Más multas, por favor.
La Guardia Civil está poniendo menos multas este verano, y Rubalcaba está mosca. ¡Más multas, por favor!
A don Alfredo no le ha preocupado resolver el caso de la ayuda por parte de algún policía de la cúpula al aparato de extorsión de ETA. No hay caso, no hay pruebas, no se sabe, no consta, no importa. El Faisán solo es un ave más o menos llamativa, como en su día el GAL no era más que un invento de periodistas cabritos. Y España lo que se merece es un gobierno que no nos mienta. Que no nos diga que se le han encontrado armas o bombas a ETA en una redada, cuando todo el mundo sabe que solo se trata de “un proyecto de zulo, que ETA tiene para guardar cosas”.
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Ese es el problema; el proyecto. Que las multas se quedan en proyectos de multa, y eso no rinde. No hace caja. Pero Ruby, que jamás miente, dice que no es por las pelas, sino por los accidentes. Que solo puede disminuir el número de accidentes si en número de multas se mantiene constante.
Curioso razonamiento. Ponemos multas para que los conductores se porten mejor, y eso lleve a menos accidentes. Pero si los conductores se portan mejor, todas las matemáticas dicen que debería disminuir el número de multas. ¿O no? Pues resulta que este señor, que jamás miente, es -según las crónicas- el más inteligente del gobierno. Debe ser para nota el trascurso de un consejo de ministros.
Pero a veces nos pasamos. No siempre son tan tontos como parecen. Por ejemplo el Zapa, con su propuesta de que el futuro de España es tan grande como no sé qué muñeco grande. Y yo creo que le han criticado mal, como si hubiera dicho una imbecilidad. El futuro no puede ser “grande”, y tal.
No es verdad. No se le puede pedir precisión en la expresión a quien no tienen precisión en el pensamiento, pero la idea de Pepe Luis ni iba tan descaminada. En una persona, o en un muñeco, grande y largo son sinónimos. Y el talento solo estaba tratando de decir que el futuro de España era largo –en vez de muy corto, por su culpa, como tanta gente empieza a pensar. ¿Qué, a que ahora si tiene lógica la chorrada del muñequito? Y es que también hay que saber entender a los cortitos. Son los más difíciles. Rubalcabra, sin ir más lejos.