matices sobre mi candidatura al Consejo Político de UPyD
Post invitado de Luis Hernández Les
--
Empezaré por recordar que no tengo experiencia política y que es ésta, por tanto, mi primera andadura política aunque mi declaración de principios al respecto es que no deseo ningún cargo retribuido en ninguna de sus posibilidades oficiales.Estoy en este partido porque me gustaría sumarme al impulso de un proyecto auténticamente regenerador de la vida pública y a un marco legal en el que, inequívocamente, la participación ciudadana tuviese el protagonismo que le corresponde y del que hoy carece.
Las razones personales para involucrarme han sido: la propuesta regeneradora de nuestro proyecto, en cuanto a la separación de poderes, listas abiertas, independencia del poder judicial, limitación de la permanencia en un cargo público; así como un modelo de partido que se distinga por la participación abierta y libre de sus componentes desde formas diferentes, nuevas y frescas de hacer política.
Este Congreso y los próximos cuatro años van a marcar las posibilidades futuras de este partido en la sociedad y por ello, debemos de tomar conciencia de nuestra responsabilidad con el futuro. Por esa razón, me gustaría formar parte en la construcción del mismo, desde mi dilatada experiencia de gestión.
Empezaré por decir que la brillante gestión pública de Rosa Diez no debe impedirnos ver las razones por y para las que hemos nacido, ni tampoco renunciar a ellas, con el fin de conquistar el objetivo de regenerar la democracia y recuperar los principios cuyo abandono nos tiene sumidos en una sociedad de baja condición moral, que, en mi opinión, es el principal enemigo que frena el desarrollo evolutivo y moderno de nuestra sociedad.
Este no es un Congreso cualquiera porque en él, se van a poner los cimientos del “edificio”. De su consistencia dependerá, no sólo su recorrido, sino la conquista de sus objetivos. En esta confección, con mayor claridad o sutileza, vamos a definir, pactar o comprometer un modelo de partido y, a su sombra, un estilo de gestión. Los que participamos en este Congreso vamos a tener la responsabilidad de la calidad que determine lo que acabo de resaltar en orden al color de “nuestra esencia”, responsabilidad que vendrá delimitada por el grado de libertad con que discurra el mismo y de su calidad democrática.
En términos de claridad, los resultados tendrán mucho que ver con la predisposición democrática de quienes hoy gestionan el partido y de la utilización que hagan del grado de confianza que se les otorgó hasta el momento congresual, es decir hasta los días 20,21 y 22 del presente mes que en ningún caso fue, ni podía ser, un “cheque en blanco”.
Cabe recordar que por falta de tiempo y las obligaciones electorales del partido no permitieron hacer las cosas probablemente con mayor rapidez pero ahora, y en este evento, se deben de dar todas las posibilidades democráticas para diseñar el partido, con las correcciones que las mayorías debidamente cualificados y controladas determinen. Personalmente, me parece más importante el modelo de partido que la determinación de unas políticas, ya que si lo primero funciona, permitirán los trabajos consistentes de los segundos mediante debates y consensos propios de un partido regenerador.
Decir que si no aprobamos las propuestas del CD actual es porque queremos dañar el partido o sustituir a Rosa Díez es manipular o distorsionar la realidad. Quien dice esto tiene miedo a la democracia y desea poner puertas al viento. El congreso es para debatir y como es el primero, se debe debatir todo cambio sustancial porque de él van a salir las reglas de juego de futuro. Tener miedo a esto es no creer en nuestras posibilidades ni en nuestro proyecto. Rosa es fundamental y queremos un proyecto con Rosa, pero no de Rosa, que es en lo que puede convertirse si no se debate libre y democráticamente.
Me parece fundamental debatir la conformación del Consejo de Dirección, sus componentes y atribuciones, cuyas facultades deben de someterse a riguroso debate. Apuesto por un CD donde su portavoz elija libremente un tercio de los 21 miembros – siete, portavoz más 6 - y los dos tercios restantes - 14 - , en voto secreto por todos los delegados asistentes. Creo que apoyar un CD con todas las facultades que se le ocurran, sin control a su gestión y a sus componentes, me parece un blindaje más propio de una republica bananera, con perdón, que un partido con vocación regeneradora de libertades, democracia y principios.
En mi opinión, resulta imprescindible respetar el compromiso fundacional y recuperar su esencia sin complejos. No se puede pervertir el compromiso fundacional y si no tenemos una capacidad organizativa que respete listas abiertas, separación de poderes, etc.etc…, lo estamos pervirtiendo. Me parece, también, una perversión democrática, pretender una gestión sin control, un poder omnímodo, inviable en cualquier organización moderna y democrática, pero sí propia de regímenes totalitarios antagónicos con la esencia de UPyD. Creo que lo primero que hay que aclarar en este congreso son las facultades, limitaciones, controles y forma de elegirlo, tras un debate suficientemente garante del resultado.
No somos un partido cualquiera, sino que nos hemos comprometido a distinguirnos por un modelo ejemplar en organización y en políticas. Renunciar a esto es renunciar a nosotros, renunciar a aquello por lo que hemos nacido y eso merece un debate serio, riguroso y democrático, cuyo resultado aritmético tampoco ofrezca dudas a nadie.
Un Consejo Político sin poder no tiene sentido y nace muerto. Es vestir un muñeco para una fiesta que no es la nuestra. No podemos perder coherencia ni cambiar el recorrido sin la autoridad moral y legal que sólo el congreso, debida y democráticamente conformado para ello, puede hacer. Abogo por un CP con autoridad para controlar al Consejo de Dirección y a todos sus componentes además de ser un órgano en el que se diseñen, desde el debate, las políticas de nuestro partido. Un CP como se propone, no sólo es antidemocrático por conformar un partido presidencialista, sino que traiciona la esencia fundacional.
En la misma línea abogo por la independencia del comité de disciplina, económico o de garantías y todos aquellos que por su función necesiten la independencia propia para su ejercicio.
Defiendo organizaciones territoriales abiertas libres y democráticas. Grupos que emanen de estas prácticas que nos distinguen por talantes modernos y participativos. Defiendo la protección e impulso de nuestro patrimonio intelectual cuyo estimulo y fuerza se nutran del ejercicio democrático y por supuesto, de organizar monográficos interterritoriales que permitan el intercambio informativo de experiencias y propuestas. Me parece necesario que el partido organice intercomunicaciones entre los afiliados por los medios que posibilita Internet y soy contrario a toda práctica represiva cuyas conductas deben de ser severamente sancionadas que por otra parte potencias otras actividades fuera de su ámbito correspondiente. Debemos estar abiertos a la crítica y favorecerla, ya que como en diversas ocasiones ha dicho Rosa Díez de ella crecemos y nos iluminamos.
Deseo también pedir apoyo a la candidatura alternativa por adquirir esta el compromiso de gestión de un año durante el cual se modernice democráticamente el partido y se convoque un Congreso democrático y participativo desde el cual podamos recuperar a todas las personas ausentes por motivos disciplinarios o por simple decepción como consecuencia de los hechos acaecidos. Una alternativa por otra parte que desea que Rosa Díez continúe con la brillante labor que realiza.
No podemos continuar con un modelo de enfrentamiento permanente que es lo que ocurre hoy con las diferentes coordinadoras con posturas antagónicas y anti democráticas. El futuro es para quien se anticipe a él. La deriva moral que acontece hoy en España requiere un amplio y complejo proceso de regeneración social y democrática que difícilmente se puede lograr sin un entramado organizativo moderno, y no desde un partido de pensamiento único, que es adónde nos dirigimos. Es precisa una organización dinámica, moderna y democrática, diferente a lo conocido en nuestra sociedad; un modelo de gestión que además de distinguirse por una organización “modelo” – perdón por la redundancia - se acompañe de un capital humano que, además de formado, se sienta libre, participativo e integrado; que, además, se sienta protagonista del cambio por contribuir a él desde su esencia individual participativa como eslabón de cadena. Solo así, el modelo de partido será útil, eficaz y capaz de afrontar con éxito el difícil desafío en el que está sumida España.
Por estas razones, y para defender estos postulados, pido la confianza para ocupar la responsabilidad de Consejero Político
José Luís Hernández Les