Plazaeme preservado

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Las incongruencias Gorriarán: el totalitarismo democrático.

Ha llegado un documento precioso. Es acojonante el tío este. Te mete un farragoso rollo pseudo argumentativo, y como está convencido de la imbecilidad intrínseca de cualquiera que no sea él mismo, se cree que cuela. Según nos remiten, su último logro intelectual consiste en defender el atropello venezolano de UPyD como la única demoracia interna posible. Con cierta coña irónica, porque se basa en que todo crítico de la dirección es solo un elemento local -y por tanto un perturbador del proyecto y jodechincho de los dioses. La coña consiste en que la tesis no es del todo falsa, puesto que  el esquema de comunicación de UPyD se basa en que lo único no local del partido sea su dirección. Y cuando ocurre lo impensable, que en las elecciones al Consejo de Dirección se presenta una alternativa -inevitablemente “no local”, lo primero que hay que hacer es acabar con ella con el oportuno expediente y pérdida preventiva de derechos. Y así vuelven las aguas a su cauce, y toda critica es solo “intereses locales”, bastardos por definición.

¿Donde queda aquello de …?

Es cierto que los estatutos de los partidos garantizan muchos derechos a los militantes e imponen numerosas limitaciones a los cargos, pero la inexistencia de competencia interna en forma de oposición reconocida, y la coincidencia de las funciones de juez y parte en los mismos círculos de poder, suelen dejarlas en nada. Todos los esfuerzos se dirigen a reforzar el monolitismo y a excluir a los disidentes, prioridad que a la larga redunda en el empobrecimiento intelectual de los cargos partidarios, cooptados entre la afiliación más sumisa y más ansiosa de disfrutar la carrera política que sólo el partido -el aparato- puede darle [-->].
Debe ser que eso era teoría, y ahora estamos en la práctica. En la practica, al menos en la de Gorriarán, lo que en teoría era sana "competencia interna" se convierte en "hostilidad" a la dirección. Y eso no puede ser, por definición.

También se forra a hablar de falacias. Las de los demás, claro. Pero empieza con la mayúscula falacia de ridiculizar las tesis contrarias cambiando la pretensión de un mínimo de democracia interna por la de la “democracia perfecta”. Así consigue su anhelado sueño de ser el único inteligente del mundo. Transforma la tesis opuesta en ridícula, y como no hay debate y la otra parte no puede hablar, eso es lo que hay. Desde que puso su blog “de vacaciones”, y luego lo despertó con mordaza, la vida es jauja.

Y ya que le gusta señalar tanto las inventadas falacias ajenas, me voy a permitir señalarle un ejemplo de las suyas. Citando, y no a base de “me lo han dicho”, como las que pone él.

No voy a justificar aquí en detalle la conveniencia de que nuestro Consejo de Dirección se elija mediante la competición entre listas cerradas. Baste decir que un órgano ejecutivo cualquiera, equivalente en cierto modo al Gobierno de una nación, no puede incluir en su seno, si quiere se efectivo, su propia oposición.
Ya. Y para eso se han inventado hace mucho tiempo los sistemas de evitar ese problema. Fundamentalmente, o la elección del presidente del ejecutivo por el deliberativo, o la elección directa por las bases de quien ha de gobernar. Y en ambos casos el elegido nombra su gobierno. ¿Fácil, no? No hay problema alguno de oposición dentro del ejecutivo. Pues no es tan fácil para UPyD, que tiene que reinventarse la democracia. Será porque es más entretenido, o será porque es más conveniente para el que se mete a inventor. Pero eso no quiere decir ni que sea la única forma posible, ni mucho menos que sea la mejor.

Tampoco es manca la falacia de la “dispersión del voto”.

El delegado típico al Congreso tiene, en general, una visión fuertemente local de la Organización: se ve a sí mismo como miembro de la delegación de Valencia, o de Asturias, o de Murcia. En la mayoría de los casos, su horizonte organizativo es estrictamente provincial. Es cierto que conoce a algunos dirigentes nacionales del Partido, pero muy pocos de ellos se van a presentar al Consejo Político, ya que casi todos forman parte de la candidatura presuntamente mayoritaria al Consejo de Dirección.
¿Y por qué será que el delegado típico del congreso tiene una visión fuertemente local de la Organización? ¿Acaso es un asunto local el federalismo de intensidad taralalá? ¿Es un asunto local el establecimeinto -o no- de mecanismos tipo "checks and balances", que hasta Gorriarán a nadie se la había ocurrido que fueran "principios de purismo democrático", sino precisamente buenas prácticas, y bien probadas? ¿O será que hay cosas que en UPyD nunca se han discutido, ni se van a discutir, porque se corre el riesgo de que se note de qué lado están las falacias?

Como me decía un amigo el otro día,

si me apunto a una sociedad taurina, es para hablar de toros. Y si me apunto a un partido político, será para hablar de política. UPyD debe ser una cosa distinta.
Y tan distinta. Como que lo que dice CMG es cierto.  "El delegado típico al Congreso tiene, en general, una visión fuertemente local de la Organización" Y ahí se debe de quedar, hablando de organización -y local, que la política es cosa de los dioses. Y como no hay política, solo candidatura 1, y en su caso también candidatura 2, todo lo que se espera de él es que vote por la candidatura 1, que para eso es la 1.

Y ya de paso que nos olvidamos de la sana competencia interna, dejamos de lado los estorbos como evitar el fenómeno de juez y parte, el control del poder, y otros absurdos “purismos democráticos”. En resumen: una mayoría, un líder,una acción. ¿Pero lo firma Carlos Martínez , o se trata de Carl Schmidt [–>]?

Pasen , y lean:

DOS CONCEPCIONES DE LA DEMOCRACIA INTERNA EN EL PARTIDO

Esta es una reflexión de carácter general sobre dos concepciones acerca de la democracia interna en las organizaciones políticas –dos concepciones no solo distintas, sino enfrentadas, que conviven en UpyD y que a nuestro juicio están en el origen de muchas de las dificultades que sufrimos en este terreno.

1. El espejismo de la democracia perfecta.

La democracia no es un sistema perfecto. Es más, la democracia es un sistema necesariamente imperfecto. Y el que afirme lo contrario, el que trafique con la idea de una democracia presuntamente perfecta, está fuera de la realidad o se entrega sin más a la demagogia. Lo mismo ocurre con la democracia dentro de las organizaciones políticas, con la democracia interna de y en los partidos.

No hay fórmulas infalibles para instaurar una democracia perfecta en el seno de un partido. Los que sostienen otra cosa, o son unos ingenuos, o están probablemente defendiendo unas normas de funcionamiento interno diseñadas a la medida de sus ambiciones de poder, aunque esos interesados partidarios del purismo democrático presenten tales normas como la quintaesencia de la democracia.

La democracia, es cierto, tiene principios y una serie de reglas generales. Pero no se edifica a través de la mera aplicación de recetas indiscutibles. En general, la cuestión de la democracia interna se resuelve encontrando, no tanto la fórmula perfecta del funcionamiento democrático, como una serie de buenas prácticas probadas y siempre revisables de acuerdo con la experiencia.

Cualquiera de las formas de funcionamiento democrático inventadas hasta el momento tiene contraindicaciones. De lo que se trata, pues, es de minimizar esos efectos indeseables mediante un sistema de “frenos y equilibrios” que evite disfuncionalidades graves. De hecho, y como tendremos ocasión de mostrar, es frecuente que la aplicación dogmática de reglas inspiradas por determinados principios de purismo democrático, conduzca a resultados obviamente antidemocráticos. Esta es una de las numerosas y variadas paradojas de la democracia que han sido objeto de estudio académico desde hace tiempo.

Contra lo que pudiera parecer, no me estoy refiriendo a problemas estratosféricamente teóricos, sino muy concretos. Nosotros mismos, en UPyD, hemos tenido que afrontar recientemente el problema que apunto, a saber: el de cómo reglas de democracia interna animadas por las mejores intenciones democráticas pueden inopinadamente llevar, en su aplicación, a resultados claramente antidemocráticos.

2. Un ejemplo de posible resultado antidemocrático a partir de la aplicación de un sistema de reglas superdemocrático.

Según el Reglamento del Primer Congreso, este debía elegir los órganos fundamentales del Partido y en especial los dos más importantes: el Consejo de Dirección y el Consejo Político. El primero se concebía (y se concibe) como órgano ejecutivo y el segundo como órgano deliberativo. De ahí que el procedimiento escogido para elegir el Consejo de Dirección fuera de listas cerradas y por sufragio de todos los afiliados, en tanto que la forma de elección del Consejo Político se decidió que fuera el voto de los delegados al Congreso y con listas abiertas.

No voy a justificar aquí en detalle la conveniencia de que nuestro Consejo de Dirección se elija mediante la competición entre listas cerradas. Baste decir que un órgano ejecutivo cualquiera, equivalente en cierto modo al Gobierno de una nación, no puede incluir en su seno, si quiere se efectivo, su propia oposición. Un órgano ejecutivo no es un parlamento. Debe tener una coherencia interna sin la cual pierde inevitablemente eficacia y puede incluso llegar a la parálisis. En todo caso, el órgano en el que debe expresarse la pluralidad interna del partido es el Consejo Político, no el Consejo de Dirección.

Es evidente que los autores del Reglamento tuvieron al redactarlo la intención de combinar la más escrupulosa transparencia e inmediatez democrática con una cierta aplicación del principio de la división de poderes. El resultado de conjunto ha sido, tanto en lo estipulado por ese Reglamento como en la ponencia de Organización y Estatutos finalmente aprobada por el Congreso, un marco normativo que no es exagerado calificar de superdemocrático.

Sin embargo, los creadores de ese marco normativo posiblemente no llegaron a percatarse de que el procedimiento escogido para elegir el Consejo Político podía conducir, por las propias características de su diseño y con una alta probabilidad, a resultados claramente antidemocráticos. La clave del asunto estaba, y sigue estando, en el grado natural de dispersión del voto espontáneo de los delegados al Congreso.

Veamos cómo se produce esta dispersión del voto. El delegado típico al Congreso tiene, en general, una visión fuertemente local de la Organización: se ve a sí mismo como miembro de la delegación de Valencia, o de Asturias, o de Murcia. En la mayoría de los casos, su horizonte organizativo es estrictamente provincial. Es cierto que conoce a algunos dirigentes nacionales del Partido, pero muy pocos de ellos se van a presentar al Consejo Político, ya que casi todos forman parte de la candidatura presuntamente mayoritaria al Consejo de Dirección.

De manera que la tendencia natural del voto espontáneo de la mayoría de los delegados viene a ser la de votar a los conocidos con los que esos delegados se llevan bien; es decir, la de votar casi en exclusiva a los miembros (amigos) de su delegación provincial o, todo lo más, regional.Si los delegados hubieran seguido esta tendencia natural, la mayoría de ellos no habrían votado a más de 20 o 30 nombres de una larguísima lista de candidatos (más de 400) al Consejo Político. En consecuencia, la dispersión de los resultados de la votación habría sido enorme.

Imaginemos que, en esas circunstancias, una minoría compacta y decidida de delegados opositores a la mayoría del Partido –representada por el Consejo de Dirección elegido justo en ese momento por la afiliación, con un resultado aplastante—decide votar unánimemente a “su” lista de candidatos al Consejo Político. Está claro que bastaría con que un centenar de delegados, de un total de 500 –es decir, una clara aunque activa minoría–, se comportaran de ese modo para que esa minoría lograra obtener una amplísima mayoría de los puestos del Consejo Político. Nos encontraríamos, pues, ante un resultado claramente antidemocrático (100 delegados se habrían impuesto a la voluntad de los otros 400, gracias a la dispersión del voto de estos); un resultado, sin embargo, posibilitado por el respeto escrupuloso de reglas impecablemente democráticas.

Todos los que participamos en el Primer Congreso sabemos que no habría sido inimaginable que en él se hubiera producido el siguiente resultado electoral: un Consejo de Dirección elegido por un 80% de los votos emitidos por los afiliados, y un Consejo Político dominado en un 80% de sus puestos por representantes de una minoría antagónica con esa Dirección y elegida, para más inri, por solo un 20% de los delegados a nuestra magna asamblea. Si este resultado tan escasamente democrático no es algo así como la tormenta orgánica perfecta, se parece mucho a ella.

Porque, naturalmente, los beneficiarios del “golpe de mano estadístico” que acabo de describir se desgañitarían proclamando la limpieza democrática de su triunfo, y reclamarían perentoriamente todas las prerrogativas del poder orgánico conquistado de esa manera tan dudosa. Con lo que nos veríamos abocados a una situación virtualmente insostenible: la de un Consejo de Dirección permanentemente hostilizado por un Consejo Político dominado por una sólida “mayoría minoritaria” opositora. Además de ser este un resultado claramente antidemocrático, sería un resultado de consecuencias virtualmente suicidas para el Partido.

Es evidente que la única manera de evitar que en situaciones de esa índole se impongan a la organización alternativas minoritarias y equipadas, además, con una peligrosa carga destructiva, es responder a ellas con la misma moneda. ¿En qué sentido? Asumiendo sin complejos que los representantes más significados de la alternativa mayoritaria deben orientar también el voto de los delegados, rompiendo así la dispersión que es una característica congénita del voto espontáneo de estos. En suma: la única manera de evitar el golpe de mano estadístico al que me refiero es enfrentar una lista nacional mayoritaria de candidatos a cualquier lista nacional minoritaria que pueda presentarse.

Conviene señalar que la eventualidad que se comenta –que una minoría organizada se haga, antidemocráticamente, con el control del Consejo Político— no es una posibilidad entre otras muchas: es el resultado casi inevitable –salvo que se actúe en el sentido recién indicado—del mecanismo de elección de ese órgano establecido primero en el Reglamento y después en los Estatutos. En otras palabras, estamos hablando de una eventualidad que se va a repetir una y otra vez en procesos electorales parecidos, porque está estructuralmente ligada a ellos: siempre habrá una minoría que se aproveche de la dispersión espontánea del voto que venimos comentando para intentar su particular golpe de mano estadístico.

Para una Dirección que, como la que ahora tiene nuestro partido, descansa en una clara mayoría democrática, sería de una irresponsabilidad manifiesta permitir que una minoría de cualquier pelaje se hiciera con el poder orgánico a través de maniobras de ventajismo estadístico como la descrita. Por consiguiente, en procesos electorales parecidos al del Consejo Político nacional, la elaboración por la correspondiente dirección de listas recomendadas es no solo éticamente impecable, sino políticamente imprescindible para evitar resultados que además de antidemocráticos son gravemente desestabilizadores para la Organización.

Creo que esta línea argumental que acabo de esbozar debemos desarrollarla, asumirla y defenderla sin vacilaciones ni complejos. No podemos estar a la defensiva en este terreno y andarnos con excusas como decir que lo que pasó en el Primer Congreso fue algo excepcional, impuesto por las circunstancias, que vamos a procurar no tener que volverlo a hacer en adelante, etc. Porque esas circunstancias se van a dar prácticamente siempre, forman parte del código genético de este tipo de elecciones y así hay que explicarlo a todo el que cuestione el derecho moral de la mayoría, o si se prefiere, de la Dirección, a disponer, en este terreno, de los mismos derechos electorales –ni uno más, pero también ni uno menos—que cualquier minoría, por crítica que sea. Mas adelante volveré sobre esta idea.

3. El descontento de los agraviados.

La aparición en el Congreso de una lista oficiosa para el Consejo Político, y sobre todo el hecho de que esa lista arrasase y copara la práctica totalidad de ese órgano, provocó una oleada de descontento en cuyas causas conviene detenerse.

Ese descontento tuvo, a mi juicio, dos procedencias. Por una parte, la representada por los “críticos” ya estructurados como tendencia. La frustración de estos era previsible, pues no consiguieron ninguno de sus objetivos: su golpe de mano estadístico quedó no ya neutralizado, sino completamente anulado por la contrainiciativa de la Dirección.

El arco de los descontentos fue sin embargo más amplio, y abarcó muchos delegados no claramente incluidos en la corriente “crítica”. La razón de su disgusto es clara: sus expectativas de entrada en el Consejo Político se vieron desmentidas por los hechos. Es obvio que fueron muchos los afiliados que creyeron tener alguna posibilidad de resultar elegidos como miembros de este órgano. Para él, y como ya he apuntado, se presentaron más de 400 candidatos. ¿Por qué fueron tantos, y por qué les resultó tan frustrante no conseguir ser, en su gran mayoría, elegidos?

La respuesta se puede encapsular en una frase: muchos de esos candidatos habían fundado sus esperanzas en cálculos locales de votos. O dicho de otro modo: habían contado, de manera más o menos consciente, con que se iba a producir esa gran dispersión en el voto que hemos descrito arriba. Esa extrema dispersión, como se ha apuntado antes, habría en efecto posibilitado obtener un puesto en el Consejo Político con unas pocas docenas de votos.

Hubo, creo, mucha gente que hizo sus cálculos en esos términos: pensó que con un buen apoyo de los delegados de su provincia o región (apoyo que pensaban conseguir mediante el viejo procedimiento del “tú me votas a mí, yo te voto a ti”) conseguirían las dos o tres docenas de votos que en su previsión podrían darles opciones a un puesto de consejero.

De ahí la intensa frustración que sin duda supuso para muchos de esos delegados el comprobar que, inopinadamente, “les habían cambiado las reglas de juego” asumidas por ellos y en las que habían basado sus esperanzas. En realidad, más que las reglas lo que se revelaba diferente era el terreno de juego mismo, que de local pasaba a ser nacional como consecuencia de la aparición de listas a esa escala. No es extraño que, de forma totalmente injustificada aunque humanamente comprensible, buena parte de esos delegados, en lugar de achacar su error de cálculo a sí mismos, hayan aparentemente decidido culpar del mismo a un supuesto juego sucio de la Dirección.

4. Una concepción local frente a una concepción nacional del Partido.

Las frustraciones ocasionadas por los resultados del Primer Congreso –y en especial por la forma como se concretó la elección del Consejo Político—profundizaron unas actitudes recelosas con la Dirección que ya estaban presentes en el Partido con anterioridad, pero que cobraron nuevo impulso entre los delegados descontentos con esos resultados. La concepción del Partido de los llamados “críticos” ganó así alguna influencia en ciertos medios que hasta ese momento no se habían inclinado claramente por sus planteamientos.

Esa concepción del Partido puede describirse de forma sencilla mediante un simple término: localismo. El “crítico”, típicamente, es un militante con cierta capacidad de liderazgo y que en esencia lo que pretende es acumular poder orgánico, utilizando como palanca para ello el enclave organizativo –local, provincial o territorial—en el que se mueve. Lejos de ser un mero afiliado de base, el “crítico” suele ser casi siempre un militante activo, que se ve a sí mismo como dirigente en potencia y que, justamente por eso, entra inevitablemente en competencia y en conflicto con la Dirección existente –en especial con la dirección que controla directamente por arriba su ámbito de actuación.

Desde luego, el “crítico” no proclama abiertamente que su objetivo es el poder. Al contrario, disfraza ese objetivo con los sugestivos ropajes de una presunta “defensa de la democracia en el interior del Partido”. Lo que él hace, según su propia y embellecedora versión del asunto, es defender, digamos, el derecho de los afiliados de base a elegir a sus dirigentes –como si hubiera alguien en nuestro partido que cuestionara ese derecho-. Pero, en realidad, lo que está reclamando es su propio “derecho” a resultar efectivamente elegido por sus bases –por aquellos afiliados que cree que puede pastorear.

Por eso el “crítico” entiende los procesos electorales de manera ventajista: son justos y democráticos si maximizan sus posibilidades de ganar; son injustos y antidemocráticos en caso contrario (para un ejemplo concreto, remito al lector más arriba, al análisis de las reacciones provocadas por el proceso de elección del Consejo Político).

No es casual que haya “críticos” que digan –yo los he oído—que “la Dirección la deben elegir los afiliados, y para ello hay que evitar la presencia de una lista oficiosa respaldada por la Dirección saliente”. Obsérvese el cúmulo de inconsistencias que contiene este planteamiento. En primer lugar, se basa en una contraposición curiosa entre “afiliados” y “Dirección”. ¿Acaso la dirección del Partido, a todos los niveles, no se compone de afiliados? ¿O es que se va a expropiar a esos afiliados pertenecientes a cualquier nivel de dirección (excepto, se supone, aquel en que se encuadra el “crítico” de turno) de los derechos (electorales, en este caso) que tiene cualquier (otro) afiliado? Más en concreto, ¿se va a negar a los afiliados que forman parte de direcciones de uno u otro rango el derecho a proponer listas electorales, y a formar parte de ellas, como puede hacer cualquier (otro) afiliado del Partido? Es claro que esto representaría una masiva expropiación de derechos para una parte significativa de nuestra militancia. ¿De veras se está proponiendo eso?

Es evidente que el voto de los afiliados de la dirección en todos sus niveles vale lo mismo que el de cualquier otro afiliado. En los partidos democráticos no existe el voto de calidad, no hay discriminación positiva alguna en este sentido. ¿Hay que discriminar negativamente a los afiliados que ocupan cargos de dirección, prohibiéndoles hacer lo que cualquier otro afiliado tiene derecho a hacer? ¿A qué dirigentes afectaría esa discriminación? ¿Se aplicaría ya a los miembros de los comités locales? ¿O solo al nivel de dirección con el que yo, “crítico”, estoy enfrentado porque ambiciono situarme en él? ¿Y en nombre de qué principio se justificaría esa prohibición?

Algunos “críticos” tienen preparada una respuesta a esto aparentemente ultrademocrática: los cargos directivos no deben formar, ni siquiera aconsejar, listas electorales propias porque, si lo hicieran, estrían abusando de su poder sobre todos los niveles inferiores de la organización. Aclaremos un poco los conceptos: los dirigentes de una organización política como UPyD solo tienen “poder orgánico” sobre los cargos jerárquicamente dependientes de ellos (por ejemplo, un coordinador local tiene poder, en este sentido, sobre el correspondiente responsable de comunicación). Esos dirigentes no tienen ningún poder sobre los afiliados en cuanto tales, y menos en el terreno electoral (cualquier afiliado puede votar lo que le dé la gana diga lo que diga la Dirección, como se demostró en el Congreso). Lo que sí puede tener esa Dirección es influencia sobre esos afiliados (es lo que en UPyD tiene, de manera sobresaliente, Rosa Díez). ¿Se va a expropiar también a la Dirección esa capacidad de influir sobre el resto de la afiliación? ¿Y cómo se hace eso? ¿Hay que prohibirles, por ejemplo, hacer declaraciones?

Supongamos que el “crítico” en cuestión se niega a admitir esa distinción entre poder e influencia y sigue sosteniendo que la Dirección puede presionar a los afiliados, y que por eso se deben recortar sus derechos electorales. Examinemos de cerca el argumento. Está claro que la dirección que más puede presionar al afiliado de base es la de su comité local. Es con esa dirección con la que tal afiliado tiene contacto directo y frecuente, es ella la que puede proponerle ocupar algún carguito, etc. ¿Habrá entonces que prohibir a los dirigentes locales del Partido que apoyen listas electorales, formen parte de ellas, etc.? Seamos serios.

Soy consciente de que estos argumentos no harán cambiar de opinión a la mayoría de los “críticos”. En general, los intereses engendran convicciones y las convicciones generan evidencias. Me contentaría con hacer ver al menos a algunos de esos “críticos” que sus argumentos no son tan sólidos como creen, que a casi todos se les puede dar la vuelta como un calcetín y que su pretensiones de instaurar un régimen supuestamente ultrademocrático (en realidad, descaradamente ventajista) en nuestro partido es, como poco, discutible.

Para apoyar sus posiciones, una de las tareas a las que se han aplicado los “críticos” ha sido la de someter nuestros Estatutos a una especie de deconstrucción interesada. La cosa tiene su vertiente irónica. Nos estamos quejando como Partido de las lecturas interesadas de la Constitución que, impulsadas por los nacionalistas, están modificándola por la puerta de atrás; y ahora mismo estamos asistiendo, justamente, a

una relectura interesada de nuestros estatutos. Una relectura que pretende trastrocar el régimen de funcionamiento de nuestra organización también por la puerta trasera y sin que nos demos cuenta del cambio sustancial que representa esa modificación.

La cosa pretende realizarse a través de la distinción entre “derechos y obligaciones legales” (aquellos realmente reconocidos por la letra y el espíritu de nuestros estatutos) y “derechos y obligaciones morales” (que no aparecen para nada en esos estatutos, pero que el “crítico” se inventa sobre la marcha y según su conveniencia). Yo he oído decir, por ejemplo, que la Dirección saliente no tenía el “derecho moral” a impulsar una lista propia al Consejo Político, aun reconociéndose el carácter plenamente legal de esa actuación de acuerdo con la literalidad de los estatutos.

¿En qué quedamos? ¿Nos debemos regir por una normativa legal claramente especificada o por una intuición moral que cada cual va a interpretar como le convenga? ¿Es democrático introducir ese elemento de inseguridad jurídica en una organización política? ¿O no será más cierto que el funcionamiento democrático de un partido exige que las reglas del juego sean claras, que los afiliados se atengan a ellas y que exijan que valgan para todos?

5. La falacia del “basismo”.

El localismo “crítico” tiene como ideología autojustificativa lo que llamaré el “basismo”. Este consiste en el intento de monopolización de la representación de “las bases” por parte de un dirigente –o aspirante a dirigente—de cualquier nivel (local, provincial, territorial e incluso nacional). Al tiempo que aspira a esa monopolización, el basista niega a las direcciones por encima de la suya (y, sobre todo, a la que ocupa el escalón inmediatamente superior) cualquier capacidad de hablar en nombre de las bases ni de representarlas en ningún sentido.

Al basista no se le pasa por la cabeza que una dirección superior a la que él mismo encarna pueda representar tan bien como él o mejor a “las bases” (y, en especial, a las que él entiende como “sus bases”). Desde su punto de vista esa dirección es una cosa y las bases (a las que el basista dice representar en exclusiva) otra completamente distinta.

Inevitablemente, el basismo acarrea una cadena de expropiaciones en las atribuciones y derechos de toda dirección de nivel superior a aquel en el que está instalado el basista. La primera expropiación se fundamenta, como ya se ha apuntado previamente, en la contraposición entre Afiliación y Dirección. El basista niega –al menos en el terreno simbólico—la condición de afiliado a cualquier miembro del nivel de dirección que él decida convertir en objeto de su recelo y, posteriormente, de sus ataques.

La segunda expropiación decretada por el basista sobre la dirección de uno u otro rango consiste en negar a los miembros de esta capacidades que se reconocen a cualquier afiliado. De manera que, por ejemplo, y según ya hemos visto, los afiliados de la dirección serían los únicos que NO tendrían la capacidad de, digamos, presentar una lista a una elección.

Desde el punto de vista del basista, y de manera un tanto curiosa, cualquier grupito de afiliados reunidos en un bar, o en torno a una paella, pueden proponer una lista, EXCEPTO los miembros del órgano de dirección que esos autoproclamado paladines de las bases consideren incómodo. Es evidente la expropiación moral de derechos que el basista opera sobre los afiliados que componen cualquier dirección superior aquella a la que él mismo, posiblemente, pertenece.

Afortunadamente UPyD se ha dotado de un antídoto poderoso contra esa manifestación menor de nuestro castizo localismo que es, en el fondo, la corriente “crítica” y su ideología basista. El antídoto en cuestión es la elección directa, por todos los afiliados, del Consejo de Dirección nacional. Esa elección directa, y más cuando produce un resultado tan contundente como el que obtuvo la candidatura mayoritariamente votada durante el Congreso, ha neutralizado el intento “crítico” de imponer al Partido su interesado concepto de democracia interna.

Tras el Congreso ha quedado claro que si alguien tiene derecho a reclamar la representación de “las bases”, no son los “críticos” de aquí y de allá. Es la actual Dirección Nacional, elegida por más del cuádruple de votos de los que obtuvo la alternativa “crítica”. Una Dirección que representa, justamente, todo lo contrario del localismo, y ello por varias razones: en primer lugar por el carácter nacional de nuestro liderazgo, centrado en la figura de Rosa Díez, pero también en otros referentes (Savater, por ejemplo). Se trata de figuras nada locales, figuras de genuina dimensión nacional. En segundo lugar, por el modo como esa Dirección fue elegida, en un acto soberano de la totalidad de los afiliados de nuestro partido. En tercer lugar, por el carácter nacional

de nuestro programa y de nuestra forma de hacer política, consistente en decir lo mismo en todas partes. Y en cuarto lugar porque somos gatos escaldados: nacimos como partido de la aguda conciencia del desastre al que conducía el localismo político –no solo el representado por los nacionalistas, sino también el que ha convertido a los dos grandes partidos antes nacionales en confederaciones más o menos laxas de baronías autonómicas.

En UPyD, si algo tenemos claro, es que no vamos a seguir ese camino.

A mi tampoco me cabe ninguna duda. Lo que me parece es que Zapatero lo plantea mucho más fácil.

Documentación imprescindible:


  • Juan Perán 2010-03-01 14:08:00
    Sinceramente, ese hombre no está en su sano juicio. Esa argumentación no es normal. Lo preocupante es que la cree firmemente.
    • Berenjena 2010-03-01 14:12:26
      y no solo cree esa argumentación, si no que la defiende con uñas y dientes Juan, creeme.
  • Maleni 2010-03-01 12:35:36
    Plazaeme de verdad que admiro tu capacidad analítica para adentrarte en el personaje, pero a mí me cansa tanto que prefiero centrarme en la diputada. Te aseguro que es más interesante aunque sólo sea porque es capaz de conseguir algún voto a diferencia de él. Además los últimos ademanes insultadores de ella ya permiten ver la influencia Gorriarán por encima de las demás, con lo cual visto el engendro se adivina el progenitor. Pero como la señora se las apaña para salir de los laberintos gorriaranescos, eso no me digáis que no tiene guasa. Yo lo utilizo de vez en cuando para divertirme. Si tuviera algún futuro para la diversión de las generaciones futuras les votaría pero como es el caso que van a durar lo de un palote en el patio de un colegio, creo que ni les voy a votar. Osea un mero "carpe diem" que al igual que Viejecita y con su inestimable labor de recopiladora voy a trasladar a toda tertulia para deleite del personal.
    • plazaeme 2010-03-01 12:45:36
      Sí, tienes razón. Es como hablar de Zapatero; un horror. Pero la alternativa es dejar pasar todas las melonadas de cualquier satisfecho con poder. Por lo menos que conste.
    • Maleni 2010-03-01 12:55:07
      Hablando de Zapatero. El otro día tenía una interesante conversación telefónica. El/la interlocutora tiene una tendencia a ver la influencia socialista en todo lo que hace y dice Rosa Díez. Y por eso salió la comparación con Zapatero. Y a mí sólo se me venía una cosa a la mente y es que nadie en éste país se para a conocer el mensaje de Zapatero. Zapatero es el presidente del gobierno y la figura relevante en el Psoe, partido sobradamente conocido por todos. El caso de Rosa Díez es completamente diferente. Ella es consciente de que anuncia o "vende" algo nuevo y lo ve como un "campo a través" para hacer lo que a ella le viene en gana por eso de que lo novedoso vende siempre. Pero ¿no se ha parado a pensar que la gente se ha detenido a escucharla y confrontarla mucho más que a Zapatero?. El hecho de ser una lider femenina no es algo que tenga menos importancia. A Chacón o a Fernández de la Vega el protagonismo y atención que ello le otorga no le incide de la misma manera por lo que apuntaba: el partido socialista tiene más peso que sus trayectorias y prácticas personales. En fin, la señora debería o pensar más o contratar a un asesor del "haciendo amigos" más que "del cometer atropellos" porque está en el ojo de mira de millones de personas y eso lo saben los grandes. Con una pequeña campaña en su contra la tumban como a una pieza de dominó. ¿Considera que tiene suficientes apoyos para mantenerse en pié?. Yo lo dudo muchísimo pues como venimos denunciando aquí ha tocado las rayas rojas y eso se paga caro, tanto como el haber vivido muchísimos años en una dictadura y que te asocien con ella. Y si no que se lo digan al PP.
  • Jose Maria 2010-03-01 12:58:53
    Plazaeme, el Sr Martinez me cansa y en el fondo no le considero nadie en el sentido polticio del termino, porque no ha sido elegido ni una sola vez a nada en UPyD. Y dudo mucho que lo fuese si se presentase a algo por libre sin el apoyo de la Sra Diez. ?porque se negaron en redondo a que en las listas al CD no hubiese la posibilidad de borrar dos o tres y ponerlos de una lista hecha por el mismo portavoz? La propia Sra Diez dijo que la parecia bien esta solucion pero no era el momento. Pues sencillamente porque probablemente ni este Señor ni el otro hubiesen salido elegidos. Luego todo lo que dice me parece blab bla bla. Que no diga la mentira (una mas) de que hicieron ellos su lista al CP cuando estaba hecha la de los criticos porque la tenian desde el primer momento, como hicieron otra ya para la eleccion al Congreso de Delegados de Madrid. Este Señor miente mas que habla, como cuando dijo desde la tribuna del pleno que no quisimos defender nuestras enmiendas, con toda la jeta del mundo, cuando ellos llevaron a la gran mayoria de los herejes que presentamos enmiendas a comisiones distintas y lo prepararon en una reunion el viernes de la semana anterior en la Calle Orense y estaba presente una Sra que luego estuvo en la mesa del Cognreso y que se ausento con otro miembro de la mesa toda la tarde del Viernes del pleno para repartir a los delegados en las comisiones como lo tenian preparado. ?porque viene ahora a tratar de justificar lo que han hecho? ?no sera porque todo se les esta volviendo como un boomerang? ?no es cierto que en la lista al CP que ellos hicieron, estan casi todos los empleados a sueldo de UPyD? ?esto que significa? Pero bueno estoy con Maleni, me cansa ver qeu una persona ha cambiado tan radicalmente de postura en tan poco tiempo. Y lo vuelvo a decir Upyd es un fraude. Por cierto, el celebrar elecciones no supone democracia. Otro dia hablaremos de las elecciones "democraticas de la galera"
  • Tucidides 2010-03-01 13:29:58
    Permitaseme un inciso....El que crea como Gorriaran que aquí en el 11M ya se sabe todo y que cualquier nueva investigación no es mas que una "astracanada" que le roba atención mediatica al partidito de mi niño...absténgase de perder el tiempo en este enlace. Al que ,al igual que Buenafuente le diviertan un montón las bromas en relación con este atentado, puede ayudar y facilitarle al showman catalán videos de borrachuzos por You tube y desconojarse con el Buenafuente y con el Berto de los cojones. El que sin embargo...si que tenga un poquito de curiosidad en saber que pasó con un atentado que mató a casi 200 de sus conciudadanos, le dejo estos enlaces. http://www.elconfidencial.com/valor-derecho/11-m-explosivos-20100227.html http://www.libertaddigital.tv/ldtv.php/beta/videoplayer.html/ZEEODULD9ro/ Y perdonad la ironia....Ya se yo que en este foro de griegos no hay nadie ni de la primera,ni de la segunda categoria.Ya lo dijo Rosa...."Para Hablar del 11M hay otros blogs amigos" Pues eso,que estamos en "otro" Blog.
    • plazaeme 2010-03-01 14:06:04
      Sí, es un artículo muy bueno, Tuci.
  • eleccioneseuropeas 2010-03-01 15:05:06
    Fecilidades a todos. En UPYD hay un sudor de jugador, como los jugadores compulsivos cuando ven perder sus cartas. Ellos creerán que van a en(ganar) a todos constantemente todo el tiempo y va a más, y al final lo apuestan todo. Como el gallego de Zapatero. Se puede engañar totalmente a algunos, se puede engañar un poco a todos, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Se caerán de la escalera. Hablando de asuntos tribiales, que lo son, este es el nick que adopto. Me ha llevado poner el tono fresita que tanto busqué. Perdón por el retraso Plaza Eme. Te pido permiso para copiar tus post en blogs..
    • plazaeme 2010-03-01 15:36:01
      No necesitas permiso, ya dice en la portada que el material propio es libre. Sí, mejor que te atengas a un nick. Así, acabarás pasando por directo.
  • Ángel Soria 2010-03-01 15:40:40
    Bueno, Plaza, no está mal como reflexión para un señor que tiene la cabeza como un mantecado de La Estepa. A ver si ponen el copago en la Seguridad Social para evitar el exceso de ingesta de pastillas.
  • eleccioneseuropeas 2010-03-01 16:20:04
    Por eso se creó una lista para el CP, para una 'unidad nacional' como la que a mi me dieron siendo delegado. Así se destrozó la dispersión con la difusión de una lista que fue dada en mano a numerosos delegados (como a mi). Así es la democracia interna en esta vergüenza Que vergüenza. Y así se evitó la dispersión y se unificó el voto cautivo, rehén del de arriba. Fue así CMG. Tú lo conseguiste así. "Esa extrema dispersión, como se ha apuntado antes, habría en efecto posibilitado obtener un puesto en el Consejo Político con unas pocas docenas de votos."
  • Newton 2010-03-01 17:17:22
    A lo mejor los calificativos de la Becerrix denominando a los críticos como pajilleros le viene de ver las pajas mentales de este impresentable que elucubra, como dice Ángel, con tanta ingesta de pastillas y fabadas de Casa Hortensia.Por cierto, nuestro amigo Guzman jamás penará lo suficiente el gravisimo pecado de haber descubierto ese templo del buen comer(Casa Hortensia) a semejante batracio. Por lo demás, me aburre CMG.
    • Jose Maria 2010-03-01 17:21:57
      O sea que ha sido Guzmi el que lo llevo alli, pues ese pecado lo ha cometido con muchos. Tendria gracia que un dia estuviesemos alli comiendo muchos herejes y apareciese por alli ?que pensais que haria?
      • Al 2010-03-01 17:43:07
        Pedir al dueño que los eche con amenazas variadas.
      • Bubo 2010-03-01 18:21:38
        La que se armaría con sólo abrir la boca 🙂
    • Maleni 2010-03-01 17:23:30
      Se lo descubriría cuando Guzmi ya no tendría idea de volverla a pisar, supongo.
  • Al 2010-03-01 17:40:27
    Es fantástico; Está claro, para que no nos fastidien el Congreso superdemocrático (la magna asamblea) los críticos con su golpe de mano estadístico debido a la visión local de los delegados, respondamos con la misma moneda. ¿En qué sentido? Asumiendo sin complejos que los representantes más significados de la alternativa mayoritaria deben orientar el voto de los delegados, rompiendo así la dispersión que es una característica congénita del voto espontáneo de estos. Sería de una irresponsabilidad manifiesta permitir que una minoría de cualquier pelaje se hiciera con el poder orgánico. Es decir, para que los arribistas (todo crítico es un ávido de poltrona) no prosperen los guillotinamos y listo. El fin justifica los medios y tal y tal. Frdo. Adolf Gorriarán, con un par. Y que viva la democracia imperfecta, que la otra es cosa de psicópatas.
  • Newton 2010-03-01 18:29:20
    Fue llevado a tan apetitoso lugar al principio de los tiempos, cuando ni existía UPyD como partido, sino recuerdo mal,cuando eramos esos ingenuos y cándidos ciudadanos que pensábamos que ellos y nosotros todos juntos íbamos a regenerar la democracia de este país.
  • octavio 2010-03-01 18:30:23
    Tras mi primera lectura del articulo de Carlos Martínez Gorriaran mi primera reacción ha sido la de intentar contener las arcadas . Logrado el objetivo lo he vuelto a releer mi enfado se tornaba en alegría.... Su escrito es un reconocimiento explicito de todos y cada uno de los abusos que hemos denunciado porque aunque comienza y termina con dos falacias, Esta es una reflexión de carácter general sobre dos concepciones acerca de la democracia interna en las organizaciones políticas –dos concepciones no solo distintas, sino enfrentadas, que conviven en UpyD convivencia y enfrentamiento son dos terminos dificilmente compatibles. En UPyD, si algo tenemos claro, es que no vamos a seguir ese camino. En ese partido lo unico claro es "lo que diga la rubia" y todo lo del medio es lo del tonto y la linde, no es menos cierto que “ quien quiera saber que lea”. Primer dato reconocido , la crisis y el descontento dentro del partido debe ser de órdago. Mayor y mas profunda de la que nosotros tenemos conocimiento. Segundo dato a tener en cuenta , se intenta justificar acciones antidemocráticas con la excusa de combatir otras acciones supuestamente antidemocráticas. No se niega la vulneración de derechos sino que se justifican en virtud del enemigo interno, es mas la vulneración de derechos en virtud de esa motivación ...se transforma en derecho “de la dirección”, derecho que se debe entender como exclusivo porque dirección no hay mas que una y a ti te encontré en la calle... Tercer dato... en contra de lo que indican algunos compañeros , este documento es oro puro y hay que darle la repercusion que se merece... yo ya he hecho una prueba en mi entorno mas cercano...le he pasado el comentario a alguien que desconocía quien había sido el perpretador de tal desfachatez, y le he pedido su opinión...os ruego que hagáis la misma prueba.... ¿Que te parece? he preguntado....respuesta..."que se trata de cuatro que quieren tener la cosa para ellos, que han hecho todo lo posible para quedarse con ella.... y que tienen claro que lo van ha seguir haciendo.." Por cierto , para este no solo somos batasunos , somos “baasistas”...o sea que nuestro localismo debe ser ...Iraqui.
    • Berenjena 2010-03-01 18:47:48
      Hola Octavio, me parecen muy acertados tus apuntes pero te comento. 1- A lo de que la crisis y el desconcierto en el partido deben ser de órdago. El goteo constante de afiliados que se dan de baja, de cargos que dejan sus funciones y de expedientados, es el resultado de esa crisis que hay en el partido. Crisis que trata de corregirse a golpe de expediente o por medio del KO por aburrimiento. Te aseguro que los que se van quedando y cada vez más pegados al sillón, esos no ponen un duda ni una sola palabra que diga Gorri. 2- Me parece que has dado en el clavo con que se trata de justificar esos movimientos tan sucios como respuestas a enemigos internos, pero enemigos que crean desde la propia dirección para refrendar sus propuestas. Es decir, primero crean al enemigo y luego dien : "Si no estás conmigo, eres de los otros". El afiliado como coartada y el que alza la mirada, cabeza de turco. 3- Me parece que los afiliados que queden dentro del partido y que fueran delegados en el Congreso, deberían tomarse el escrito de Gorri como una ofensa, ya que da a entender que hay que dirigirlos porque son poco más que meros pueblerinos. En fin, una concatenación de despropósitos, que bien refleja lo que es hoy UPyD. Una simple caricatura de lo que pretendió ser un día.
    • viejecita 2010-03-01 18:57:32
      Octavio: No puedo estar más de acuerdo contigo. Este artículo es como el alzamiento del velo ese, que usais los abogados. Es que se le nota todo. Pero todo...
    • Jose Maria 2010-03-01 19:12:59
      EStupendo analisis Cesar. Lo que si parece por este escrito es qeu la via de agua de la galera es muy grande y hay que agradecer a este Sr Martinez sus escritos son clarificadores de como se las traen en esa galera romana de esclavos.
    • Jesus 2010-03-01 19:17:48
      Dios santo, esta justificando la dictadura fascista en nombre de la democracia. Esto ni Hitler, ni Mussolini, al menos ellos tenian la verguenza torera de no llamar democracia a sus regímenes. A esto podriamos llamarlo democracia organica como al regimen de Franco. Aleja los dirigentes queridos por sus bases y les denomina arribistas y coloca a su gente (que no son arribistas, por supuesto) que son defensores del partido, ¿pero de que partido? Es evidente que del partido que quieren las bases no. Amañaron el Congreso y las elecciones a la territorial y ademas lo confiesan e intentan justificarlo con...para que no ganaran ellos, los criticos, sino nosotros que somos los adalides de la libertad y la democracia.
      • Berenjena 2010-03-01 19:24:03
        Yo creo que ese texto debería trascender a la opinión pública, para que vea la gente como se las gastan en UPyD.
      • Alegría 2010-03-01 20:18:31
        Pues después de leer este libelo a la democracia, además de asombrarme ante la falta de cordura de quien lo firma, me quedo con una especie de duda...¿Por qué o ante quién se está justificando Martínez?. Ni por asomo voy a pensar que ante los "críticos malos malísimos". Me parece que la alfombra se está empezando a mover.
      • octavio 2010-03-01 20:28:49
        Anda Alegria...que me parece que tienes razon... que esto no es para nosotros.
  • viejecita 2010-03-01 18:49:50
    Yo había leído en algún sitio que se medía el grado de Democracia de cualquier ente, o gobierno , o lo que fuera, por el trato que se diera en él a las minorías. Se ve que ese comentario estaba equivocado, puesto que en "el partido modelo de Democracia" a las minorías se las considera maléficas, y que hay que evitar que puedan tener el mínimo poder... Al menos, es lo que se desprende del escrito de CMG. Habrá que hacer lo que el protagonista de "El Cero y el Infinito", es decir, confesar que uno es culpable, de lo que le quieran acusar, y dejar que le castiguen. Menos mal que la Siberia cae un poco a desmano, y que por el momento al menos, en España no hay pena de muerte, ¡que si no!...
    • Jose Maria 2010-03-01 19:14:03
      Maria, es una forma de actuar leninista y como tal en cada pais actua como puede y le dejan, pero estos son los mimbres.
  • tmpd 2010-03-01 19:24:57
    La verdad es que me he aburrido a mitad del tal escrito de CMG; en cierto momento me parecía estar oyendo a Cantinflas (no sé si sois demasiado jóvenes para haber visto las primeras películas de Cantinflas que parecía que estaba dando un gran discurso en que no decía más que disparates y contradicciones). Estoy asombrada de la cara dura de este tipo
    • Ángel Soria 2010-03-01 20:05:02
      Cierto, tmpd, un cosa entre Cantinfla y aquel Ozores que mascullaba entre dientes algo inninteligible y acababa, invariablemente, diciendo aquello de "estadofederaldeintensidadtralará"
  • Jose Maria 2010-03-01 20:10:19
    Este escrito es para añadir a nuestro dossier de como se las gastan en la galera y para hacerlo circular por tierra, mar, aire e internete.
  • Juanjo 2010-03-01 20:43:09
    No dejan de sorprenderme estos personajes que se compran una espada de samurai y un quimono japonés y tienen la osadía de ir diciendo por ahí que son samuráis de pura cepa, luego incluso se atreven a hacer algunas piruetas con la espada y después de ver sus patéticas evoluciones por la pista, el personal no tiene más opción que descojonarse y despotricar del espécimen, entonces éste en su delirio paranoico ve en esas críticas a un ejército de enemigos enorme, cien mil o más y deduce que cuantos más le critican e insultan mejor lo está haciendo él. Ésta patética escena se da un muchos campos de la vida pero sobre todo es algo ya casi natural en la política, personajes que se apuntan a una organización política ondeando soflamas de regeneración democrática y “pá” demócrata quítate tú que me ponga yo, pero que a la hora de la verdad, es decir, cuando empiezan a evolucionar por la pista con sus aberrantes déficits democráticos, hacen el mayor de los ridículos y empiezan a coleccionar detractores, en la mayoría de los casos esos críticos suelen ser gente más íntegra y pulida democráticamente, a los que chirría oír como se califica a los que piensan diferente o discrepan como toxinas de las que hay que deshacerse, como se justifican actos injustos y poco equitativos con excusas como: éstas son las normas (no debatidas ni consensuadas por supuesto) y hay que cumplirlas, sin importar cuan democráticas o representativas sean las susodichas. Como entienden la democracia como una confrontación continua frente a los otros a los que hay que echar a toda costa, porque el poder es su tesoro. Pero lo más trágico es el escenario que rodea todo éste proceder, la política en nuestro país y por desgracia en todas partes se asemeja a una representación de teatro tradicional japonés pero hecha en Villa Tortas, la mayoría de los espectadores no la entienden, los actores son lo peorcito de la profesión y los que entienden y critican el bodrio al que asistimos todos, son expulsados del teatro por la nunca bien pagada Clá de turno. Se tercia una revolución, estos personajillos rancios y enmohecidos sobran desde hace ya demasiado tiempo, vamos a tener que abrir las ventanas para que corra el áire y huela por fin a algo fresco, al sutíl perfume que desprende el consenso y la democracia bien entendida, ojalá que nosotros lo podamos ver.
  • RAMÓN ÁNGEL 2010-03-01 22:53:36
    Solo un dato que a mi parecer desmonta todo el argumento esgrimido por Don Carlos. ¿Por qué no se contempló en el reglamento aprobado por el CP interino, la corrección del 75 % en la elección del Consejo Político tal y como se hizo en la elección de delegados? Para mí está clara la respuesta y no merece más comentario. Todo lo demás es un intento por mantener prietas las filas y tratar de justificar "cientificamente" un atropello a las más elementales normas democráticas ante los fieles.
  • Y otra más &laquo; JUAN ESPANYOL 2010-03-01 22:56:05
    [...] ciudadanos un mensaje común: UPyD, el partido de Rosa Díez (mi casa) además de un fraude, es un serio peligro para la propia [...]
  • José Carlos RL 2010-03-01 23:11:39
    En el Congreso no pudimos debatir, no hubo derecho a réplica, pero es gracioso ver como CMG crea a sus adversarios, expone sus supuestos argumentos, les responde, se da la réplica, y concluye. Pero yo me hice crítico, no por nada personal, sino al verlo actuar a él y a Pimentel manipulando y coaccionando a otros compañeros después de las elecciones gallegas, creando malos rollos entre nosotros y todo sin necesidad (ellos podían hacer lo que les diese la gana), pero no querían dar esa imagen, el resto fue tirar del hilo y comprobar sus actuaciones desde el principio. Y ahora quiero comentar otra actuación de la dirección a la que CMG no alude, pero que, no dudo, justificará por las mismas razones: Unos sabían en que comisión iban a estar y otros estábamos en la inopia Cuando comenzó el Congreso, y aún nadie conocía la comisión que se le había asignado, entraron una señoras que se sentaron a nuestro lado, una tenía en su mano sin disimulo un folio con unas supuestas listas, pensé que serían listas para el Consejo Político, me tome la libertad de pedirle el folio para echar un vistazo a las listas, como si fuese una cosa de lo más natural, mi sorpresa fue comprobar que no se trataban de listas al Consejo Político sino que eran las listas de los candidatos oficiales a las mesas de las diversas comisiones. Después un larga sesión (inauguración, elección de la Mesa del Congreso, y debate sobre la gestión del CD) cuando terminó se nos indicó que, al salir, podríamos ver las litas de los integrantes de las diversas comisiones que estaban expuestas en el exterior de la sala, y posteriormente cada uno debía acudir a su comisión para constituirla y elegir la mesa. Las candidaturas oficiales a las mesas de las diversas comisiones ya estaban en poder de los interesados al comienzo de la tarde, las otras candidaturas solo se pudieron proponer una vez que se supo en que comisión estaba cada uno, inmediatamente antes de que se constituyera la comisión y se votase la mesa.
    • Guzmi The Madriles 2010-03-02 00:24:32
      Jejeje... Qué cachondeo... Si cuando lo califico de espectáculo de la gitana y la cabra en realidad me quedo muy corto. Por lo menos con lo de la gitana y la cabra ves claramente lo que hay, sin trampa ni cartón. Pero esta tropa... Ya ves tú lo que va a regenerar semejante bochinche... Como no sea la nevera de su casa... Vaya, que con regeneradores como éstos, ¿qué falta te hacen degeneraos? Alucinante, José Carlos. No por más conocido menos alucinante. E imaginar al Savater diciendo aquello de "no puede ser un quítate tú para ponerme yo"... Pobres almas... Cómo se estropean las cabezas, ¿que no...?
    • Jose Maria 2010-03-02 10:46:16
      Jose Carlos y Guzmi, yo ya he contado varias veces, aqui tambien mas arriba, que en una reunion que hubo en la calle Orense una semana antes del Congreso, con la lista de los herejes y nuestras enmiendas se nos fue enviando a comisiones distintas a nuestras enmiendas. Alli estaba la Sra que luego estaba en la mesa del Congreso y que salio la tarde del Viernes con otro de la mesa para efectuar los encargos que la dieron en la Calle Orense el viernes de la semana anterior al Congreso. Y luego el impresentable y caradura del Sr Martinez en el pleno tuvo la desfachatez de decir que no queriamos defender nuestras propias enmiendas y nosotros sentaditos sin poder replicar. Es que da un asco.
  • Juan Espino 2010-03-02 01:29:24
    Alguien dijo que este individuo padece de serios escozores inguinales, no lo sé, pero eso daría carta de naturaleza a sus peculiares andares. El caso es que muy escocido debe andar también su cerebro para castigarnos con semejante ladrillazo, tratando de justificarnos como gran hallazgo su única y mísera conclusión final, su ocultado convencimiento, desde allá por 2007, de que para mangonear en un partido, éste no puede ser diferente: ¡PP, PSOE! ¡Quiero ser como vosotros!
  • Guzmi The Madriles 2010-03-02 03:43:58
    Auténticamente acongojante. Pavoroso. La plasmación expresa de lo que las mentes ingenuas y bienintencionadas se resistían a creer cuando la Descoordinadora de Madrid comenzó a desprender aquel sospechoso tufillo. Con gran tristeza he de entonar el "ya os lo dije": el problema jamás fueron Ramón o sus acólitos. Jojojo... Ya hubiésemos querido... Trepillas de este o aquel pelaje son consustanciales a todo colectivo humanoide, sea éste político, humorístico o incluso metafísico. The lamb´s mother o la mère de l´agneau siempre fue la parejita (habida cuenta de que numéricamente la cosa no llega ni a cúpula), que auspiciaba, fomentaba y/o promovía denodadamente semejantes prácticas y procedimientos. Teledirigía, si se quiere, a los ángeles de Charlie, en todo su infumable deambular. De ahí mis más que fundadas reservas ante esa eventual intercesión de la Madre Superiora, que ni en sueños habría podido producirse. Ahora, en la distancia, todo cobra macabro significado: "Por consiguiente, en procesos electorales parecidos al del Consejo Político nacional, la elaboración por la correspondiente dirección de listas recomendadas es no solo éticamente impecable, sino políticamente imprescindible para evitar resultados que además de antidemocráticos son gravemente desestabilizadores para la Organización." Como diría el otro: "venceréis, porque fuerza bruta os sobra, pero no convenceréis". ¿Cómo podrían haberlo hecho, si ni siquiera tuvieron cojones de contrastar sus delirios con argumentos? Alucinante la movida... Gano haciendo tongo y encima me enseñoreo gallardo y altanero. Le entrego el maletín al árbitro e inmortalizo el instante con chorro de flashes y sonrisa Profidén vistiéndolo de culmen del fair play... No me extraña que el menda progrese coleccionando enemigos... ¿De dónde has sacado esta joya, Plaza? A ver si alguno de los que estáis en contacto con los medios de comunicación conseguís que se hagan eco.
    • RAMÓN ÁNGEL 2010-03-02 09:33:43
      ¿Ramón o sus acolitos...?
      • Jesus 2010-03-02 12:53:08
        Se refiere a Ramon Marcos descoordinador de Madrid.
    • Jose Maria 2010-03-02 10:49:09
      Guzmi, Mikel nos lo aviso cuando se largo en Julio, Otros ilusos creiamos que podria haber solucion. Pero el mal estaba en las alturas en la porpia Sra Diez. Asi que, como le he dicho a un buen amigo nuestro por mail privado, lo menos importante es lo que pasaba en Madrid y lo que ha pasado a los amigos comunes de Madrid, el problema es que Upyd es un autentico fraude. Saludos
  • Alucina, vecina. Lo de ayer era la carta de presentación de la candidatura nº1 de Valencia &laquo; PlazaMoyua.org 2010-03-02 06:15:34
    [...] Ante el documento de ayer, Las incongruencias Gorriarán: el totalitarismo democrático [-->] [...]
  • Al 2010-03-02 10:03:28
    Y así culmina su trilogía Gorri, tras las exitosas "El lecho de Procustro" y "Las ratas del ciberespacio", redondeando una filosofía del poder estilo dictadura bananeropopulista, tan en boga en nuestros días. La coherencia de la obra, el perfecto seguimiento entre unas y otras partes, su claridad argumental o los buenos exquisitos y los malos tan malvados dando un toque de novela negra contribuyen para hacer de esta trilogía un best seller. Se rumorea que sea llevada al cine por Tarantino, que ha manifestado que Gollum podría ser el protagonista junto a De la Vega en el papel protagonista femenino, ya que ha decidido dedicarse al cine además de a la política.
  • ¡Libertad de expresión para Rosa Díez! &laquo; JUAN ESPANYOL 2010-03-05 17:01:14
    [...] Es la diferencia entre quienes creemos en la democracia y quienes para ellos solo es un instrumento de obtención del poder, del cual se desprenden y abominan una vez instalados en él. Sin embargo, como verdaderos demócratas, debemos defender los derechos de quienes incluso pueden llegar a ser un peligro para la democracia misma. [...]