Jueces, dados, y cortejos.
Algo habrá que comentar. Veo que ayer ardía Twitter, a cuenta del tribunal que llaman “Constitucional”. Pero yo no entiendo ni a los que alucinaban en colores, ni a los que aplaudían con las orejas, que los hay.
Déjense de vainas. Todo el mundo sabía el resultado, aunque nos hiciéramos los civilizados diciendo que no. Es más, si hubiéramos sabido los detalles del asunto - una previa con una sala de seis, y en caso de empate un pleno de once, no es que hubiera sido una quiniela fácil de acertar, es que era una quiniela anunciada. Nadie hubiera ganado dinero, ni un euro, por acertar dos combinaciones que en teoría tendrían una probabilidad ridículamente baja.
Imagina el esquema. No sabes nada de cada votante. Ni siquiera el nombre, salvo que sabes que hay un garbanzo negro, que está marcado. Son monedas, independientes, con la mismas posibilidades para la cara y la cruz. ¿Cual es la posibilidad de acertar lo que va a decir cada moneda, si tiras seis monedas? Reslutado: 0,016, redondeando al alza. Cada mil pruebas que hicieras, acertarías 16 veces. De cada mil apostantes, acertarían 16. En apuestas de un euro, al acertante le pagan 62. ni tan mal.
¿Y lo mismo, con 11 monedas? 0,0005, también al alza. Tendrías que jugar dos mil veces para acertar una. O sólo un jugador de cada dos mil sacaría bingo. Una fortuna; 2.000 euros por cada euro apostado. Y sin embargo han acertado prácticamente todos los apostantes, y la combinación no paga nada.
¿Cómo es posible? Pues sólo de una forma; el resultado de cada tirada es dependiente de algo, y resulta ser algo que apostadores conocen. El color de la moneda. Hay monedas rojas, y monedas azules; y un garbanzo negro. Las monedas rojas van a elegir el resultado favorito del gobierno, bien conocido. Y las azules, el de la oposición; también público y notorio. Y el garbanzo negro va a votar sentido común. Por eso sólo necesitas saber el color de cada moneda, y cual es el garbanzo, para acertar el resultado. De cien veces, cien.
Todo esto ya se sabía, y lo sabía todo dios. ¿Cual es el escándalo? ¿Qué van a buscar Faisán El Veraz y Zapatero cuando eligen un miembro para ese tribunal? ¡Pues un portavoz, qué caramba! Tampoco Rajoy, ni ningún otro que alcance la cúspide de un chiringuito político en España va a buscar algo diferente. Y, ocasionalmente hay algún error, un garbanzo. Pero el garbanzo se conocía, porque ya había cantado antes. Luego no es una quiniela; el resultado se sabe. y no hay nada que apostar.
Digo más. No es que se supiera esta quiniela. Antes de la aparición del enésimo nombre, para esta ocasión, de los elegidos por los asesinos, ya sabíamos que el primer nombre no era, y que el segundo sí. Y que la cosa saldría. Y que tendríamos en los ayuntamientos y pagaríamos a los que aprueban y aplauden el uso del asesinato como herramienta política (dicen que lo aplauden sólo hasta el momento, pero ya veremos).
Y ahora vendrán estudios profundos de las palabras de la sentencia. ¿Estamos locos? Votad, malditos. Pero luego no me vengáis con cara de sorpresa, ni con rasgones de vestiduras.
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Nota: No tiene nada que ver con este tema, pero me apetece precisarlo. No estoy de acuerdo con la tesis de Mayor Oreja. No necesariamente tiene que estar negociando el gobierno de Faisán El Veraz con ETA - aunque tampoco hay nada que pueda llevar a concluir lo contrario. Antes del polvo, está el cortejo; y no creo que haya datos conocidos para saber si estamos ya en la fase B, o todavía en la A. Y si fuera el segundo caso, conviene recordar que no todo cortejo tiene el mismo final. Con la intención no basta; y aunque la intención no ofrezca dudas, la hetaira tiene la última palabra. Pero todo empieza mirándose a los ojos.
¿Prostitucional? Eso le llaman. Pero es una tontería, o redundancia. ¿Qué otra cosa iba a ser el vigilante del prostíbulo? Lo que hace pervertido el sistema no es la canallada de que haya un tribunal (ejem) cuyos miembros están nombrados por la parte. Es al revés; el sistema pervertido crea un tribunal (ejem) así. Causa y efecto. Pero la gente en lugar de mirar el fuego, mira el dedo. ¡Que disfruten con la visión! Y cuando la cizaña lo haya invadido todo, que el último cierre la puerta.