Lo último de Gorka
Post invitado de "menudo cuento color de rosa"
Hola Plazaeme. Te escribo para que veas la última peli de la saga “El Aparato Contraataca”. Es muy buena. Te envío parte del “diálogo de guión” de Gorka. Y lo de “diálogo de guión” no lo digo yo, lo dice el mismo Gorka: “el proyecto político nos aconseja no despirtarnos por memeces” (sic).Como verás, Gorka está que se sale desde el título hasta el punto final. Nos habla de las “contradicciones” de los que no le hacen la ola, y empieza con una buena en el mismo título. “INSULTAN… LUEGO NO TIENEN RAZÓN”. Ya, claro… por tanto Hitler era inocente, porque le llamaron de todo menos bonito. Hay que ver que gentuza, mira que llamarle genocida.
Es un genio Gorka, de lo que se ha dado cuenta, y yo que creía que el que insultaba perdía las formas (además de enturbiar sus argumentos), pero resulta que también pierde toda la razón, aunque la tenga. Que pedazo conclusión. Y yo creyendo que los buenos modales ni te dan ni te quitan la razón, tan solo lubrican las relaciones (a veces hasta son pura vaselina, para que luego…). Por eso, con buenos modales, invita a irse a todos aquellos disconformes que desde el primer día lucharon para que él pudiera estar ahora ahí, “representándoles”.
Pero no le faltan palmeros a Gorka en su blog. Alguno hasta se atreve a mencionar la educación perdida por unos, pero no por otros, porque la relación causa-efecto no interesa saberla en este asunto. Aquí lo bonito es decir que Buesa le mentó la madre a Gorka porque sí, porque ese día Buesa se levantó con resaca y la emprendió con Gorka, y con siete niños que jugaban debajo de su ventana. Ahí acaba la cosa esa de revelar la verdad, toda la verdad, y también aquello de la “buena educación” que decía que no debíamos ser falsos, ni procaces.
Es sabido que Gorka filtra quien puede escribir en su blog, y no en vano ha dejado pasar a un palmero suyo diciendo cosas tales como esta:
“Es llamativo el caso, Gorka, de quienes desde la oportunista aclamación de la anarquía organizativa, nos sugieren o gritan que todos los problemas del partido sanarían si se les hiciese caso. Es chantaje. Y no hay que darle más vueltas [...] Aunque debe decirse que peor que Buesa son quienes decidieron hacerse llamar o comportarse como "buesistas". Una disparatada "banda" de ambiciosos y alocados cuya heterogeneidad constituye, sin duda, una de las razones por las que Buesa no pudo encarar el proceso congresual”Anarquía, gritar, chantaje, disparatada banda, ambiciosos, alocados... “no hay que darle más vueltas”. Pues eso, que el que insulta no tienen razón... pero eso no vale cuando los que insultan son los leales pro-aparato. Nosotros somos unos cibercabras ambiciosos, alocados, disparatados... “y no hay que darle más vueltas” ¡Qué buenos argumentos!
Y sobre todo ya sabéis, el mejor argumento de todos es el que dice que si pedimos más participación estamos chantajeando a la dirección del partido. Por eso, los “leales” dicen que sí a todo, como buenos ciudadanos con criterio propio que son. Vaya, que son todo un modelo de ciudadano moderno, crítico y participativo. Los “leales”, también conocidos como pro-aparato, representan un modelo de ciudadano que jamás lamería un culo por medrar, y menos si eso implicase prácticas caínitas, como podemos observar. Pero sobre todo, y lo que no extraña a nadie en el mundo mundial, es que jamás traicionarán aquello en lo que creen, porque siempre, siempre de los jamases… coincide con lo que dice el que tiene el bastón de mando (y así lo podremos comprobar en el congreso). No vayamos a creer (mira que somos malpensados) que hacen lo que hacen, por mero oportunismo o por pura ambición de medrar en un organigrama en el que se desprecia a los que osan negarse a decir “sí a todo”. Porque como todo el mundo sabe en el mundo mundial, el que dice “esta boca es mía” es un chantajista, un ambicioso, un cibercabra, etc. y etc., y es merecedor de todos los desprecios e insultos, pero estos insultos son con razón, no como otros.
Sorprendente lo de los “leales”, y no se ponen ni “coloraos”.
Saludos.