El periodista como corresponsable de la mentira política. César Vidal.
Por supuesto que no es Vidal el caso único, ni pretendo que el más señalado. Pero como no tengo por costumbre escuchar a políticos, ni casi a periodistas, este el único ejemplo reciente que tengo.
Se comprende que debe de haber cierto equilibrio entre las ganas del supuesto periodista de informar a su público, y las pocas ganas de ofender excesivamente al entrevistado. Puede que le interese no dañar a esa parte de espectro político, puede que no le guste hacer sangre en directo, puede que no se quiera quedar sin la posibilidad de hacer entrevistas en el futuro. Hay muchas razones posibles. Pero equilibrio quiere decir un poco para allí, y un poco para aquí; no “tó pa mi”. Y si un supuesto periodista entrevista a una Rosa Díez – de la que sabe de sobra que va a vender como mercancía principal la limpieza y la regeneración democrática, no puede no enterarse previamente de cómo va la doña con lo que vende. O, si se ha enterado, no puede no hacer un par de preguntas que sitúen a la audiencia en el contexto, sin necesidad de que la sangría sea demasiado obscena.
Ayer César Vidal optó por no atender ninguno de esos dos claros deberes del periodista con la información -vamos, con el periodismo. No tengo ni idea de si es costumbre, o es ad hoc. Nunca le había escuchado antes, y nunca le voy a escuchar después. Pero tampoco conviene señalar más de la cuenta. En un país donde la gente acepta sin estupor que los supuestos periodistas participen en algo que llaman “rueda de prensa”, pero donde no se admiten preguntas, pedirle peras al César parece excesivo. Lo que sí conviene es contextualizar un poco la Payasada Nacional. Porque es muy fácil protestar todos por los políticos que tenemos, porque dirigen y son los primeros beneficiarios del latrocinio, y respecto a uno mismo lavarse las manos y silbar - como si los políticos pudieran hacer lo que hacen sin la intervención y apoyo indirecto de los demás. Sin ruedas de prensa a pregunta prohibida, y sin entrevistas / altavoz de la mentira, los políticos no podrían funcionar como funcionan. Y sin una audiencia que acepta al altavoz de la mentira, los periodistas no podrían trabajar. Vivimos en una payasada, sí; pero probablemente tenemos lo que nos merecemos. O sea, Rosa Díez y Vidal.
Y ya en lo particular, resulta curiosa esta derecha mediática enfadada (con razón) con Mariano Rajoy. Especialmente el sector autodenominado liberal. Libertad Digital, Es Radio, Losantos, Vidal, et al. Me refiero a sus amores con el chiringuito de Rosa Díez, que representan más del 50% de la presencia de UPyD en los medios de comunicación. No sé, tal vez se han quedado a piñón fijo, desde que Alberto Recarte publicó un artículo en las pasadas elecciones generales, estudiando el programa económico de todos los partidos que concurrían. Su conclusión era que el programa de UPyD era el más liberal de todos. ¿No se han enterado de que aquello fue obra exclusiva de Mikel Buesa, y que Mikel Buesa ya no está en UPyD? ¿No saben que las propuestas actuales no tienen nada que ver? ¿Tampoco saben nada del Estado Federal de Intensidad Media Cooperativo (sic)? Pues no sé, podrían empezar a contemplar la posibilidad de la conveniencia de irse enterando.
Solo al arrimar el ascua a su sardina estuvo fino César Vidal. Y apuesto a que Díez - que por otra parte suele ser espabilada, no lo pilló. Cuando le hizo firmar con letras de fuego que bajo ningún concepto iba a decir antes de las elecciones con qué partido tenía más posibilidades de pactar, en caso de resultado favorable. La respuesta automatizada de Lorito fue la de siempre: nos interesa la política, no las siglas. Muy bueno, solo que se ahorra decir qué política. ¿El Estado Federal de Intensidad Media Cooperativo (sic), y Madrid como estadito federal que coopera con mediana intensidad? Es posible que ahí haya matado Vidal las posibilidades de UPyD de pillar cacho en Madrid. No me imagino a los rebotados del PP votando a UPyD para que gobierne el PSOE. Ni a los rebotados de Zapatero votando a Díez no se sabe para qué. Y fuera de Madrid, me temo que ni cacho, ni leches. ¿Andalucía? Pues más motivo para la importancia de la pregunta / estocada de César Vidal. Porque en Andalucía no hay Esperanza Aguirre, así que más importante parece no meter miedo a los enfadados con Rajoy, si hay más posibilidades de que te voten.