UPyD: Entresijos.
Post invitado de S. Martín.
--El abandono de Mikel Buesa, los problemas en la Coordinadora de Madrid y los problemas en las demás Coordinadoras y Comités del resto de España son el resultado de la opacidad de nuestro funcionamiento interno y de nuestro sistema de promoción basado en la selección negativa: promoción de los más sumisos y acoso contra los contrarios,
“son los mas carentes de escrúpulos o sumisos a las reglas de promoción, por incapaces que sean, los que acaban siendo ascendidos a los órganos directivos del partido y a los puestos relevantes de las listas electorales” (CMG “Movimientos Cívicos” Turpial 2008, p. 224).En resumen, son lo más sumisos los que gozan de la confianza de la todopoderosa dirección.
Esta forma de funcionar la hemos considerado como una característica negativa de los partidos tradicionales y lo volvemos a recordar en el punto 5 de la ponencia política:
“Los partidos tradicionales han sido y son objeto, sin embargo, de severas críticas debido a vicios que, para algunos, son poco menos que estructurales: tendencia a la burocratización, profesionalización del trabajo político, opacidad del funcionamiento interno, promoción mediante el procedimiento de selección negativa”.Esta forma de funcionar que tanto hemos criticado en los otros partidos la estamos sufriendo con mayor o menor intensidad en nuestra propia organización en cabeza propia o ajena.
Pero como nos recuerda Pato Carlo, la raíz del problema es “la diferente concepción del partido existente entre quienes detentan el poder y el control del mismo y gran parte de los afiliados”. Las diferentes situaciones que se han vivido son los síntomas de este cambio en la idea del partido que se ha venido produciendo y está a punto de consumarse si no sabemos o no podemos evitarlo.
Esta era la concepción inicial de UPyD y sigue siendo la de la mayoría de los afiliados (o eso espero)
“los partidos políticos son gravemente deficientes en materia de democracia interna –por mucho que se autodefinan, con suficiencia, como democráticos-, lo que está prohibido en una empresa, en un club o en una comunidad de vecinos es, en cambio, moneda corriente en estas organizaciones donde reina la doble ley de la promoción de los más sumisos y acoso contra los contrarios. Lo insensato es que pretendamos que semejantes tinglados sean los encargados de tutelar y desarrollar la democracia.” (CMG. blog 02/02/2007)
“Un partido que aspira a recoger los votos de los críticos con el sistema de partidos, pues se propone cambiarlo, ni puede repetir los fallos habituales reproduciendo sus peores propensiones (selección negativa, por ejemplo)” (CMG, blog 29/05/2007)
“Unidad sí, pero con aceptación de la diversidad que también está en la base de nuestro propósito común, que además sabemos transitorio: desaparecerá cuando hayamos conseguido nuestro objetivo fundamental, como desaparecen los movimientos cívicos sensatos cuando cumplen su misión, a diferencia de los chocheantes partidos centenarios.” (CMG, blog 20/09/2007)
“Creo que la democracia necesita más páginas en blanco donde sean los ciudadanos los que puedan escribir y dibujar sus cosas, cosas nuevas para los partidos existentes, cerrados a cal y canto a muchos de sus problemas e inquietudes” (CMG blog 24/10/2007)“Pero leyendo los periódicos estos días, resulta llamativo que se dé tan poca o ninguna importancia a:
* La calidad de la democracia interna de partidos políticos como el PP… Así les va. Y así nos irá, porque es ilusorio esperar una regeneración de las instituciones democráticas de quienes son incapaces de hacerlo a domicilio.” (CMG, blog 18/01/2008).Para fundar un partido democrático que regenerase la democracia española se unieron más de 3000 personas:
“ La iniciativa tuvo una gran acogida, y en poco tiempo Plataforma Pro contó con más de 3000 miembros distribuidos por todas las Comunidades Autónomas españolas. Tras un debate sobre las posibilidades de crear el nuevo partido o unirse a alguna iniciativa parecida, como Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, la gran mayoría de los miembros de Plataforma Pro optó por crear un nuevo partido en la asamblea celebrada en Madrid el 22 y 29 de septiembre de 2007, adoptando la denominación Unión Progreso y Democracia (UPyD), eligiendo a Rosa Díez como la Portavoz del partido – único cargo unipersonal- al frente de un Consejo de Dirección formado por 19 de los fundadores, y un Consejo Político formado por otros 150. Además, la Asamblea Fundacional aprobó el Manifiesto y los Estatutos del partido, y decidió participar en las Elecciones Generales de marzo de 2008 y en las elecciones autonómicas convocadas en Andalucía.” (Ponencia Política, 9).
Hay que enmendar algunas cosas de este párrafo:
La asamblea celebrada en Madrid, tras varias reuniones, concluyó el 29 de septiembre de 2007, antes de la presentación del partido. No asistieron los 3000 miembros de la Plataforma Pro, sino los pocos más de 100 del grupo promotor; no sé si hubo un proceso de delegación por parte del resto de componentes de la Plataforma Pro, el caso es que aunque no fuese así (alguno se ha quejado al defensor del pueblo) la mayoría (supongo) dio su confianza al grupo promotor y se fue afiliando a UPyD con posterioridad a esa Asamblea Fundacional.
Con anterioridad, tres personas: Rosa, Gorriarán, y Fabo habían protocolizado el acta fundacional e inscrito el partido y sus estatutos (los actuales) en el ministerio del interior. Es decir, UPyD estaba inscrito desde el 26/07/2009 en el registro del Ministerio del Interior, con sus estatutos aprobados y con Rosa, Gorriarán y Fabo como primer CD provisional, antes de que finalizase la Asamblea Fundacional. No sé si hubo constancia de ese hecho en la asamblea, pero el tema no tiene mayor importancia porque el grupo promotor tenía confianza en Rosa. En cualquier caso la pregunta es la siguiente: ¿se aprobó en la asamblea crear un nuevo partido o se creó antes? ¿se aprobaron los estatutos en esta asamblea o se aprobaron antes?
Otras dudas son: ¿qué quiere decir que se eligió a la portavoz del partido como único cargo unipersonal? ¿dónde figura en los estatutos el carácter unipersonal de dicho cargo? ¿quedaron nombrados en esa asamblea los 19 miembros del CD? ¿quedaron nombrados los 150 miembros del CP? ¿se dio la confianza a la portavoz o a alguien… para que completase o modificase dichos nombramientos?
Las respuestas son muy importantes para los que no fuimos a esta asamblea y ahora vamos a la siguiente, porque ni la ley ni los estatutos prevén la cooptación de nuevos miembros para dichos órganos. Y fue mediante la renovación de dichos órganos y la aprobación por los mismos de reglamentos, que no se limitan a desarrollar disposiciones estatutarias sino que crean otras nuevas, como se inició el cambio de un partido democrático que regenerase la democracia española a un partido autoritario o como dice el “afiliado fiel”, una sociedad unipersonal: “UPyD es la típica sociedad unipersonal donde su único accionista ha apostado todo su bagaje político en esta apuesta. Previamente hubo un acuerdo dentro de Basta Ya y los demás nos mostramos entusiasmados ante el hecho de que todo el movimiento cristalizara en un partido. Se consiguió que Rosa apostara con todas sus fuerzas.”
Leemos con frecuencia que a Rosa se le dio la confianza para que funcionara como lo hizo hasta las elecciones de marzo de 2008 (según unos), hasta el I Congreso (según otros). Todos los afiliados deberíamos conocer el acta de dicha asamblea para saber si algo se nos escapa.
En cualquier caso, con confianza o sin ella, el modelo de partido propuesto para fundar UPyD y el que se refleja en nuestro programa electoral de 2008 (y aquí la confianza la dieron 300 000 ciudadanos) no tiene nada que ver con el que mediante reglamentos y ponencias se propone que aprobemos en el I Congreso. El primero es el de un partido para la regeneración democrática de la política española y el segundo el de un partido tradicional (con el plus de un gran temor a sus propios afiliados) que busca, por supuesto, diferenciarse de los demás, pero nada que ver con la regeneración de nuestra democracia, ni con una alternativa a la partidocracia.
–
S. Martín