UPyD: El chiringuito búlgaro de Rosa Díez (adenda)
-¿Que podemos hacer?
Es la gran pregunta que está en tantas cabezas. Por supuesto, entre aquellos que están en desacuerdo con la autocracia. ¿Me voy? ¿Me quedo hasta el congreso? ¿Para qué sirve?
A veces la preguntas se pueden resolver con una contrapregunta. Y tal vez en este caso la contrapregunta pudiera ser … ¿por qué no me he ido aun? A mi solo se me ocurren dos respuestas.
- Por si queda alguna posibilidad de corregir la barbaridad, aunque de momento no la vea.
- Por esperar a ver qué hacen los demás, y tal vez irse de forma que sea útil para algo.
- ¿Y bien?
¡Muy jodido! Personalmete me parece absurdo pensar que existe alguna posibilidad de corrección, aunque conozco alguna incombustible no viejecita que lo piensa. El pescado está todo vendido, como dice RB, y como hemos visto los días pasados. ¿Como podría ayudarse a una remota posibilidad, por minúscula que fuera? ¿Con las enmiendas? ¡Uufff! ¿Un montón de enmiendas corrigiendo todos los puntos malos, y esperando que pasen todas el filtro de la dirección que ha establecido la ponencia? Y luego a pasar el filtro de la comisión, y la votación de los delegados que no van a tener tiempo ni de enterarse de qué van las enmiendas, discutidas una a una? Para eso haría falta, aún en el más optimista de los mundos, que los votantes conocieran esas enmiendas antes de elegir a los delegados. Y cuantas más enmiendas sean más difícil será que se enteren. ¿Como puedes hacer llegar a los afiliados, no ya el puro carro de enmiendas, sino encima la expliación y sentido de cada una de ellas?
Todo el tinglado está basado en la falta de información y en que, ante la falta de información, la tendencia natural es la confianza en lo que la lideresa proponga. ¿Qué otra cosa hay? Por eso yo creo que solo hay una estrategia posible: la máxima simplificación. Y encima en este caso la máxima simplificación coincide con la más cristalina realidad: el congreso es infumable. El planteamiento del congreso es radical, rotundamente inaceptable. Y no hay nada más sensato y más sano que no aceptar lo inaceptable. Yo creo que coinciden dos cosas: solo hay una enmienda realmente lógica ante lo infumable, y solo puedes intentar publicitar una enmienda y sus motivos: la anulación del congreso y la convocatoria de un congreso constituyente en condiciones.
No es demasiado difícil ni largo de explicar. No parece difícil que los distintos grupúsculos opositores -básicamente los distintos compartimentos locales, se pusieran de acuerdo en eso. Y podrían tratar todos ellos de propagar la misma idea, cada uno allá hasta donde alcance.
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Dentro de lo imposible, es mucho más fácil explicar una sola cosa que muchas. Y es mucho más fácil saber si un delegado está a favor o en contra del nuevo congreso constituyente, que de un carro de enmiendas. Y es mucho más fácil llamar la atención con la idea de que mucha gente esta pidiendo un congreso diferente.
- ¿Un congreso diferente? ¿Y por qué piden un congreso diferente? ¿Que diablos le pasa a este congreso.
- Pues sí mira, a este congreso le pasa esto, esto, y lo de más alla. Es inaceptable.
Les pones en un aprieto. O hacen como que no pasa nada y no lo discuten, o lo discuten y le dan carta de naturaleza. Hasta ahora han metido mucho la pata; puede que repitan. Probablemente se limiten a insultar.
Por supuesto que vas a perder el congreso. Pero no te vas a quedar inútilmente hasta el final. Vas a hacer algo importante. Vas a dar testimonio. De que no te chulean. De que la autocracia no vale. De que no se puede levantar la bandera de la regeneración democrática, de otra forma de hacer política, y de dar la voz a la gente, para acabar montando un puto chiringuito.
Después te vas, tan contento. Te achacarán que te vas porque has perdido el congreso. Pero lo tienes a huevo:
-¿Y como quieres que me quede en una autocracia? Lo he intentado hasta el final, y cuando la autocracia gana, yo me voy.
Creo que si estuviera aún dentro, intentaría hacer algo parecido.
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Nota para no viejecitas animosas y burofáxicas:
Tú le podrías dar la vuelta y reconvertirlo en la visión optimista. Imagina que les llegan cienes y cienes de enmiendas de un congreso diferente. Imagina que se acojonan, y dejan pasar la enmienda. Imagina que la enmienda gana, y que le echan todas las culpas al único al que se las pueden echar: Gorriarán. Y que se busquen la disculpa de que el Gorri les ha liado malamente, y que ahora van a hacer las cosas en condiciones, de verdad de la buena. Seguro que sería mentira, pero seguro que la segunda vez tratan al menos de disimular 😉 . Quedaría mejor, o por lo menos, menos mal.
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Nota para Guzmis inevitablemente quemados y deprimidos:
Ya, ya sé que piensas que según qué personas no pueden hacer según qué cosas. Y que no aceptas mi tesis de que las personas se adaptan a lo que hay, y que a menudo un buen arnés hace milagros. Pero esa es una discusión que ya resolveremos con el tiempo.
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Lecturas recomendadas:
La serie “Chiringuito Búlgaro”:- UPyD: el chiringuito búlgaro de Rosa Díez (I) El congreso búlgaro.
- UPyD: el chiringuito búlgaro de Rosa Díez (II) El control del afiliado.
- UPyD: el chiringuito búlgaro de Rosa Díez (III) El descontrol del aparato.
- UPyD: el chiringuito búlgaro de Rosa Díez (IV) La confianza en los héroes.
- UPyD: el chiringuito búlgaro de Rosa Díez (V) Seguir soñando.
- UPyD: el chiringuito búlgaro de Rosa Díez (y VI) Ejemplos, ejemplos.
- UPyD: El chiringuito búlgaro de Rosa Díez (adenda) ¿Y qué hacer?