Días de higuera
Disculpas a la peña por la falta de caso y de actualización en los últimos tres días. A veces hay que subirse a la higuera, como el guerrero de los mil nombres se retira a la isla de Cocos. Pero no era por depresión ni nada parecido, porque perdida toda esperanza no queda gran cosa que hacer salvo observar las gracias del circo.
Aunque ya he bajado del árbol, no he tenido tiempo de aterrizar del todo, y no estoy al loro de las diversas indignaciones patrias, las novedades artificieras de los Tedax heterodoxos, o las precisiones sobre los momentos en los que procede / no procede de los indios de Faisán el Veraz. Demasiada tela en el show para estar recién llegado, y tal vez demasiado árbol para poder ver el bosque. Así que dejo esta especie de entrada abierta, de forma que cada cual pueda contar lo que ve. O lo que sea.
Mañana será otro día.