Los pulsos de Ruby
Dice Rubalcaba, El Veraz, que quien le hecha un pulso al estado, pierde. Y lo dice en relación a su estrategia contra los controladores.
Debe ser que esté confundiendo otra vez al estado con Ruby mismo, y así puede olvidar los diversos piratas y terroristas internacionales que no han perdido precisamente sus pulsos contra el estado español. Porque lo que pasa es que Rubalcaba tampoco perdió en esos pulsos, puesto que no tiene nada contra esos grupos, y la pasta del estado “no es de nadie”, según la popular filosofía PSOE.
Filosofía que va aumentando de ámbito, y ahora resulta que la pasta privada tampoco es de nadie, o no cuenta. De otra manera no se puede entender cómo mide Don Alfredo el estado de los pulsos. Mikel Buesa calcula en unos 700 M€ las pérdidas ocasionadas por el pollo de los controladores.
Es bien cierto que cualquier ministro de industria sensato, debe de planterase una lucha contra la capacidad de chantaje de los controladores. Pero puede hacerlo con inteligencia y paciencia, pensando en un éxito completo a cinco o diez años vista; o puede hacerlo al Pepiño modo, buscando un “ésito” ya, y como sea. La diferencia son esos 700 millones de euros (que divididos entre 2.000 controladores salen a 350.000 euros por controlador), y lo que hubiera sido necesario para no sacar de quicio a los chicos de las torres de control. Eso, y lo que te rondaré, porque este puso de Ruby no ha acabado. Hasta el momento, el victorioso “pulso” va saliendo a 350.000 por controlata.
Y es que hay “victorias del estado” que cuestan un potosí. Pero como eso les cuesta a los demás, para Ruby, y según la popular doctrina PSOE, son victorias. Hay que joderse.
Por cierto, al habar de controladores y su eficacia, y su posible sustitución, hay otro coste que nadie está mencionando. La hora de vuelo de un avión cuesta una barbaridad. Así que los controlatas no solo tienen que mantenerlos separados para que no choquen, y embocarlos hacia la pista, sino que además deben procurar hacerlo de forma que estén el menor tiempo posible volando. La diferencia, ya digo, es mucha pasta; y esa pasta sale del billete que pagas cuando viajas. Pero debe ser otra más de la sección “dinero de todos; dinero de nadie”.