La roja
Juan Espino
--Quede claro que no soy un forofo del fútbol, prefiero por lo general un partido de baloncesto o de tenis. Pero finales, europeos y munidales suelo verlos, siempre que no sea Coskuyurro-Fasso contra Islas Volcánicas del Pacífico Sur. Pero hay situaciones de las que no me puedo sustraer cuando parece algo evidente que, en el fondo –subliminalmente o no–, encierran una manipulación, o así me lo parece. Ya creo muy poco en las casualidades.
No sé si es fruto de la “normalización políticamente correcta” o de la gilipollez cretinácea imperante en gran parte de la sociedad española –ya me dirán cómo, si no, continúa en el desgobierno de España un iluminado irresponsable como Zapatero– pero, me temo que, los de la ceja, miembros y miembras, nos la han vuelto a colar.
No hay telediario, programa informativo, de deporte, sobre radio, prensa escrita o digital, televisión, etc. en el que no nos hayan “trileado” una vez más nuestro lenguaje y han acabado por imponernos “la Roja” por lo que no debería ser otra cosa que “la Española”, “la Selección Española” o todo lo más, “la Rojigualda” que tan mal no suena.
En realidad, lo primero que me vino a la cabeza cuando distraídamente oyendo la radio, oí decir “la Roja”, fue aDolores Ibárruri “la Pasionaria” o “la Roja”, quizás porque poco antes hablaban del Frente Popular durante la Guerra Civil. Tengo que reconocer que la primicia de comentar esto en público no la tengo yo, pues ayer en Onda Cero alguien realizó un comentario similar.
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También pensé en que si todo esto no sería, fruto de mis propias paranoias y que comienzo a sentirme agredido, hasta por la mirada más risueña del mundo. Así que ni corto ni perezoso, llamé a un viejo amigo, periodista versado en el mundo de los deportes y le solicité mayor información.
Al parecer, llamar “la Roja” a nuestra selección de fútbol, surge en el entorno SER - Cuatro, incorporándose inmediatamente la Sexta y posteriormente las demás emisoras y cadenas televisivas se dejaron arrastrar por la moda colada –pero no como la piña, sino por otro sitio– por esos “pioneros de la progresía”.
Sabedor de que siempre la izquierda ha sabido ganar la batalla de los medios, la publicidad y las consignas, y añadiéndole a esto la más razonable de las sospechas sobre las “intencionalidades” de los progenitores de la idea, la certeza de que “la Roja” forma parte de una conspiración más, en el país de las conspiraciones, para evitar decir “la Española”. No me siento paranoico por decirlo. Qué se me puede echar en cara en esta querida y vapuleada España, en la que aún nos sobran las razones para preguntarnos, y en asuntos muchos más graves:
- ¿Qué explotó en los cercanías?
- ¿En qué cajón guarda Garzón el sumario del Faisán?, etc.
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Porque inevitablemente arrastran otras imágenes como esta, aunque sean tristemente efímeras:
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Y me consta que ellos preferirían esta, … si pudieran:
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¿Exageración? Nada, monada. Para comenzar, en el próximo Mundial de Sudáfrica parece que desaparece de la equipación el pantalón negro –color fascistas donde los haya– para volver a implantar el azul, color, aunque usado en la época franquista –contra Franco vivíamos mejor–, que nos acerca más a la añorada 2ª República.
A poco que nos descuidemos el color del pantalón será claramente el morado. Y de ahí a que algunos gurús de los medios progres comience a llamar a la selección “la Repu”, … muy poco.
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Así que para mí, e invito a los demás a reivindicarla, nada de “la Roja”, seguirá siendo “la Española”. Además, recordémoslo “Es una aceituna como ninguna y está rellena de rica anchoa”.
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Original en el blog de Juan: