Maneiro para dubitativos y boicoteadores
Post de Pato Carlo
P: ¿Ha influido negativamente el sector crítico?R: Todo ha mejorado en los últimos meses, tras su marcha. En su momento ya vimos que eran personas conflictivas, obsesionadas por los cargos, y que ralentizaban nuestro trabajo. Se les ha llamado críticos, pero eran boicoteadores.
La pregunta es del periodista de “El País” Unai Morán y la respuesta del parlamentario vasco del partido de Rosa Díez Gorka Maneiro (1->). Por lo visto en una noticia relacionada del mismo medio, parece ser que esta mañana se reúnen las decenas de afiliados vascos que deben quedar en la ciénaga para aclamar al único candidato presentado ya que los obsesionados con los cargos han optado por acudir a un psiquiatra a hacérselo mirar en vez de presentarse como alternativa (2->). No sé la edad que tendrá Morán, pero dudo que ningún político le haya respondido de esa manera a una pregunta sobre posibles crisis internas. Y eso que quizá le haya tocado desde un Pepe Blanco a una Leyre Pajín, pasando quizá por algún exceso michelínico de Arzalluz. En mi ignorancia, y tratando de ponerme en el papel de Maneiro, creo que hubiera sido más elegante responder algo así como: “hemos hecho un esfuerzo por la integración y el entendimiento entre todos, pero desafortunadamente no ha podido ser. Ellos han elegido abandonar el proyecto y nosotros continuaremos en él tratando de hacerlo lo mejor posible”. Sería mentira igualmente pero quedaría como lo que no es; un señor. Algunos a eso le llaman tablas aunque a mí sencillamente me parece educación y si estaba claro que como parlamentario Maneiro carecía de lo primero, ahora sabemos aún más claramente que anda escaso de lo segundo. Lo peor es que a escribir igual le acaba enseñando el maestro Carlos, no en dos tardes pero sí en dos mil, pero dudo que a su lado aprenda modales.Entrando en el fondo de su respuesta, y empezando por la respuesta que subjetivamente marco en negrita, decir que se han ido personas conflictivas que “en su momento” ya vimos (¿quiénes visteis?) que lo eran, es la primera broma macabra. Que luego diga sin dejar de mirar al techo, como acostumbra a hacer esquivando incómodas miradas al frente que denotan al mentiroso, que sabían además que estaban obsesionadas por los cargos, que ralentizaban el trabajo y que encima boicoteaban es sencillamente motivo para ingresar al diputado en el mismo Psiquiátrico en el que deberían encerrar a semejantes obsesos tan poca enjundia. Una vez dijo Álvaro Pombo que UPyD era un partido de chiste (3->) pero cada vez está más claro que se refería a uno negro, a una broma demasiado pesada, cargante incluso. Porque sólo un partido de humor negro sería capaz de confiar a obsesos, boicoteadores, conflictivos (¿la batasunización quizá?) y lentos la empresa de convertir a un ser tan mediocre, aburrido, repetitivo, pesado, inculto, maleducado e insulso en parlamentario. Y encima, lograr el objetivo.
Aún es más curioso repasar la agenda de UPyD desde que los candidatos a consulta de loquero comenzaron a pedir hora para la revisión. Desde el 1 de marzo, es decir, desde hace un año, la presencia en las calles vascas del partido de Rosa Díez se ha reducido a la nada más absoluta, celebrando el redondo número de cero actos. Electoralmente, librados de los boicoteadores, UPyD embarrancó en las Europeas: sólo bajó votos respecto de las Generales en, creo recordar, dos provincias españolas y una de ellas era la del diputado, Guipúzcoa. Todo un logro. Si sumamos el hecho de que en Vizcaya se lograron sólo 100 votos más y en Álava 300, el mérito absoluto de Maneiro y el resto de la tropa cuerda se incrementa hasta límites insospechables. Respecto a esta última provincia, donde se presentó el diputado para poder lograr el escaño y que ahora clama por una ley electoral justa, el 2,3% logrado en los comicios europeos, limpios ya de boicoteadores y elementos similares, le impediría repetir en el cargo…tres meses después de lograrlo. Números de record.
Mientras los lectores de “El País” esperan alguna aclaración respecto al concepto gorkiano de conflictividad (¿Magento-borrokas? ¿Maltratadores de mujeres quizá? ¿Se desnudaban en la vía pública con pancartas de “Maneiro no pasará”? ¿Lanzaban bragas, sostenes o tangas el sector crítico femenino, emulando a las fans de Jesulín, a Patxi López en vez de a Maneiro?), algunos de estos lectores no habrán dejado de sorprenderse del enorme grado de gilipollez de unos boicoteadores que renuncian a unos cargos con los que estaban obsesionados y deciden que es mejor pelear en el barro, es decir, en la vida cotidiana, que hacerlo en un lodazal maloliente como el partido con nombre de diputada. Cada vez el internamiento de estos críticos, o boicoteadores, según el gusto de cada cual, está más justificado.
Y acabemos con el trabajo a ralentí. Es curioso pero, según me cuentan los que aún andan cercanos a Txiringolandia, los no adictos al cargo son los que ahora, cuando los boicoteadores conflictivos han hecho el trabajo sucio (levantar un partido donde más difícil resulta hacerlo y convertir en sillonario a Maneiro), se van a hacer cargo de las responsabilidades internas. Espero que los vagos redomados de siempre, los zagueros sesteantes que permanecían a cubierto cuando UPyD no era más que una ilusión, los mismos que en San Sebastián escondían los trípticos en los bolsos y se tomaban un pintxo por miedo a que los batasunos (los de verdad) les intimidaran al estilo nazi, puedan con medios y dinero hacer lo que antes sólo hacían los que tenían la sana voluntad de trabajar en armonía para ser representados por el doctor Jekyll antes de que resolviera su humano conflicto interno en favor de Mr. Hide. Porque, para quienes aún dudaban, ése es el verdadero rostro de Gorka Maneiro.
Pato Carlo