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Dados cargados en el juego climático

Pillado, resumido y adaptado de Climate Audit [ver –>]. El relato de Galth Paltridge está completo.

En la discusión de la hipótesis del CO2 como peligro potencial, la clave está en la “sensibilidad” del clima a un pequeño aumento de temperatura provocado por el CO2. El CO2 por si mismo, en las cantidades que hablamos, no tiene capacidad para aumentar mucho la temperatura. Lo que discuten es si puede desencadenar otros fenómenos que realimenten el proceso, multiplicándolo.

Una de las claves para ver si eso ocurre, tal vez la clave, es la humedad en la media y alta troposfera. Si sube al aumentar el CO2, o baja. En el primer caso provocaría una realimentación positiva, y daría pie a las teorías alarmistas. En el segundo, las haría imposibles.

Y en febrero acaba de haber un perfecto ejemplo de como funciona la ciencia climática. Y afortunadamente podemos contar con un buen relato. No se trata de corrupción, ni mucho menos de conspiración. Solo se trata de que a un lado de la barrera se vive mucho mejor que al otro, y que a la mayoría le gusta vivir bien. En Vasquilandia sabemos bastante de eso.

El caso:

El 26 de febrero, Garth Paltridge, Albert Arking y Michael Pook’s, científicos climáticos con una larga y distinguida lista de publicaciones y estudios, presentaron un trabajo sobre la tendencia de la humedad en la media y alta troposfera, derivado de un análisis de los datos de radio-sonda de los globos meteorológicos.

Saber esa humedad es un asunto difícil, en que los los datos no son ni muchos ni buenos. Aunque es un asunto clave. Los datos que hay vienen o de los globos, o de los satélites, y los dos tienen problemas. La conclusión del trabajo fue:

  • la tendencia (a esa altura) en los últimos 35 años es claramente negativa.
Este tendencia de la humedad en esa zona es inconsistente con los cálculos de los modelos climáticos, y es bastante (aunque no del todo) inconsistente con los datos de los satélites. La realimentación (feedback) en los modelos climáticos es positiva, principalmente porque mantiene constante  su humedad relativa según el planeta se calienta. La tendencia negativa en la humedad total hallada en los datos del NCEP implicaría que la realimentación de largo plazo del vapor de agua es negativa -que reduciría más que amplificaría la respuesta del sistema climático a una fuerza externa como el aumento del CO2. En este contexto, es importante establecer qué aspeco de las tendencias observadas  (en su caso) sobreviven un examen detallado del impacto de los cambios habidos en la instrumentacion y protocolo de las radiosondas de las varias redes internacionales.
Extraen unos datos, y piden más estudios, dada la importancia del caso. ¿Razonable, no? Pues no mucho, como veremos luego.

Unos días antes, el 20 de febrero, Dessler y Sherwood publican un artículo revisado en Science, sobre la humedad de la alta troposfera. Decía:

Interesantemente, parece que ahora todo el mundo está de acuerdo en que el vapor de agua proporciona un feedback psitivo y robusto.
Bien, los científicos están en desacuerdo. Nada nuevo bajo el sol. Sin embargo hoy puedes echar un vistazo tras el telón, cortesía de Garth Paltridge, que envía a Climate Audit esta información sobre la gestión (y rechazo) de su artículo en Journal of Climate.

dice

Dados cargados en el juego del clima.

Em marzo de 2008, tres de nosotros enviamos un manuscrito al Journal of Climate. Era un papeel muy claro señalando loas tendencias de la humedad en la media y alta troposfera tal y como aparecen (las tendencias) en los datos de reanálisis de medias mensuales de NCEP. Los datos de comportamiento de la atmósfera de los últimos 50 años del NCEP están disponibles en la web, y son como el caballo percherón de la investigación moderna en meteorología y climatología.

El manuscrito hacía dos cosas:

(1) Señalaba que, de acuerdo con los datos del NCEP, la media zonal tropical y de latitudes medias de humedad ha decrecido en los últimos 35 años a altitudes superiores al nivel de presión de 850mb, esto es, en la media y alta troposfera. Los datos de humedad del NCEP vienen de la red internacional de globos radiosonda. Y uno debe de añadir que los datos de humedad de las radiosondas tienen su buena porción de problemas. Y también el proceso del NCEP al usar un  modelo operacional de predicción meteorológica para integrar los datos crudos en un conjunto de datos coherente presentado en una rejilla convencional.

(2) Establecía el punto (no original, pero por otra parte un punto que no es muy conocido incluso entre los “cognoscenti”) de que la realimentación del vapor de agua en la historia del calentamiento global es muy principamente debido a la respuesta del vapor de agua en la media y alta troposfera. El total del vapor de agua en la atmósfera puede aumentar, según aumente la temperatura de la superficie, pero si al mismo tiempo dieminuye la concentración en la media a alta troposfera, la realientación sería negativa.

Los modelos climáticos (por varias oscuras razones) tienden a mantener constante la humedad relativa en cada nivel de la atmósfera, y por lo tanto tienen un aumento de la humedad absoluta en cada nivel, según la superficie y la atmósfera se van calentando. Este comportamiento de los modelos  en los niveles altos pruduce una realimentación positiva que más que dobla el aumento de la temperatura calculado como consecuencia del incremento de CO2 atmosférico.

La conclusión es que si (repetido si) se pueden creer los datos NCEP “tal cual”, la realimentación de vapor de agua en los últimos 35 años ha sido negativa. Y si el esquema se mantiene en el futuro, uno esperaría que la realimentación de vapor de agua divida por dos, en lugar de doblar, el aumento de temperatura debido al aumento de CO2.

Los datos  de los instrumentos HIRS de los satélites polares del NOAA tienden a confirmar la historia de los modelos climáticos. (Más o menos; solo en los trópicos, y solo parte del tiempo). Los “peros” de la información de los satélites sobre la humedad de la troposfera alta son del mismo orden que los de los globos radiosondas.

En todo caso, nuestro escrito cocnluía sugiriendo que, a la vista de la extremada importancia de esos datos de humedad para el cambio climático,   no se pueden descartar los datos internacionales de las radiosondas sin un serio intento de extraer la mejor señalde humedad del ruido de los cambios instrumentales y operacionales en cada una de las estaciones de radiosondas relevantes. Después de todo, no estamos precisamente sobrados de datos sobre la materia. El intento sería en principio similar a los esfuerzos actuales de extraer una señal de calentamiento global de las redes de observaciones de temperatura de superficie.

Baste decir que después de tres o cuatro  meses el escrito fue echado para atrás. Y fue debido básicamete a una revisión increíblemente vitriólica, y desde luego muy histérica, que dejó deslizar …

El único motivo que puedo ver a este escrito es que los autores consigan meter en la literatura "peer review" algo que los ignorantes puedan citar como soporte a una sensibilidad climática más baja que el rango standard del IPCC
Discutimos un poco con el editor por qué aceptó una revisión como esa. No somos precisamente novatos en el juego de la investigación, ypodemos decir con razonable autoridad que anteuna revisión tan emotiva, el editor debería simplemente haberla ignorado y mandado el trabajo a cualquier otro. Los argumetos no tuvieron éxito.Concretamente, no conseguimos una garantía de que una resumisión no acabara en el mismo revisor. Y en cualquier caso las condiciones para una resumisión implicaban un requerimiento para que probáramos que los modelos y los satélites están equivocados.

Un par de semanas después del rechazo, y por razones al margen, dos de nosotros fuimos a un taller que hubo en el LDEO en Nueva Jersey sobre vapor de agua, donde contamos la historia. La audiencia se dividió sobre si se debería de reportar en la literatura la existencia de tendencias de humedad  en los datos del NCEP. Aquellos “en contra” (enre ellos unos cuantos del GISS) simplemente dijeron que los datos de las radiosondas eran demasiado poco fiables para reportar tendencias publicamente en un clima político donde hay gente horrible que puede hacer un uso pecaminoso de ellos. Aquellos “a favor” simplemente dijeron que los informes científicos no deberían estar constreñidos por lo políticamente correcto. El asunto se dejó. Desubrí tras el evento que el editor de la revista había venido (yo creo que específicamente) a oir la charla. No se molestó en presentarse.

Supongo que esta historia no llega muy lejos. quizá solo sirva para mostrar lo ingénuos que éramos al pensar que los climatólogos aceptarían el reto de examinar adecuadamente y en detalle incluso una ligera posibilidad de que el calentamiento global podría no ser tan malo como lo hacen parecer. Qué bobos.

El escrito fue finalmente aceptado por Theoretical and Applied Climatology, y apareció el 26 de febrero en la web de la revista. (Uno puede encontrarlo aquí –>, si se siente inclinado, y si tiene acceso institucional o personal a la revista). Suponemos que será ignorado. Siendo paranoicos de antiguo, nos maravillamos de la alegre posibilidad por la que se publicó en Science, el 20 de febrero, un artículo de interés general de una página. Con cierta autoreferencia, glorificaba la última investigación de modelos, y nuevas (¿?) observaciones de satélite de la variabilidad del vapor de agua, en la que los autores apoyaban con firmeza las prediccioes de los modelos de realimentación positiva de largo plazo. Tal vez. Sería fácil argumentar contra esa conclusión. La paranoia aumenta por otro detalle. Sabemos que al menos uno de los autores está bien al tanto del resultado contrario que dan los datos crudos de los globos sonda. Pero no hay mención a tal cosa en el artículo.

Este es el tipo de relatos que te enceuntras una y otra vez. Y es entonces cuando comprendes por qué los alarmistas nunca quieren discutir la cuestión misma, o con opiniones de científicos muy reputados, sino que solo aceptan que la discusión transcurra a través de cosas publicadas en las revistas guay. Pero habría que recordar, a los alarmistas y a todos, que perder las formas y tratar de silenciar al discrepante es el mejor síntoma de no tener la razón. Y que si tan seguros estuvieran de su hipótesis, no impedirían el acceso de trabajos contrarios a las revistas guay, sino que lo estimularían, para demostrar a la vista de todos su razón. Pero lo que hacen es justo lo contrario. Impedirles el acceso, ponerles nombres ofensivos para desacreditarlos antes de que se puedan oir sus argumentos, y todas los trucos propios de la barbarie.