Preocupado
Serie de Fresita Magenta
PREOCUPADO
Bueno, bueno, bueno… Está claro que sois un hervidero de ideas, ingenio, propuestas, acción inmediata (o no tan inmediata)… Y unas mentes preclaras con una capacidad de análisis y un conocimiento de la situación en la extinta UPyD que ya quisiera yo…
He de confesaros que desde la reunión de Madrid del 12 de diciembre, uno anda algo despistado y sin saber exactamente por donde salir de este laberinto consiguiendo algunos objetivos de forma clara: Desenmascarar a los listillos que se han quedado con el proyecto UPyD y con nuestras ilusiones, y conseguir ver la luz al final del túnel (sin que sea el tren correo que viene de frente). Y por fin, poner ante la sociedad propuestas de regeneración democrática que reconcilien a una parte de los ciudadanos con la política nacional, que sean capaces de entender la necesidad imperiosa que tenemos en España de no depender más, ni fundamentalmente, de los nacionalistas periféricos a los que no les importa nada salvo el cuanto peor, mejor y más privilegios para los suyos… Para ello, favorecer el cambio de la Ley Electoral e incluso de la Constitución, caminar hacia políticas económicas que impliquen una mayor y más justa distribución de los recursos de todos, garantizar desde el Gobierno la Libertad y los Derechos Humanos para todos, desde la tolerancia, el respeto y el laicismo como cultura fundamental… En fin y todo eso que la mayoría conocéis y expresáis habitualmente en vuestros blogs, foros, replicas, contrarréplicas, facebook… mucho mejor que yo, sin duda.
Y sin embargo mi preocupación nace de seguir constatando el hecho de que ante la “opinión pública” (o al menos ante sectores influyentes de intelectuales y de la política española) no se ve todavía con claridad cual es el problema y el origen de nuestros enfrentamientos. Más parece ante esos ciudadanos que esta fuera una pelea a la desesperada por parte de unos cuantos –muchos en cualquier caso (y eso sí que está medianamente claro para estos sectores de opinión)- por pasar factura a un aparato que no nos ha dejado respirar y que se ha quedado con el poder y la capacidad de toma de decisiones, dejándonos a nosotros con dos palmos de narices y sin nada que hacer ni aportar en la política de esta Organización con Ánimo de Lucro llamada UPyD (Carlos Martínez Gorriarán ha repetido en varias ocasiones y ante todo el que ha querido oírlo: “Aquí lo que sobran son militantes. Lo que hace falta son votos” Y a algunos nos hacía gracia, porque parecía una broma).
Y no será, como decía al principio, porque no lo hayáis expresado por activa y por pasiva de todas las formas posibles… Y sin embargo nuestro discurso no termina de calar.
Se nos acusa desde fuera, de que quizás es demasiado pronto para que en un proyecto nuevo e ilusionante como este empecemos a tirarnos cuchilladas unos a otros (lo que curiosamente implica que sería “normal” tal proceso en partidos más consolidados) y se nos aconseja –por nuestro bien- que no gastemos demasiadas energías en darnos contra un muro de realidad: Rosa Díez es la reina en el país de los ciegos, ha sido elegida democráticamente –con las reglas al uso en los aparatos de los partidos- y el poder en un proyecto nuevo como este debe ser fundamentalmente vertical. En definitiva y como bien decís muchos, y yo comparto, se ha creado un partido más al uso de la peor partitocracia… y a chupar del bote que son dos días.
Bien. Parece que eso es lo que transmitimos y por tanto sería baldío cualquier intento por nuestra parte de conseguir desenmascarar a estos usurpadores. Y como no comparto la mayoría de estos criterios trataré de explicar en este comentario cómo nace UPyD y de donde parte nuestro desacuerdo con la gestión de la camarilla dirigente, todo ello con el fin de tratar de aclarar ante terceros nuestra posición y justificar por tanto nuestra acción de denuncia permanente, como decía al comienzo de este escrito, la impostura y desfachatez de algunos de los “fundadores”.
A estas alturas de la película estoy firmemente convencido de que UPyD ha sido un plan perfectamente urdido, elaborado y diseñado desde el primer instante por una serie de ciudadanos –muy pocos, eso sí, pero muy retorcidos- para llenar un vacío existente en el panorama político español y encauzar (sin compromisos políticos concretos ni muy elaborados) las ansias e ilusiones de muchos ciudadanos, descontentos con la actuación de los grandes partidos españoles, recogiendo sus votos y gestionando de esa manera un poder enorme que está ahí al alcance de la mano y que con cuatro frases bien dichas, ellos van a saber manejar a su antojo.
Y es triste reconocerlo, pero en esa red hemos caído como panchitos que somos la mayoría de nosotros, poniendo a su disposición nuestros recursos, nuestras ilusiones, nuestro tiempo… y hasta nuestra libertad de ciudadanos; y por supuesto, dando la cara y defendiendo como el que más allí donde ha sido posible y necesario un proyecto, que sí bien no era más que un boceto, una idea mal expresada y poco elaborada, es verdad, tenía buena pinta, sonaba bien (aún parece que suena bien para muchos) y, entre todos, –eso creíamos algunos- sería posible darle forma a la idea y ponerla a trabajar al servicio de la sociedad y de los ciudadanos. ¡Pobres ilusos! ¡Nada más lejos de sus intenciones! Visto con perspectiva, nos damos cuenta de que no ha habido un solo instante, desde el inicio de Plataforma PRO y hasta la fecha en el que la camarilla no haya tenido el pleno, total, absoluto y férreo control de todo lo que se mueve en UPyD. (Vamos, el más puro estilo estalinista del que es muy capaz nuestro amigo CMG)
Podríamos poner la fecha de nacimiento de este monstruo el día 19 de Mayo del año 2007, que es el día en el que tuvo lugar la reunión del Hotel Costa Vasca de San Sebastián. Estuvimos presentes 32 personas pertenecientes a distintos ámbitos y con sensibilidades políticas diferentes, pero con un anhelo común: seguir combatiendo desde las ideas al terrorismo y a la sinrazón nacionalista en el que se apoya, seguir haciendo que cale, como la lluvia fina, la idea de que es necesario acabar con la influencia nacionalista en España si de verdad queremos, de una vez, terminar con la intolerancia, las bombas y el tiro en la nuca; de que no todas las ideas son respetables -¡ni mucho menos!-… Creo que todos, o la mayoría, de los presentes éramos activistas de ¡Basta Ya! Y para entonces ya teníamos claro que este movimiento, como organización social no tenía más recorrido, y que si queríamos seguir avanzando en su misma dirección había que dar el salto a la arena política.
Pero no sería correcto. Unos días antes, y como preparación para la convocatoria de esa reunión, se celebró una cena en un restaurante chino de San Sebastián. Y esta vez sí. En ella –y en petit comité- se elaboró la hoja de ruta y la agenda oculta de lo que después solo ha sido su desarrollo y puesta en escena del proyecto a lo largo de estos años. Se trataba de elaborar “cuatro cositas sencillas”, sin demasiadas complicaciones ideológicas, plagadas de transversalidad y buen rollo. Si la cosa se hacía bien y de prisa era perfectamente posible encarrilar al animalito por la buena senda de la influencia política en España y a nada que cuajara la cosa, en poco tiempo seríamos imprescindibles y llave del Gobierno. Y en ello estamos. Solo un dato personal que os aclarará algo el panorama: en aquella cena participaron, entre otras personas, Carlos Martínez Gorriarán, Juan Luis Fabo y Rosa Díez.
Empezar aquella aventura requería recursos importantes… Y no había un duro, claro. Primera decisión: detraer recursos de los fondos existentes en ¡Basta Ya! (ya se devolverían después, se dijo) y lanzar rápidamente las ideas primarias de lo que dimos en llamar Plataforma PRO (jamás se ha vuelto a elaborar ni debatir nada con fundamento en el campo de las ideas desde este momento inicial y hasta la fecha), confección de Bases de Datos debidamente encriptadas –escrupuloso respeto a la Ley de Protección de Datos, decían-, y fijación de la cuota más alta –el que algo quiere, algo le cuesta, dijeron entonces- jamás vista en una organización política española… Así empezó todo y así acabó el debate de las ideas: Nació UPyD.
Fresita Magenta
(Continuará)