¿Saldrán del armario los agujeros negros del 11M?
Así se llamaba la serie de Fernando Múgica, en El Mundo, a cuenta de los detalles incomprensibles de la investigación sobre el 11M: los agujeros negros. Y siete años después seguimos practicamete igual que cuando Múgica escribió los artículos:
- No sabemos el nombre de ninguno de los terroristas, salvo Jamal Zougam - que no se lo cree ni Faisán el Veraz.
- No sabemos qué pasó con los restos de los vagones que estallaron, ni por qué.
- No sabemos la composición real de los explosivos; aunque sí sabemos que al menos parte de los explosivos no tiene relación ni con Mina Conchita ni con los moritos.
- No sabemos donde fueron a parar, ni por qué, los montones y montones de restos de explosivos que recogieron los Tedax para analizar.
- No sabemos quién puso la Skoda Fabia en Alcalá de Henares, con ADN de suicidas de Leganés, después de los atentados.
- No sabemos por qué cuando van a analizar unos restos de explosivos de la Reanult Kangoo, llevan también como muestra a comparar un ejemplo de Goma 2 ECO, contaminada con Metenamina, que curiosamente coincide con lo que había en la furgoneta.
- No sabemos el significado de los suicidas o no suicidas de Leganés, pero no hay pruebas que los relacionen con los atentados del 11M.
- No sabemos de qué va la mochila de Vallecas, pero sí sabemos que no era como las de los vagones.
El último pasito, en Libertad Digital:
Al día siguiente de los atentados ya estaban destruyendo pruebas.