La bicicleta oficial.
Ya que UPyD ha dado en la llaga del chocolate del loro con lo único que sabe hacer, gestos folclóricos, aprovechemos la circunstancia. Y sigamos el sabio consejo de Lao Tsé sobre la crítica constructiva, aportando soluciones. No está bien limitarse a pedir que les quiten sin más el coche oficial a los mamones; hay que proponer soluciones positivas al problema. Por tanto, propongo: bicicleta oficial.
¿Oficial?
Oficial, sí. Quiere decir que tienen que usarla, aunque no quieran. Y tiene un millón de ventajas y consecuencias maravillosas.Sirve de ejemplo. Lo políticos tienen que ser ejemplares. Tienen que ser la vanguardia de la sociedad que proponen, porque nada como el ejemplo para aprender. Y como están c0nvencidos de que hay que ahorrar gasolina, y también evitar emisiones de CO2, nada como que nos vayan enseñando el camino.
Da igual que luego estén un poco sudorosos en los plenos, y con una pinta como de aquella manera. Ya no tienen demasiado buena pinta por sí mismos, y si nos acostumbramos a verles en los actos oficiales en plan chirrindulari, y en la tele, la sociedad aborreagada seguirá el camino trazado, y se logrará un gran avance. Por lo menos un avance en el sentido de lo que ellos llaman avance, aunque normalmente piensan en los demás. Pues no; bicicleta oficial, y vanguardia por naipes.
Tiene otra ventaja, nada despreciable. Mens sana in corpore sano. Alguien que físicamente no pueda andar en bicicleta, difícilmente estará en condiciones físicas adecuadas para conducir la cosa pública. Y así, la bicicleta oficial sirve de elemento de mínimo control sobre el estado de salud de nuestros próceres.
Más ventajas. En cada plaza de estacionamiento oficial para un automóvil, caben perfectamente diez bicicletas oficiales. Así que con este cambio se liberan el 90% de las plazas de estacionamiento oficiales en las ciudades, que quedarán libres para los retrógrados que aun creen en la antigualla esa del automóvil. Y lo mismo respecto al tráfico.
También puede pasar que, una vez concienciados de lo beneficioso que resulta la idea de convertirlos en vanguardia, empiecen a pensarse las cosas un par de veces antes de proponerlas. No fuera a ser que les tocara.
Todo son ventajas.