Intervención en Libia: crónica de un fracaso anunciado
Álvaro Ballesteros
En su blog [-->]:“It is their war. They are the ones who have to win it or lose it”.
John Fitzgerald Kennedy, 1963
Muy pocos son los analistas internacionales de peso que no coinciden en que la intervención franco-anglo-americana en Libia es ya a día de hoy un autentico fracaso, gracias al embrollo montado por el dúo Sarkozy-Cameron en la ONU, la OTAN y la UE, con el apoyo de nuestra triada capitolina patria: Zapatero-Jiménez-Chacón. Un fracaso tanto internacional que nos pasará muy pronto factura por la ineptitud de nuestros líderes para entender la realidad mundial y el precio de sus repetidas equivocaciones. Mientras la intervención occidental ha conducido a un estancamiento de las operaciones militares en Libia del que difícilmente se saldrá con una campaña aérea, los líderes internacionales que participan en la operación anti-Gadafi se han sumido de lleno en un torbellino de contradicciones y ocurrencias que claman al cielo.
Como siempre desde hace años, la España zapateríl es el ejemplo culmen de este ridículo clamoroso. Ninguneada en las citas internacionales, sin voz ni voto relevantes, Trinidad Jiménez se columpia de una posición a la contraria sin que se borre su sonrisa ni se le descoloque el peinado. La que se llenaba la boca al principio de la intervención occidental diciendo que la resolución de la ONU (que amparaba la acción en defensa de los civiles libios) no autorizaba el deponer a Gadafi, nos dice ahora sin despeinarse que los “aliados” seguirán bombardeando Libia hasta que Gadafi se vaya. Otra que no pinta ni copas de puertas afuera es la Sra. Chacón, cuya opinión en los círculos aliados es tan solicitada como la de Zapatero o Jiménez, a pesar de la considerable aportación de medios españoles a la operación. Echa uno de menos una buena batería de preguntas en el Congreso, que le hubiera borrado la sonrisa a la Ministra de Defensa cuando pedía el apoyo parlamentario para prolongar dos meses más la presencia de medios navales y aéreos españoles. ¿Por qué dos meses más? ¿Qué visos hay de que cambie la situación de aquí a dos meses? Y si Gadafi sigue en el poder dentro de dos meses, ¿cuál es el plan de la Ministra? ¿Seguir plegándose a lo que decida en París la administración Sarkozy? Con la actual crisis económica que azota a los españoles, ¿puede permitirse España el prolongar la misión de nuestros buques y cazas? ¿Sabe la ministra lo que nos va a costar la intervención en Libia? Se ve que hay crisis para todos menos para el gobierno.
Y agárrense que, con la que está cayendo, Trinidad Jiménez tiene el morro de decir públicamente que España ofrece “asesoramiento y asistencia” a las transiciones árabes. Precisamente el gobierno que ha dinamitado el legado de nuestra transición de los 70-80 con su esquizofrénico revisionismo histórico se atreve ahora a ofrecer “asesoramiento y asistencia” a las transiciones de otros países. Se queda uno tan mudo como al revisar lo que ha costado la ocurrencia de traer a Madrid a todos los embajadores españoles en los países árabes para que el dúo Jiménez-Chacón se haga la foto de turno para que parezca así que hace algo. No deja de ser curioso que la propia ONU haya anunciado hace poco que se decidía por el sistema de videoconferencias precisamente para reducir costes y no tener que seguir llevando a todo el mundo a Nueva York para mantener una reunión de alto nivel. En España, como siempre, se llegará a eso décadas después de que todo el mundo lo practique. Y es que está visto que lo de ahorrar no encaja con el progresismo de este gobierno.