O por vergüenza, o por sinvergüenza.
¿Elecciones anticipadas?
--No entiendo bien el argumento. ¿Cual es la gracia de pedirle a Zapatero que convoque elecciones anticipadas? Es lo que le exigen los suyos a Rajoy, que se niega. Y lo que Rosa Díez, siempre muy atenta a esas sirenas, ha recogido de inmediato, a ver qué pilla. Pero, estrategias al margen, la cuestión es saber para qué sirve pedir eso.
Afortunadamente Zapatero no va a hacer caso. Porque imaginemos que convoca elecciones, y las gana. O no las pierde por lo bastante. ¿Nos suicidamos, o qué?
No, aquí lo que falta es esa institución de los sabios griegos que hemos olvidado rescatar: el ostracismo. No hay que pedirle a Zapatero que convoque elecciones, sino que dimita y se vaya. Por vergüenza, o en su defecto, por sinvergüenza.
Por vergüenza, por no haberla visto llegar. O por hacer como si no la veía llegar. Y por negarla cuando ya estaba. Y por disimular su gravedad cuando ya no podía ocultar su presencia. Y por cambiar, en plan pirueta, a la receta contraria después de haber tenido que reconocer la gravedad.
O es tonto e incapaz, o es un mentiroso de cuidado. No hay más. Pero da lo mismo. Los dos son motivos sobrados, ya llegados a este nivel de incapacidad o de mentira, para exigir que dimita por vergüenza torera. O si no, por sinvergüenza. Si fallara lo anterior.
Que elija (el motivo), pero que dimita.
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Zapatero, dimite
Y no vuelvas.Zapatero, dimite