La mayoría republicana de la Cámara le quiere quitar el clima a la NASA
Una de la sorpresas de la vaina de la alarma climática es la implicación de la NASA en el asunto. En USA ya hay muchas agencias que cuyo objeto de estudio es la meteorología y el clima, empezando por la NOAA. ¿Qué pinta ahí la NASA?
Probablemente es un asunto de oportunidad. El comienzo del alarmismo a nivel público fue la comparecencia de James Hansen en el congreso en verano 1988, con el famoso truco de averiar el aire acondicionado para achicharrar a los congresistas, de forma que recibieran el mensaje en un estado anímico adecuado. Hansen es el director del NASA Goddard Institute for Space Studies, y desde entonces la agencia recibe fondos ingentes para estudiar el clima, y para llevar uno de los registros históricos de cálculo de la temperatura global media del planeta. ¿Es extraño que siempre sea el registro más alarmista de los que hay? ¿Que siempre produzca más calentamiento que los otros, a base de ir enfriando poco a poco las temperaturas del pasado?
Ahora los republicanos están tratando de poner un poco de orden, y de ahorro en las cuentas públicas. Conviene recordar que deben buena parte de su buen resultado en las últimas elecciones al escepticismo en la cosa del clima. Y están pensando en recortar los gastos de la NASA, y en obligarle a que se dedique a lo suyo. A la investigación espacial, sobre todo tripulada. Y a obligarle a que saque las zarpas de la investigación del clima.
Si sale, será una gran noticia. El GISS es uno de los organismos más sesgados en este asunto, y Hansen hace tiempo que ha dejado de ser un científico para ser un activista político peligroso al que tienen que arrestar con frecuencia.
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