El derecho de secesión. Stéphane Dion.
Fresita Magenta
--El pasado lunes, día 15/Nov./2010, tuvo lugar en el Hotel Carlton de Bilbao una brillante conferencia impartida por Stéphane Dion sobre “El federalismo canadiense y las pretensiones secesionistas”
Stéphane Dion es el actual líder del Partido Liberal de Canadá. Es profesor en ciencias políticas y escritor. Fue Ministro de Medioambiente en el Gobierno federal de Canadá y participó activamente en los procesos políticos que dieron lugar, entre otras a la Ley de Claridad y a sentencias de la de la Corte Suprema de su país que han provocado ríos de tinta y aun están siendo estudiadas por los juristas internacionales sobre estas cuestiones de secesión, independencia, autodeterminación…
Sostiene Dion que los procesos de secesión unilateral y autodeterminación solo tienen sentido en el actual contexto internacional como sistema útil de resolución de conflictos entre antiguas colonias y sus antiguos colonizadores. Y solamente en esos casos. Cuándo recientemente se ha reconocido por algunos países el status de Kosovo, se ha hecho, dejando claro el carácter excepcional de la medida adoptada y la imposibilidad internacional de que alguien lo pueda tomar como modelo de referencia. ***
En este momento en el mundo existen unos 3.000 pueblos o etnias, que por sus características de idioma, raza, religión,… etc. podrían ser susceptibles de acceder a un proceso de secesión o de autodeterminación. El panorama sería sencillamente el de un mundo ingobernable.
Hay una característica esencial en los nacionalistas que en el mundo son: cada vez que pierden un Referendo o un “Derecho a Decidir” ya están preparando la siguiente convocatoria. Cuando lo ganan, se acabó. Ya no es posible tal reivindicación para nadie y menos en su propio territorio. Es significativo, que mientras los secesionistas de Quebec estaban reivindicando su derecho a la secesión, a sus propios territorios del norte de esta Provincia le estaban negando legitimidad para decidir sobre las mismas o parecida cuestiones (los Inuik, y alguna otra etnia de esa región, habían pensado que les iría mejor con más competencias propias para su gestión, que no con tanta dependencia del Gobierno “Centralista” de Quebec).
La Ley de Claridad fue aprobada en junio de 2000 por el Parlamento de Canadá, y básicamente propone, sin ambigüedad, que se puede hablar y discutir de todo en la forma de organización de un estado, pero con rigor y lealtad. Sobre todo lealtad y respeto a las posiciones de los demás. Viene a asegurar que en ningún caso es aceptable la unilateralidad y que los partidos de la secesión deben aclarar si quieren separarse o no. Si ustedes quieren la independencia, pregúntenlo. Y en cualquier caso la pregunta debe ser clara y directa. Y, por supuesto, la respuesta debe ser suficientemente mayoritaria para ser tomada en consideración (No valdría un resultado del 80% favorable… cuando solo han ejercido su derecho al voto el 40% del censo y sí podría aceptarse un 70%, cuando la participación ha sido próxima al 100%, por ejemplo). En fin, se entendería que la claridad necesaria es el primer paso, y en todo caso la lealtad se impone. Desde que existe esta Ley, parece que a los secesionistas se les han quitado las ganas de volver a intentarlo.
Una curiosidad final. Cuando el orador fue interpelado sobre su opinión respecto del Federalismo Cooperativo de Intensidad Media… educadamente de fue por los cerros de Úbeda y básicamente no respondió. Para qué meterse en líos de partiditos con nombre de mujer, pensaría acertadamente el señor Dion.