Pringados y abusones
Venga, insistiré en lo de ayer, que ya sé que os asusta. Pero ese miedo no es problema, o no mucho. Cuando propuse que las actas de las reuniones de las territoriales se enviaran a los afiliados, todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza, y me miraban raro. Sin embargo, creo que hoy a ningún “hereje” le parece tan mala idea.
Vayamos a lo que podemos estar de acuerdo, y veamos a donde llego tirando de ese hilo. Por ejemplo, creo que todos estaremos de acuerdo en que lo que se ha torcido en España es por culpa de los partidos políticos. Sí, hay millones que votan a Zapatero o a Rajoy, pero ¿acaso tienen otra cosa que votar? ¿Acaso tienen forma de que lo que opinan llegue a formar la opinión de los partidos, en vez de ser al revés, que se suman a las directrices emanadas de este u otro partido? No, la culpa no es de la gente.
También podemos estar de acuerdo en los dos fracasos estrepitosos de ambos intentos de partidos “ciudadanos”. Han seguido cauces muy distintos y resultados espectacularmente comparables. Algo falla, ¿no?
Pues yo propongo que lo que falla es no haber ido al centro del problema. El imperio de los abusones. Y que hay que cambiar de mentalidad. No se trata de elegir entre un figura y un artista, y dejarles que te manden. Se trata de que manden los pringados, y de que los fenómenos de la pista estén literalmente a sus órdenes.
- ¡Ah, ya!, entonces jamás una Rosa Díez se apuntaría a liderar algo así.
Pues a Dios gracias. Pero eso no quiere decir que no haya gente muy capaz de desempeñar el papel, y hacerlo a gusto a pesar de no tener el poder y de tener que aceptar órdenes. Los retornos no son mancos. El reconocimiento público, el sueldo, y el prestigio posterior -en su caso. No faltarían líderes muy capaces. Solo que no serían líderes; no estarían conduciendo a nadie a ninguna parte. Solo serían vendedores o "camareros", excelentes, que presentarían el producto obedeciendo a los ya no tan pringados. Y a la que no sirvan, cambio. No serían, por lo tanto, abusones; no podrían.Para mi, hoy, y después de la excelente experiencia que hemos tenido, esa sería la primera piedra sobre la que debería soportarse toda construcción de un partido de verdad nuevo. Hay que ser agradecidos, y la experiencia se agradece. Gracias Fernando, Rosa, y Carlos.