La igualdad de los perfectos mierdas
Igualdad, tú.
Han fracasado en todo, y no saben donde esconder a Zapatero. Su única solución es poner a las cloacas del estado al frente del cotarro, y cómo no, la chorrada de la igualdad. Y llorarle a ETA; por favor, por favor, dejadlo ya.
Debe ser la filosofía de la muñequita. Débil con el fuerte, y harpía con el débil. Mil sonrisas al gorila rojo, al coma andante, y al sátrapa del sur, acompañado de palos a las víctimas del terrorismo, o de las dictaduras. Y con los etarras, hacen ojitos. Ni media palabra para la mujer lapidada, o el homosexual decapitado; pero todo genuflexiones con los asesinos de masas. Esta filosofía muñequita tiene un icono:
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Quieren poder posar en fotos para los trapitos de Vogue, en las que quedan tan bien, y como finas, y poder fracasar en la política emprendida tanto como han fracasado, pero que sin embargo dé igual. Que nadie les venga a hablar de Golda Meir o Margaret Thatcher. Esas no valen; jugaron en un mundo en el que al matón y al abusón se le paran los pies, aunque lo tenga que hacer una mujer. Las muñequitas prefieren la casita de juguete; tan linda, tan pulcra. Tan como las cosas deben de ser.
Ahora quieren prohibir que los chicos jueguen a vaqueros. Si viviera, prohibirían a John Huston. Quieren que …
en cualquier actividad lúdica desarrollada en los citados Colegios de Educación Primariase eliminen estereotipos que mantengan los roles machistas y se introduzca el concepto de igualdad entre ambos sexosLos roles y actividades muñequita, en cambio, no serán prohibidos, sino ensalzados. Y ahora sabemos en qué consistía esa cosa tan extravagante de la iguadad. En evitar que nadie sueñe con que puede llegar la caballería a salvarle de la tiranía; y así, sin esperanza, que no se resista ningún jabato. Jamás.../…
casi todos los juegos y actividades de ocio están impregnados de violencia y sexismo
Lo que no saben las muñequitas es que su sociedad de la casita de juguete no tiene futuro, y ellas no van a poder ser las señoritas Rotenmeyer que quisieran. No podrán mantener todos los muñequitos y mantelitos, camitas y armaritos, en buen concierto y ordenados a su gusto. Porque llegará el dinosaurio, cualquiera de los que tanta sonrisa servil les provoca, y no habrá un esforzado que le frene. No existirá la fibra necesaria para ello. Tendrán, eso sí, la igualdad de las muñequitas … tiranizadas. Como en esos países que tanto ensalzan, y a los que hacen reverencias sin descansar. Y la tierra será del viento.
Ni siquiera a Franco o a los curas de entonces se les ocurría intervenir y reglar los juegos de los niños. Parece que los curas de ahora son más peligrosos. Y encima, sin disfraz, son más difíciles de prevenir.
¡Chapó, Pérez Reverte! Perfectos mierdas.