que nadie les pare los pies.

Algo huele a podrido en el reino de Dinamarca. Encausar a un inocente es un atropello judicial; puede que disculpable, y puede que a menudo inevitable. Tenerlo encausado durante años y años, o encausarlo desde la incompetencia con daño irreparable o con daños a terceros, es un atropello que el sistema debería de hacer todo lo posible por evitar. Y sobre todo, es algo que el sistema debería de evitar que un mismo juez pueda repetir. Carnet por puntos para los jueces, por favor. Pero ya.


  • soil 2009-02-17 13:34:04
    Un abogado amigo me manda la típica respuesta de abogado: Tienes algunas imprecisiones en el artículo. Aunque en general está bastante bien. No te olvides de tres cosas que han de iluminarte siempre que escribas de Garzón. 1).- Ell Instructor jamás inicia un caso. No decide. En la fase de instrucción, el proceso penal funciona a impulso de parte. 2).- Mucho más de la mitad de las instrucciones en este país terminan en archivo de la causa y/o absolución del imputado. 3).- Todo error (o desacuerdo con el juez) tiene solución. El derecho constitucional a la tutela judicial garantiza el sistema de doble instancia (recursos) Ya hablaremos. Aunque te adelanto que el derecho procesal (aunque precioso) es muy complicado. La gente no tiene ni puta idea. abogado. --------------------- Pero no me convence nada: O estás de acuerdo en que un juez de un tribunal especial puede declararse competente contra viento y marea, y tomar decisiones espactaculares mientras se dirime su competencia, y hacer esto por sistema a lo largo de su carrera, o no estás. That is the question. Carnet por puntos, o jueces que no responden ni ante Dios. Y si el 50% de las instrucciones penales acaban en archivo o en absolución, habría que replantearse completamente lo que pueden y no pueden hacer los jueces durante la instrucción. Y habría que establecer un control de calidad. Por ejemplo, tener en cuenta el número de instrucciones sin fundamento que ha hecho un juez hasta el momento, antes de ascenderle. Contando también con las putadas que haya producido a los encausados inocentes en esas instrucciones infructuosas. Y no, no todo error (o desacuerdo con el juez) tiene solución. Tendrá solución jurídica, pero no personal ni política. Si a un tío le han jodido su vida profesional, como por ejemplo a Miguel Durán, eso no tiene solución. Si un instructor alegre aprovecha el momento en que se dirime su competencia para encausar a gente de un partido durante unas elecciones, y eso favorece al otro partido en el resultado, eso no tiene solución. Ya sé que los instructores no inician un caso. Pero el gobierno sí. Y parece estadísticamente comprobado que muchos instructores tienden a remar en la dirección del gobierno. A veces, hasta cazan juntos con el ministro. Otras veces son los financieros encausados los que les esponsorizan conferencias por el mundo adelante. De todo hay en la viña del señor. Por eso pido un control de calidad, o un carnet por puntos. soil.