A ver si se enteran los mamporrerillos de UPyD
Me ha hecho gracia el email que me ha “robado” Al, para el comienzo del docudrama ese [–>] que se trae a medias con Viejecita y Tmpd –perdón, perdón, es broma 😉. Y es que los mamporrerillos de UPyD, supongo que casi todo lo que queda en el partido, solo se pueden agarrar a las conocidas tácticas de las sectas. Ante la disonacia cognitiva que les supone el choque entre la crítica razonada y elemental y su pasión de equipo -aunque sorprendentemente no se trata de un equipo de fútbol, reducen la crítica para encajarla en unos esquemas preconcebidos y asumibles. Y así, los críticos somos una pandilla degenerada de interesados pillacargos, o “quítate tu para ponerme yo” según el avispado Savater. Cuando no de batasunoides, según una Rosa que nunca insulta a nadie –no, no , nunca jamás.
Y hete aquí que viene Al a traerme recerdos en forma de un email que le mandé. Aunque somos amigos, nos vemos muy poco, y ocasionalmente intercambiamos algún email. Y este rescate del pasado, nos muestra a esa mezcla furibunda de infiltrado del PP y batasuno cornudo, que para rizar el rizo quiere pillar una silla a la que no llega. Pasen y vean:
lunes, 22 de diciembre de 2008Hay una cosa de estos intelectuales y políticos “divinos” de UPyD que no consigo comprender. Montan el partido llamando a todos los desanimados con los “partidos convencionales”. A los preocupados por el desastre de la política en España que piensen que hay que cambiar las cosas en el sentido acercar la política a los ciudadanos y acabar con la mafia / gueto de los dirigentes políticos. Y luego, cuando acaban haciendo el más convencional de los partidos, y la más dictatorial de las camarillas dirigentes, se ponen hechos unos basiliscos porque lo criticamos, y nos llaman batasunos. Con un par, tú. ¿Qué esperaban; abrazos y aplausos?Yo me acabo de abrir del aparato de UPyD. Lo previsible en mí. Pero no me he dado de baja (*), ni creo que me de, y lo más probable es que les vote.
Un poco lío, porque mi salida ha provocado cierto asombro en los que mandan, y cierta indignación (y sensación de abandono por mi parte) en los que no mandan. Pero me parece normal en un grupo recién nacido que tiene que asentarse.
Las propuestas, bueno la propuesta y media, de UPyD me siguen pareciendo buenas. O las más razonables que se pueden encontrar en el mercado de propuestas. Pero toda esa pretendida revolución de “un partido diferente”, es tan pura propaganda como se podía imaginar.
En fin, lo de siempre.
Me da igual si son giles, o tienen el careto de cemento armado. Que les den. Pero sería mejor para ellos si no nos motivaran tanto. Con el pavor que le tienen a los afiliados, podemos acabar siendo más los ex de UPyD, que los inscritos reales en ese censo misterioso en el que nadie sabe cuantos fantasmas habitan.
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(*) Lo hice en marzo, cuando ya era evidente que el problema no era de simple propaganda.