Versos herejes
Post invitado de autor desconocido
--Amaneció soleado, como en grandes batallas.
La nuestra era chica, no ha lugar a engaño
mas los nuestros no iban en redaños mermados.
De los pasillos prestos nos combatieron.
Con mucha metralla de altavoz en alto
fueron los nuestros mucho vilipendiados.
Hermanos andaluces respondieron
argumentando mucho, bien y bueno.
Con gran cariño se nos unió Castilla.
Los coros de otros no nos aplaudieron.
Al lado del valiente godo múrcianos
los hubo que bien pelearon.
Y entre los más osados,
los vascongados.
Mas no había lugar a engaño,
¡todo era alzando la mano!
Allí estaba Bereguer Ramón
hijo de Ramón Berenguer
batiendo la palma en la mano.
Los gallegos a risa se lo tomaron.
Adrián, el de Segovia,
casi se rompe el calcaño.
Y de los astures sorpresas,
alguna nos llevamos.
Aullón Becerrix ¿o era al revex?
(con los clones siempre me pasa)
en la presidencial mesa,
si bien contada no estaba,
¿pero qué más a Fabo le daba?
“Que se sienten, que se sienten,
aunque no nos cuadre nada”
Era muy grande la dicha,
era muy gande la holganza,
¡pareciome que Ballesteros estrenaba!
Mas confundiome, la misma camisa llevaba.
Miniyo desde arriba, lo mismo siempre decía,
o, ¿era la megafonía?
Gorri preocupado comentaba
las enmiendas de mi lista
“lo que interesa es que salgan,
aunque yo pase de etarra a federalista”.
Me maravillaban los catalanes
en nuestro campo, eran de los más osados.
Me descubro ante los polacos.
Era digno verlos, e incluso admirallos
cómo contaban los votos,
cómo no se llevaban a engaño,
y aún viendo perdido todo,
por nuestro campo lucharon.
Pero no te preocupes Rosa
que aquí no hay apaño.
Aunque nosotros, por Dios,
en otro partido creímos.
¡Y cómo nos miraban los del entrecejo!
¡Parecía que dudaban entrar en el Consejo!
Yo no entendía nada,
¡las habas estaban contadas!
¿A qué tanto alboroto?
¿A qué tanto jaleo?
¡Si a tan solo 6 minutos
de entre 7 largas horas,
Nuño al godo ha condenado!
Valientes fuimos. A brazo partido
junto al godo luchamos,
y con él perdimos.
Fue bonito, fue un ideal, fue hermoso.
¿Que no sabías con quien te enfrentabas?
¿Qué enmiendas crees que defendías?
Con la Rosa laica topamos.
El aparato no mas asentía.
Aún así, los valientes resistieron.
Sabían de la inquina
de la aduladora metralla.
Pobres mortales, pobres ilusos,
como tercio español bien aguantaron
hasta la última batalla,
hasta la última esperanza,
hasta la última carga:
Y ella nos comparó con los batasunos
¡a nos!
¡Cadáveres!, ¡nunca apostaremos!
¿Es que yo no he llorado muertos?
¿Puedes tú, Rosa,
echármelos a la cara?
¡Ninguno de los nuestros osar pudiera
tamaña afrente que siglos vieran
igualar en malicia y saña!
“¿Vos qué decís Capitán Alatriste?”
“Que con los herejes luché
Que con los herejes perdí
Que con los herejes sentí
Que por ellos levanto mi copa:
Por ellos, porque soñaron
que podía existir otro partido,
que podía existir otra España,
Y así lucharon
y así sufrieron
y así más de lo mismo
en sus carnes padecieron.
¡por tu culpa!
Por los herejes.
Maldita España,
Viva España.”
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