Los que hicieron carrera. Querido Gorka Maneiro, de Pato Carlo.
Post invitado de Pato Carlo.
--Querido Gorka Maneiro:
He leído y releído tu maniqueo artículo (de título y contenido) “Verdades y mentirijillas”. Son pocas líneas pero cuesta leerlo, te lo aseguro. Verás, a mí me parece sano, razonable y necesario que alguien tenga ambición política porque aunque al final el ocupante del escaño asignado a UPyD en el Parlamento Vasco se comporte exactamente igual que el electo X del PNV o el sillonario Y de Aralar, como es el caso, alguien tiene que representar los intereses de esos tres partidos políticos. Digo bien, partidos, porque en el caso de UPyD del proyecto ya no queda más que un partido que además ha sido partido por quienes lo dirigen (dirigís).
Creo que ser agradecido no es una cualidad humana, ni una virtud siquiera: es una obligación. Ahora que ocupas el sillón que tanto pelearon otros por ti (¡qué plácida la lucha en retaguardia!), y a fin de que lo puedas comprender, así como el debate en sede parlamentaria va con el cargo puede afirmarse que el sincero agradecimiento y reconocimiento hacia los demás también va con otro cargo, el de haber nacido, el del ser humano. Y es que, verás, uno no puede permitirse ciertos lujos, determinadas vanidades como la de asegurar que los medios están otorgando voz a los críticos, que simplemente son aquellos que no lograron hacer carrera. Esta simplona afirmación me ha hecho preguntarme por los que sí han hecho carrera o por los que siguen sólo para hacerla: ¿qué será hoy (y mañana) de aquellos que han permanecido ocultos y agazapados hasta que el éxito logrado por los que no han conseguido hacer carrera les ha permitido correr cual pipiolos hacia unos dulces caramelos? ¿qué sería hoy de algunos de los que han hecho carrera si los que no lograron hacerla no hubiesen perdido horas de sueño por lo que un día consideraron cooperativa en vez de sociedad limitada?
Hablemos pues, siempre que quieras, de los que han (habéis) hecho carrera. Pero hablemos también, porque es necesario, de toda la gente que perdió tiempo, dinero y energías para venir al País Vasco para que ahora se les diga que sólo querían hacer carrera. Hablemos del tiempo invertido (escaso tirando a nulo) por el único que logró hacerla en recorrer unas calles que tanto contemplaron el tránsito acelerado de personas con periódicos magentas y que dejaban mientras las suyas propias para que ese otro pudiera hacer carrera. Preguntémonos de nuevo por los que se ocultaron cual topos para salir de sus madrigueras el 1 de marzo a las 22:00 y que tanto empiezan a despuntar hoy para hacer carrera mañana. Cuestionémonos sobre el desánimo de tantos afiliados tras el 1 de marzo, por la inactividad de todos los órganos internos desde entonces después de que se dejara claro a los afiliados que la labor de un miembro de cualquier sanedrín se limitaba al correcto y generoso inflado pulmonar de globos, de cuya dirección se harían cargo con tarjeta de presentación magenta incluida. Divaguemos sobre los horrorosos resultados de las Europeas, retrocediendo al nivel de las Generales (cuando ni teníamos a nadie que ya hubiera hecho carrera ni salíamos en la malvada y pérfida prensa). Me pregunto qué pensarían aquellos chicos del mono rosa tras ver en la televisión que en las tres provincias se perdía un 60% del voto logrado el 1 de marzo. Sé que son cosas que sólo preocupan, paradojas de la vida, a quienes no hicieron carrera porque quienes ya la han hecho sin concurso de méritos tienen el chollo asegurado a corto-medio plazo. Sin embargo, si pudieras aportar luz resolviéndome algunas de estas dudas te estaría infinitamente agradecido.
De bien nacido es ser agradecido.
Atentamente,
Un “sin carrera”.