Plazaeme preservado

<< Posterior El PlanB: 2.500 millones para el árabe
Anterior >> Adelanto electoral?

Y ahora, el cura.

El nota tiene una voz y una oratoria muy elegantes. Dice mentiras, horriblemente patentes. Era de esperar. Por ejemplo, citando una frase de Obama de que aquél que lidere la economía “verde”, liderará la economía global, asegura que China es la líder en instalaciones energéticas verdes. Como si una frase de Obama sobre economía fuera algo digno de mención. Y que en China a la crisis financiera le llaman la crisis del Atlántico Norte. Muy listo, se olvida de decir que también es China la que mayor número de centrales térmicas de carbón está construyendo, y de largo.

[caption id=“attachment_15198” align=“aligncenter” width=“484” caption=“Consumo de carbón”][/caption]

 

Y centrales nucleares, que no se si le gustarán. Y es China la que más petróleo a futuro está comprando, arramplando con los mercados de Venezuela y Canadá -precisamente el menos "verde" de los petróleos. Tampoco es un detalle menor que buena parte de esa energía verde se la regalamos, vía tratados climáticos, y no son tontos para tirarla.

Y sin embargo, el nota no es ningún ignorante, y conoce aquello que no dice. Pero lo que no le conviene no entra en su bello discurso. Es el obispo de Liverpool.

Siendo cura, y calentólogo, no podía faltar el factor lacrimógeno. La experiencia personal de cómo a él mismo le han dicho los pobres paisanos en Bangla Desh, o en África, que a lo largo de sus vidas han podido apreciar el “cambio climático”. Y los furores de las sequías y las inundaciones. Lo que debe de demostrar, sin la menor de las dudas, que el hombre es el hombre pecador. Y es hacia esos pobres paisanos hacia los que se vuelve su corazón, con pena y con furor, cuando oye hablar a los escépticos desde el confort de sus vidas de ricos.

Flipante. Retórica elegante en la forma, y la más barata imaginable en el contenido. Solo faltaba el cura en la reunión.


  • Hilarión 2010-12-02 08:57:24
    Soy de la opinión de que estas declaraciones no son fruto de su condición de cura, sino más bien de su condición de tonto. Y tontos los hay en todas partes. Ya puestos en plan lacrimógeno, invitaría al personaje a que se diese una tourné por la China interior. Que, por ejemplo, viaje en tren de Henan a Shaanxi y descubriría que en las tripas de ese gigante de la "economía verde", poco hay de verde y mucho de color negro. Negro de... carbón.