El más grande
Hilarión
He propuesto al anfitrión publicar esta historia para descansar un poco del timo climático, de UPyD y hasta de los controladores. En ella trato de recordar algunas de las hazañas del para mí más grande chorizo nacional y que sin duda conocíais peroseguro que habíais olvidado. Chorizo este que haría palidecer de envidia a los de ahora(eso si supiesen de su existencia e historia,) y cuya historia nos proporciona más que interesantes enseñanzas sobre el latrocinio patrio y, por encima todo y por comparación, sobre la decadencia nacional. Porque otra cosa no, pero señorío y clase le sobraron a las hazañas del personaje. Tanto que hasta el latrocinio no debió de ser tal doloroso, como lo han sido los de cualquier Roldán.Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, V marqués de Denia, I marqués de Cea, sumiller de Corps y caballerizo mayor, se hizo adulador de Felipe III cuando este solo ostentaba los galones de príncipe heredero del entonces país más poderoso de la Tierray se aplicó con tal ahínco, que cuando este Felipe subió al trono le confirió el cargo más goloso de aquella corte: ¡el de valido! Y es que como el nuevo rey era de carácter débil y más dado a los rezos que a las cosas del estado, delegó la administración de este a su principal adulador, dándole plenos poderes e incluso el sello real para que no le molestase pasándole pragmáticas a la firma. El valido inmediatamente colocó a todos sus parientes y amigos; organizó un negocio de concesión, previo pago, de cargos públicos y títulos y, ya puestos, se auto-concedió el de duque de Lerma con grandeza de España (no vamos a andar con pequeñeces) y decían, y dicen, las malas lenguas que el tesoro público era como si fuese el suyo propio.
Fruslerías: eso lo vemos a diario se me dirá. Pues sí, pero es que el gran pelotazo estaba por llegar. Convencido por el valido, el 10 de enero de 1601 Felipe III ordenó trasladarla corte de Madrid a Valladolid. Valladolid no pudo absorber de repente la cantidadde personas regias y cortesanos que le cayeron encima, así que por las pocas casas que había a la venta se pedía un dineral. Y encima a la hora de comprarlas, incluido el palacio real, el personal se encontró con que todas pertenecían al de Lerma que las habíaido comprando discretamente antes del traslado El duque se forró pues, pero el negocio aun no era redondo. Le faltaba algo y este algo fue que, cinco años después, un comitéde comerciantes madrileños, que le tenían calado, se presentó ante él ofreciéndole una bolsa que contenía 250.000 ducados si retornaba de la corte a Madrid. El duque sopesó la bolsa, y como de Valladolid había sacado ya todas las plusvalías, la corte retornó a Madrid. Ahora sí que era un pelotazo redondo. Y vuelvo a lo de la decadencia ¿aguanta cualquier vulgar y tosca recalificación de terrenos la comparación con este genialpelotazo?
No solo fue genial en el trinque sino también en fabricar eso que ahora llaman “imagen”. El comando Rubalcaba no le llega ni a la altura de los escarpines. La historia del entierro de su mujer es buena muestra de ello y digna no digo ya del fallecido Berlanga, sino de cualquier Woody Allen, o Billy Wilder useño. Pero no la cuento porque me extendería mucho.
Y queda la guinda, su retirada, la cumbre del arte de la caradura. Obviamente se había ganado la enemiga de muchos cortesanos, incluido su propio hijo, y de un personaje muy poderoso: la reina consorte. Este grupo consiguió poner en conocimiento de Felipe las trapacerías del valido, pero hete aquí que cuando le convoca para ponerle las peras alcuarto, se le presenta vestido de cardenal, y es que oliéndose la tostada había solicitadola concesión del capelo cardenalicio al papa Pablo V, lo que le fue concedido aunque no sé por cuanto. Incluso para el rey de medio mundo era muy fuerte eso de ahorcar a un cardenal en la Plaza Mayor, así que se conformó con desterrarle a Lerma. Que alguien me diga qué politiquillo del siglo XXI sería capaz de una salida tan airosa.
El pueblo de Madrid cantó:
Por no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se vistió de colorado. Coplilla atribuida, como no, a D. Francisco de Quevedo, enemigo mortal del duque. Francamente ¿se hubiera molestado D. Francisco en escribirle una de sus corrosivas coplillas a un tipo como Roldán? Indudablemente hemos decaído mucho.
[caption id=“attachment_15414” align=“aligncenter” width=“324” caption=“Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, Grande de España, I duque de Lerma, V marqués de Denia, I marqués de Cea. Retrato de Pedro Pablo Rubens (Museo del Prado).”][/caption]