No nos mires únete
Es la nueva campaña desesperada de captación de pardillos que se les ha ocurrido en UPyD. Pelas, ¿sabes? Porque lo que han montado ha resultado ser un chiringuito o negociete. Y los afiliados de la primera ola se les han ido, o han dejado de pagarles el chollo. 240 euros al año no son moco de pavo si se trata de pasta por el morro. Y visto el truco, la tropa se ha abierto.
De los que quedan, todos quieren ser jefes, no indios. Así no puede funcionar, y la solución es encontrar nuevos pardillos. Cada mil engañados proporcionan como cinco sueldos de diputado.
Han parido un plan:
–
–
Hay que reconocerles la guasa. O la zapateresca caradura.
–
Como cuando Rosa Díez proclamaba con gran emotividad en los mítines que UPyD estaba para darle la voz al ciudadano. Muy bonito, ¿no? Y razonable en una democracia. Se pueden pagar 240 euros al año por eso, y aun más. Hasta que comprendes que se trata de darle la voz al ciudadano, sí; pero la voz (opinión) de Rosa Díez, no su propia opinión.
Son listillos, y juegan con las palabras. Cuando quieren pasta (afiliados), el estribillo de la canción va por la senda de “Darle la voz a la gente”, o “Los afiliados tienen la palabra”; cosas así. Pero cuando se trata del partido (ya estás dentro), la bella teoría es otra. Ahora se trata de un instrumento para llevar a cabo unas propuestas políticas por las que nadie te ha preguntado, y que además pueden cambiar en cualquier momento, con la misma nula intervención de tu opinión. Resulta que la “voz de la gente” solo sirve para dilucidar si el partido es un instrumento de Rosa Díez, o de Aparatchik Desconocido. Según la visión de un partido político del sabio de cabecera de UPyD, la democracia interna de los partidos consiste en la tensión entre “quítate tú para ponerme yo”, y “yo no me muevo que el chollo es mío”.
Nada nuevo, en realidad. Pasa exactamente lo mismo en los demás partidos, aunque hay que reconocer que lo disimulan mejor. La única diferencia, lo específico de UPyD es el precio. Posiblemente el más caro de mundo. Y es que estos sindicalistas de UPyD saben mucho de economía: si vamos a engañar a pocos, cobremos mucho. Parece que el cáculo les ha salido que el precio justo es:
- 12 veces más que el PP
- 5 veces más que el PSOE
–
Mikel Buesa lo explicaba bien ayer [–>]:
Cherchez la femme. Vamos a ver, si hacer una campaña mierdosa como la europea costó, según el Tribunal de Cuentas, medio millón de euros, ahora que van a tener que hacer unas catalanas, unas municipales, unas autonómicas y seguramente unas generales adelantadas, pues hará falta mucha pasta. Para conseguir esa pasta se puede ir a un banco y decirle a su presidente: mira, mis ingresos son de tanto y mis gastos de tanto otro; como ves, cada año me sobra tanto; y, por ello, si me prestas tanto te lo puedo devolver, incluso aunque no gane elecciones, en los cuatro años siguientes. Este era el planteamiento que, en su momento, hice yo en la sede del BBVA o en la de Caja Madrid, por ejemplo.
Pero ahora pongamos los múmeros: mis ingresos, incluidas subvenciones que si no gano en las generales van a desaparecer, son de 2 millones de euros; y mis gastos estructurales, con tanta sede y tanto asalariado para que haga la pelota, son de 1,7 millones. Me quedan 0,3. Como tengo tres u, seguramente, cuatro elecciones por delante, haciendo una camapaña de mierda necesito dos millones. En realidad, un poco más (pongamos que 2,5 millones) porque en la cuarta campaña me juego la reelección, que es lo más importante (pues lo que les pase a los candidatos a alcaldes o diputados autonómicos, en realidad, me la suda). O sea, que para devolver toda esa pasta, a 300.000 por año de excedente, necesito ocho años y pico. ¡Joder! la cuenta como que no me sale. ¡Si en ocho años habrá por lo menos 13 campañas más! ¡Oh Dios mío! ¡Necesito pedirle a mi primo el Arzobispo de Pamplona que haga una rogativa para que me lluevan los votos! (Y, de paso, el Estado laico que se vaya a tomar por … -¡Joder! se me van a cabrear los guays. ¡Y esto está lleno!-) ¿Qué hago? ¿qué hago?
Pues muy fácil, responde-el-sindicalista-metido-a-gerente-de-partido, buscar aotros dos o tres mil jilipollas que se afilien a 20 euros mensuales. ¿No te acuerdas de aquellos que se cayeron del gundo y se fueron? Pues ahora hacen falta otros tantos como ellos, pero que sean un poco más estúpidos y nos duren por lo menos cuatro años. Al fin y al cabo, Popotito, es lo que te queda para la jubilación.
--Actualización: Rocío, gamberrilla, nos manda esto: