Plazaeme preservado

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Los árboles tienen derechos, y el personal un colocón.

En circunstancias normales, si alguien empieza una campaña tratando de convencer a la ONU de que Los árboles tienen derechos, para que se adopte una Declaración Universal de Derechos del Planeta, basada en la idea de que “somos una sola vida, la vida es sagrada y el amor es el todo”, lo razonable sería pensar que se trata de algún hippie colocado con LSD, y un poco pasado de vueltas. [De un artículo de Nathalie Rothschild–>]

Pero eso era solo cuando pensábamos que el mundo progresaba hacia la razón, la libertad, y el bienestar generalizado. Hace tiempo que sabemos que la Nueva Edad Media llama a la puerta, con su añorado cargamento de irracionalidades. Religiones como la del cambio climático, ideologías de abracadabra como la Alianza de Civilizaciones, y Polly Higgins (en la foto) que propone en serio un nuevo paradigma legal con sus ecocidios y sus cosas arbóreas.

Y lo malo no es lo que Polly proponga, con la ayuda de la sustancia química que mejor le vaya, o incluso sin ayuda alguna. Lo malo es los que le escuchan. Por ejemplo, la ONU misma.

Polly Higgins is a international environmental lawyer, barrister and initiator of Planetary Rights. In November 2008 Polly was invited to address theUnited Nations on the call for a Universal Declaration of Planetary Rights, the 'hard law' to provide global governance and restoration for the planet at the UK & Northern Ireland conference on Climate Change. The initial rights presented are the right not to be polluted, the right to restorative justice and the freedom to a clean and healthy environment, which apply to all beings. [-->] [-->]
Y nosotros preocupados por un payaso de quinta fila como Zapatero, cuando lo que está en juego es la madre del cordero.

No cabe la menor duda de que Polly se define como progresista. Y no cabe la menor duda de que los demás que se definen como progresistas, consideran a Higgins una de los suyos. Pero conviene saber hacia donde puede progresar ese progresismo.

Los derechos no son de las personas, sino:

  • Del planeta
  • De los árboles
  • De las lenguas
  • De las etnias
  • De los territorios
  • De las civilizaciones
  • Del paisaje
De cualquier cosa, idea, o quimera, menos de usted y su libertad, querido lector. Y ese progresismo progresa hacia un mundo donde lo que cuenta son los nuevos dioses, las ideas grotescas, y las instituciones que definen el bienestar de tales prodigios. Progresamos hacia un mundo que ya conocimos, y que imaginábamos superado. Volvemos a la Edad Oscura, y a buen paso.

  • Butzer 2010-04-17 11:36:59
    La verdad es que esto asusta... Y claro, estamos atados de pies y manos.
  • ceratonia 2010-04-17 12:56:06
    No lo había pensado, parece mentira, parece increible, pero no estás desencaminado; una nueva Edad Media. La religión, el miedo, el castigo, las penitencias... Encaja todo. Y por qué nadie habla de "catástrofe ecológica" con lo del volcán ese (digo ecológica por el problemón que está ocasionando a la especie humana.¡Está alterando su comportamiento! Y nade dice de lo que estará soltando a la atmósfera ¿Sólo cenizas? Por cierto, qué delicados son los reactores de los aviones. Por cierto, ¿Alguien sabe cuántos volcanes hay en el mundo en erupción? ¨)
  • jazmin 2010-04-17 13:46:43
    Os cuelgo aquí este artículo, porque aunque parezca que no tiene que ver con el tema, tiene mucho que ver: La nueva Secta de lo Políticamente Correcto, sea ésta última, árboles, cambio climático, salvar a Garzones, antiracismo, etc etc. El caso es que bajo los más diversos temas, imponer el TOTALITARISMO, el no debatir sobre lo que den por hecho, imponer lo que está bien y mal...y unos pocos aprovecharse y mangar a tutiplen de la gran mayoría atónita ante la caradura de éstos pocos. Y no se nos olvide con la superioridad moral y "mirada por encima del hombro" que lo hacen a todo aquel que ose rebatirlo, con esa mirada de "odio" de eres "un facha" por no pensar igual, o "el estás defendiendo a las petroleras" de "Al Gore", o el de "eres un asesino del planeta" que se podría decir de esta chica con los árboles, o el de "eres un facha franquista" por no defender a Garzón....Pero que bien se lucran de todos los pobres "disidentes" a base de subvenciones, y de los pardillos que se lo creen a pies juntillas todo. ¿QUIEN VIGILA A LOS VIGILANTES? ("El Semanal Digital. Eduardo Arroyo) "El caso más paradigmático se ha dado en EE.UU., donde una asociación "antirracista" ha hecho caja a costa de aquellos a quienes, en teoría, debía defender." "Morris Dees, fundador de un importante lobby "antirracista", se lucró a través de aquellos a quienes debía proteger. Lo ha desvelado un periodista estadounidense de izquierdas." "En el curso de una discusión, un amigo "carlista" me recordó aquello de "menos Estado y más sociedad". Hoy, ese conocido eslogan es repetido incluso en ámbitos liberales. El inconveniente de copiar ideas que tienen más de un siglo es que a veces no sirven exactamente para los días que corren. En efecto, la frase de mi amigo contrapone dos campos aparentemente irreconciliables: el Estado y la "sociedad". Por los años en que nació la frase nadie reparó en que podían existir sociedades –de tipo económico- más fuertes que muchos Estados. Esto explica que los liberales pidan también "menos Estado y más sociedad" y dejen sorprendentemente al margen a entidades que operan por encima de los Estados y que deciden sobre las vidas de millones sin que nadie les controle. Pero lo económico no es el único ámbito desde el que el Estado-Nación se ve sobrepasado. De hecho el Estado se ve a menudo condicionado en el sombrío campo de la propaganda. La idea me viene a la cabeza por un artículo publicado en The American Conservative acerca de "la mafia de la tolerancia" y que lleva por subtítulo Who watches the hate watchers?" (¿Quién vigila a los que vigilan el odio?). La reflexión de su autor –W. James Antle III- no puede ser más oportuna en los días que vivimos. La idea es que, gracias a una hábil y oscura labor propagandística que ha convertido algunas palabras en verdaderos tótems, florecen organizaciones que, bajo propósitos supuestamente altruistas, explotan económicamente la situación. Antle denuncia el caso del Southern Poverty Law Center (SPLC), una ONG estadounidense que lucha en aquél país contra el "racismo" de una manera agresiva y, por cierto, también harto lucrativa. Su estrategia es tan descarada que el periodista de izquierdas Ken Silverstein, a favor de la inmigración sin restricciones y casado con una dominicana ilegal, ha concurrido a un panel de expertos convocado por el –anti-inmigración- Center of Inmigration Studies (CIS) para presentar un informe cuyo título es verdaderamente de por sí una terrible acusación: Inmigración y SPLC: cómo el SPLC inició una campaña difamatoria, sirvió a La Raza, manipuló la prensa y estafó a sus contribuyentes. Según Silverstein "el SPLC censura la libertad de expresión y el libre debate" aunque él mismo sostiene discrepar de las opiniones sobre la inmigración de sus anfitriones en el CIS. Estas actitudes, manifiestamente coherentes y honradas, no son raras en profesionales que contrastan ideas y datos y no eslóganes fáciles y mera propaganda. De hecho, Silverstein publicó hace diez años un trabajo, The church of Morris Dees –La iglesia de Morris Dees-, publicado en la prestigiosa editorial Harpers, sobre la vida del fundador del SPLC. Según su autor, Dees se había hecho rico presentándose como un defensor de la igualdad racial en contra de una marea creciente de odio. La estrategia consiste en definir el "odio" y el "racismo" de una manera tan difusa que la lista de sus promotores puede expandirse indefinidamente. ¿Les suena? La campaña difamatoria del SPLC alcanzó a últimos de 2007 a la Federation for American Inmigration Reform (FAIR) que fue designada por el SPLC como "hate group"; es decir, un grupo que se dedica a incitar al odio. Más aún, los eslóganes facilones inventados por el SPLC –como "¡detened el odio!"- pronto resonaron en otras organizaciones políticamente correctas como el grupo hispano extremista –y a menudo abiertamente racista- "La Raza", que empezó a utilizarlo también para sus ataques contra la FAIR. Sin embargo la cosa duró poco: Jerry Krammer, un reputado periodista miembro de FAIR y ganador del premio Pulitzer, denunció la estrategia de SPLC, destinada a practicar la intimidación y la censura de los discrepantes. Según Krammer, "la campaña de ¡detened el odio! podía haberse llamado más exactamente ¡detened el debate!´". Krammer denunció el progresivo enriquecimiento de la organización fundada por Dee, que a finales de 2008 recaudaba en donaciones casi 90.000 dólares al día y que contaba con un patrimonio de 174 millones de dólares, pese a que su curriculum real en defensa de los derechos civiles era más bien escaso. Numerosos periodistas de izquierdas dudaban acerca de la manera en que se labró ese patrimonio. Según Joann Wypijewski, "el odio vende, la pobreza no" y añade "por qué la organización continúa llevando en su nombre pobreza (o incluso ley) solo puede explicarse por la nostalgia o por una cínica manera de entender las posibilidades de marketing del complejo de culpabilidad de clase". Según explica Silverstein, en 1987, Dees ganó un pleito de 7 millones de dólares a una organización afín al Ku Klux Klan que había asesinado brutalmente a un joven negro. Según el Montgomery Advertiser, el SPLC "utilizó una campaña para recaudar fondos en todo el país a fin de crear la imagen de un KKK poderoso que poseía 7 millones de dólares" con los que resarcir a la madre de la víctima. Pero en realidad la anciana madre solo recibió 52.000 dólares, que tuvo que devolver en su mayoría al SPLC que le había realizado un préstamo. El fanatismo alcanzó su máxima cota cuando el SPLC acusó a Carol Swain, una profesora negra de la Universidad de Vanderbildt, de fomentar el "supremacismo blanco" por el mero hecho de haber estudiado el asunto desde un punto de vista académico y no económico o propagandístico. Todo este asunto da que pensar, dado que el SPLC es una de las ONGs "antirracistas" más poderosas de los EEUU y quizás del mundo. Sin embargo, autores como Silverstein y Krammer han demostrado que en realidad se dedica a la extorsión, merced a un trabajo propagandístico que hace de ciertas ideas y conceptos algo absolutamente inatacable. Su sola mención sitúa a los defensores de semejantes ideas fuera de cualquier duda racional. Cuando ellas llegan se acaba el debate y llega ese ritual en que cada interviniente pugna por ser el mayor defensor de las mismas. La cosa llega hasta el punto de que cualquiera que quiera tomar la palabra debe hacer antes profesión de fe mediante una especie de credo políticamente correcto: "Yo no soy racista, o machista, etc, pero…". Solo a partir de entonces la crítica puede escucharse, no sin antes haber examinado lo suficiente que el interlocutor acepta esa especie de idolatría laica sobre palabras que nadie definió pero que, sin embargo, han llegado para quedarse y para establecer exactamente cuales son los límites del discurso. Esto está tan establecido que, en nuestros días, no existe nada más lucrativo que consagrarse como sumo sacerdote de la corrección política. Esta nueva instancia, etérea y difusa pero sumamente poderosa, queda también al margen de esa dicotomía de la que hablábamos al principio –el "Estado" y la "sociedad". Con variantes apenas perceptibles se repite en todo el mundo occidental acerca de un sin fin de temas. Por ejemplo, y en el caso español, ¿quién dudaría acaso de que nuestro país está siendo azotado por una ola de machismo criminal? ¿Quién se atrevería a pensar que no existe un racismo agresivo y creciente? En el primer caso, el magistrado Francisco Serrano ha sido reconvenido por ciertos políticos "progresistas" –de esos que si no fuera por la política no sabrían qué hacer en la vida- por aportar datos que no convienen al ultrafeminismo. De lo segundo, mejor no hablar: desde el "skin" subnormal hasta el trabajador que piensa que en España hay demasiados inmigrantes, al menos una docena de medios están dispuestos a hacer tabla rasa de los dos. Siempre existirá un "observatorio" o una ONG –con fondos públicos- que haga las veces de policía de las ideas. Por si fuera poco, en el tan candente asunto de Garzón, ¿cómo puede ser que los falangistas sienten en el banquillo al vengador de todos los genocidios? ¿Cómo puede ser que alguien se niegue a investigar un verdadero genocidio? Ante estas preguntas solo cabe una respuesta unívoca y rotunda, so pena de ser cómplice de torturadores o asesinos, aunque quienes se muestren reticentes sean los mismísimos magistrados del Tribunal Supremo de una nación democrática. Obviamente, nada de esto es racional y cuando las cosas son tan oscuramente irracionales, debe emplearse la filosofía de la sospecha. Cabe preguntarse entonces, como decíamos al principio, quién vigila a los vigilantes. Porque, como se ha podido demostrar, bajo pretensiones supuestamente altruistas a menudo solo hay verdadera basura, esa basura de la época que nadie quiere ver." P.D.- ¡Queremos saber!. ¿Qué explotó en los trenes del 11-M?
  • Cathlyn Schizo 2010-04-17 14:13:19
    Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare, Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Si todo esto no es nuevo. Ya he visto algún documental de los lamas retirando las lombrices del terreno antes de construir una casa. Los testigos de Jehová no admiten las transfusiones. Más recientemente han llegado los besa-osos y abraza-árboles. Y ahora los anófeles y los estafilococos tienen derecho a la compasión. Fuera vacunas, fuera antibióticos, fuera fitosanitarios. No es nuevo. Y por la vía legal consiguen paralizar el avance de ciencia y técnica. Hay una queja generalizada entre los científicos. Lo que sí es nuevo (¿o no?) es que la ONU les dé cuerda para salirse con la suya. jazmín, detrás de cada causa noble siempre hay algún listillo dispuesto a llenarse los bolsillos. Pero la ONU... esto ya es vomitivo(me resultaría más fácil si pegases el enlace en vez del artículo entero 😉 )
  • viejecita 2010-04-17 14:55:10
    Pues yo soy una abraza-árboles convencida, y quiero que se cuide el agua, que no vaya mercurio al mar, a envenenar a los peces, y todas esas cosas. Pero siempre desde el punto de vista de las personas. - Que si cortamos los árboles grandes, llueve menos,(el otro día , no me acuerdo si era Ceratonia o FTW, explicaba que donde más llueve en España no es en Galicia, sino en un bosque de la provincia de Cadiz - perdón si lo he puesto mal ), el terreno se desbarata y se derrumban casas en laderas, no hay sombra en verano, ni madera, ni castañas, ni ruido de hojas, ni pájaros... Y que encima, si desaparecieran las selvas amazónicas, desaparecerían cantidades de plantas y hongos medicinales que se dan en las copas de los árboles de esas selvas. - Que si echamos mercurio al mar, y comemos pescado, nos acabaremos envenenando con el mercurio. - Que si contaminamos el agua, aunque nosotros tomemos agua mineral embotellada, también nos envenenaremos. En fin, razones para cuidar a los árboles, al aire, a los peces, al agua, sobran. Pero siempre para proteger nuestros derechos, y los de nuestros hijos y nietos . Que son nuestro patrimonio. Igual que La Giralda, o Las Meninas, y a ninguna persona sensata se le ocurriría decir que La Giralda, o Las Meninas tienen derechos. Pero cuidarlos, claro que hay que cuidarlos.
    • plazaeme 2010-04-17 15:01:34
      No se puede resumir mejor, V.
    • From the wilderness 2010-04-17 21:03:55
      . No fuí yo, Viejecita, pero es cierto. Ocurre en la Sierra de Grazalema, un sitio precioso para visitar. De los pocos bosques de tejos que quedan.
  • ceratonia 2010-04-17 22:33:42
    Fth, son pinsapos, abetos pinsapos