La rebelión digital de las masas, dos cuestiones a debate
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Internet ha dado paso a nuevas formas de información, cooperación y protesta que se están desarrollando de forma espectacular. Wikileaks está siendo el detonante que estos días a arrastrado a la gente a enterarse de cómo hacer y a otros a ayudar a hacerlo.Ahora el ciudadano, anónimo o no puede hacerse oír desde su casa organizarse con otros y multiplicar su esfuerzo con facilidad. Y vaya si lo hacen.
Wikileaks ha supuesto un aldabonazo que está dando que hablar. Están desvelando el secreto que normalmente rodea la política y la diplomacia. Secretos que normalmente no son tales en tanto que conocidos en mayor menor medida, pero en que su revelación tiene el marchamo de estar contado por sus protagonistas, sin posibles invenciones. Y eso duele.
La reacción de aplastar a Assange, cerebrito y/o motor de la idea ha encendido los ánimos de la gente y ha comenzado una batalla en defensa de wikileaks
Desde blogs que simplifican el proceso hasta grupos de apoyo a la organización de protestas concretas como anonymus, el efecto se empieza a notar en los políticos. La derrota de la aprobación de la ley Sinde es una de ellas.
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Ambas cuestiones, el desvelar secretos, y la protesta cibernética, que ronda peligrosamente en el linchamiento popular, son peliagudas.
La protestas ahora dirigida contra estamentos oficiales y grandes corporaciones que se podrían calificar de pacíficas en un debate, podrían convertirse en violentas turbamultas dirigidas contra débiles adversarios, una pequeña empresa difícilmente podría sobrevivir al ataque continuado por mucho tiempo, no digamos blogs o webs personales.
Muchos asimilan en importancia a wikileaks con la famosa ley americana Freedom of Information Act, , mientras otros no ven si no intromisión en el derecho a la privacidad ajena. En todo caso la revelación de los tejemanejes de gobiernos y corporaciones es algo deseable no ya en USA si no en cualquier parte, podría parecer. Todo lo que estos organismos no puedan decir en voz alta y clara merece la pena ser escuchado aunque sea por lo bajines. Desde el pentágono al kremlin, pasando por todas partes. ¿O no podemos sobrevivir a la verdad?
La otra cuestión es mas difícil para mí; ¿Es legítimo el vandalismo cibernético, aunque sea por “una buena causa”? ¿no quitará razón a las reivindicaciones y justificarán futuros muros oficiales o privados?…si se pierden las formas se pierde la razón en gran medida.
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Edición original en Ca’n Al: