El cambio tranquilo
Pepo Millán
Cada día leemos más y más cosas de lo mal que lo estamos haciendo y del desastre en el que estamos, que si la economía va mal, que si la justicia no es independiente… Tienen razón los que denuncian esto. La cuestión es ¿Cómo lo cambiamos? Yo empiezo a estar cansado de críticas y de demandas que esto se cambia cambiando la Constitución. Quizás sea cierto pero no veo como se puede hacer esto. La Constitución (que creo que lo único que hay que cambiar en la constitución es el mecanismo de cambio de la propia Constitución) solo la cambiara un congreso de los diputados que realmente quiera cambiarla. Por tanto antes de intentar cambiar la Constitución tenemos que intentar cambiar a los diputados. Los diputados actuales son producto de una serie de limitaciones introducida durante la redacción de la Constitución y el diseño de la Ley Electoral pero además (y es bajo mi punto de vista lo más grave) por una interpretación interesada de la Ley Electoral. La Ley Electoral ya fue usada con fines perversos por Batasuna para usar la legalidad en contra del sistema democrático y fomentar el terrorismo. Hoy los partidos están usando la Ley Electoral para perpetuar su poder como organizaciones al margen de la voluntad de los ciudadanos. ¿Es la Ley Electoral culpable de una utilización torticera?No lo creo. Lo que tenemos que hacer es intentar utilizarla positivamente. La utilización de listas abiertas y de primaria no está prohibida. Lo que pasa es que a las cúpulas de poder de los partidos no les interesa. Por tanto la única herramienta con la que podemos contar es con una utilización positiva de la Ley Electoral. Buscar todos los huecos que nos permitan obtener unos candidatos realmente comprometidos con los ciudadanos. Y que efectivamente los ciudadanos puedan notar un cambio, aunque sea pequeño. Ese pequeño cambio será la grieta que rompa la vasija de la actual partitocrácia. Bastará que unos pocos ciudadanos comprueben lo que pueden hacer nuevos partidos y una nueva generación de políticos para que los demás ciudadanos quieran tener lo mismo. Si son los ciudadanos los que piden listas abiertas dentro de los partidos y listas abiertas para poder elegir “a los candidato” los partidos que no se adapten sucumbirán. Y desde luego algunas torres caerán y desaparecerán de la misma forma que se extinguieron los dinosaurios. Por eso nuestro compromiso es demostrar que el cambio se puede hacer y por esto es por lo que luchamos. Sin revoluciones ni peticiones imposibles.
Ese es el reto de las personas de DECISION CIUDADANA. Listas abiertas sin avales para la elección de los cargos del partido. Los cargos responden ante los militantes. Listas abiertas sin avales y con la posibilidad de incluir a independientes para la selección de los candidatos a cargos públicos. Primarias a dos vueltas para la elección de los cabezas de listas. Compromiso de respetar la voluntad popular negándose a pactar bipartitos o tripartitos que impidan que la opción más votada sea desplazada del poder.