El Partido de Rosa Díez también tiene primarias, y tampoco todo el monte es orgasmo.
A Carlos Martínez Gorriarán.
Hace tiempo que no hablábamos de ese personaje que ocupa la vicecúpula del partido de Rosa Díez, sin haberse presentado jamás a unas elecciones (salvo que por “presentarse” valga esconderse bajo las faldas de la lideresa, en una lista cerrada y bloqueada a cal y canto). Nos manda un lector un enlace a su blog, que por cloaca no pondré, donde se informa al populacho de la existencia de primarias en UPyD, desconocidas para el gran público. Parece que este genio de la comunicación no se da cuenta de que, tal y como lo pone él mismo, es mucho mejor que el público siga ignorando el esperpento que describe. Fundamentalmente el esperpento de cúpula de partido.
Moviola:
Europa Press (8 septiembre 2010):
El vicegenio, desde la cloaca, el 28 de septiembre:Pues bien, esto también nos puede pasar a nosotros porque, como decía Terencio, humanos somos y nada de lo humano nos es ajeno. También aquí existen activos partidarios de la dialéctica aparato-bases y también, como en el PSOE, esa retórica disimula un objetivo más castizo: quítate tú para ponerme yo (puesto que en el fondo todos somos iguales, nadie es mejor que nadie y lo mismo sirve cualquiera para un roto que para un descosido, freír una corbata o planchar un huevo).20 días exactos entre una propuesta y su perfecta contraria. ¿Qué pasa cuando la dirección ataca y descabalga al “otro” candidato como se ve en la cloaca? A saber; cualquier día vienen, y lo explican. Y nos hablan de lo de las pajas y las vigas en los ojos … de los demás. Como siempre, vamos.A la presunción de que determinados candidatos sean “paracaidistas de la dirección” cabe replicar que parece típica de los parasubidistas disfrazados de base. De personas que desean subir, aprovechando las primarias, hasta cargos públicos –de resultar elegidos- donde instalarse cómodamente como “representantes de las bases”, como si este no fuera un partido con un proyecto común y un programa único, y como si los representantes públicos no debieran ser siempre representantes de todos los ciudadanos, no sólo de sus votantes y no digamos ya sólo de su partido o, en el colmo del delirio, de una parte del mismo autoproclamado “las bases”.
Lo de “quítate tú para ponerme yo” es una copia del otro genio, el de exportación. Lo usó para desacreditar a la candidatura alternativa en el 1º Congreso de UPyD, aunque no se entiende bien qué descrédito es ese. Porque la contrapartida del argumento de que los contrarios solo proponen un “quítate tú para ponerme yo”, es que todo lo que yo defiendo es un “no me muevas, que ya estoy”. ¿Y por qué habría de ser una de las dos propuestas superior? Los sistemas presidencialistas suelen incluir la limitación de mandatos. Será que piensan que el cambio de corruptibles es bueno en sí mismo, puesto que al menos amplía la base de beneficiados por la mamandurria, y reparte juego. El razonamiento parece impecable, salvo cuando estás instalado en el machito, y te toca ahuecar. Entonces es cuando llega Aparatrix, el filósofo, a decirnos que aquellos a los que él puso en órbita para deshacerse de los que podían hacerle sombra (quítate tú, que pongo a otro menos peligroso para mis intereses de poder), ahora resultan ser cuervos.
Aparatrix, querido amigo; cuervos es lo que te has buscado, y eso es lo que tienes. No vengas ahora llorando; más bien, ajo y agua. Recuerda:
Todos los esfuerzos se dirigen a reforzar el monolitismo y a excluir a los disidentes, prioridad que a la larga redunda en el empobrecimiento intelectual de los cargos partidarios, cooptados entre la afiliación más sumisa y más ansiosa de disfrutar la carrera política que sólo el partido -el aparato- puede darle. Por eso la disparidad pública se entiende como una muestra dramática de división, nunca de un pluralismo no deseado, y por lo mismo se procura evitar que en los congresos del partido se presenten dos o más candidaturas a los órganos de gobierno. De ocurrir, la minoría derrotada sabe que tiene los días contados.Supongo que fue Gorriarán mismo el que le puso un nombre más que adecuado: selección negativa. Bautizó el fenómeno, y se puso a practicarlo con total desenfreno. Con tal ímpetu que recuerda el entusiasmo del converso. Aunque se discute mucho, cuando alguien ocasionalmente se acuerda de él, sobre si se trata de una conversión, o es que antes disimulaba muy bien, y con gran aplomo en el mentir.
Algunos tienen, según Gorri, la caradura de querer “subir”, aprovechando las primarias, como si este no fuera un partido con un proyecto común y un programa único. ¿Competencia de ideas, dices? ¿Competencia de personas para poder elegir la mejor? ¿Acaso has creído, pobre hombre, que un partido debe de “imitar al sistema democrático” [–>]? ¿Piensas que la constitución va en serio, o que “la democracia de los partidos políticos no es un asunto interno, sino un problema que afecta e interesa al conjunto de la sociedad” [–>]? Pues entonces no nos mires mucho.
No nos mires, únete. Buena idea esa propaganda de UPyD. Brillante. Mejor que el desavisado se una sin mirar. De otra forma lo de pillar pardillos parece crudo. Pero la gran suerte es que como UPyD desaparecerá antes de dejar de ser microbio (ni siquiera mosca cojonera), al menos nuestro querido vicecosa evitará que Pepiño sea descabalgado por el Gorri en el imaginario popular como paradigma moderno e hispano de Aparatrix Furibundix.
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Y pretenden que este es el partido destinado a regenerar la democracia, a dar voz a la gente, a coger a los políticos por las solapas, y a traer una nueva forma de hacer política. Más parece la guinda de esa payasada nacional llamada Zapaterilandia.