La eusko-lógica, en Baztán.
Aquellos alemanes románticos que querían hacer una nación a la altura de las grandes de Europa, necesitaban una justificación teórica, y se sacaron de la manga el volkgeist, la chorrada del carácter y la forma de pensar imprimida por una lengua, y otras muy convenientes maravillas. El asunto fue tan útil y convincente que produjo incluso a Hitler.
Nuestro sociópata pirado local, Sabino Arana, lo copió. Por el motivo contrario: en vez de para unificar una nación grande, para desmembrar la suya grande, en la que no pintaba nada, y hacerse una cosita local en la que tenía alguna oportunidad de ser alguien. Y así inventó que Franco (cuya existencia nunca conoció) nos había quitado un idioma marginal, contra nuestra voluntad, y con ello nuestra forma de ser, de pensar, de sentir, de vivir, y de existir.
Yo hasta ahora creía que la pamema era una mentira. Incluso estaba convencido de tener una prueba bastante irrefutable. Cójase aleatoriamente a diez ciudadanos de Bilbao que anden por la calle, y hágaseles una prueba oral en castellano (la única lengua común de todos ellos), para discernir cuáles tienen esa peculiar forma de pensar, sentir, etc, que dicen que proporciona el vascuence. Ni el más desinformado y atrevido de los nacionalistas a los que se lo he propuesto, se acerca siquiera a contemplar durante dos segundos la posibilidad de aceptar el reto.
Y sin embargo ahora cada día tengo más dudas. Algo parece tener el vascuence que produce una liberación tan fuerte de cualquier atadura con la lógica. Porque no se oyen, ni en todo el mundo ni en toda la historia de la humanidad, melonadas tan prodigiosas como las que deponen los defensores de la imposición del vascuence, para disculparla. La última ha sido en el municipio de Baztán, regido por ese nuevo partido del que, según el Prostitucional, no hay pruebas suficientes de que sea una delegación de los asesinos etarras. Han parido una ordenantza [–>], para forzar en la medida que pueden el uso del vascuence. Con una eusco-lógica de las de verdad:
1) "Históricamente el euskera ha sido la lengua propia de Baztan y actualmente también la lengua materna de la mayoría de baztandarras, así como la lengua de uso habitual."
2) "El Ayuntamiento de Baztan y la Junta General cuidarán especialmente el uso del euskera, teniendo el criterio de actuar a favor de dicha lengua, puesto que de las dos lenguas que son oficiales en el municipio, el euskera, a pesar de ser la lengua propia local, es la más débil en diferentes ámbitos sociales y necesita de una especial promoción, si se desea que su situación se iguale a la de la otra lengua oficial."
Y así, tan tranquilamente, los que viven, piensan, y sueñan en vascuence nos cuentan que la lengua habitual y mayoritaria tiene todavía que igualarse a "la otra", y hay que hacer un esfuerzo (imposición) para ello. El único posible desequilibrio contra el vascuence, según lo que exponen, ha de estar en eso de llaman "algunos ámbitos sociales". Y su idea de "igualdad", si el vascuence es mayoritario menos en algunos ámbitos, debe ser que sea "igualmente" mayoritario en todos los ámbitos. Sería flipante si no estuvieran tan poco preocupados por la civilización como para no molestarse ni en disimular:*) El objetivo es "garantizar los derechos lingüísticos de la ciudadanía y proteger y afianzar la identidad y el patrimonio cultural de Baztán".
Así que tenemos que los "derechos lingüísticos" de la ciudadanía consisten en corregir los ámbitos esos tan aberrantes, y con ello "afianzar" la identidad. ¡Cuidadito, que te afianzo! Probablemente Franco no lo hubiera hecho menos a lo bestia, pero apuesto a que hubiera usado las palabras, y la lógica, con algo más de propiedad. Y como cosas así las repiten todo el rato, empiezo a temer que los románticos tuvieran su punto de razón.–
Fuente, Libertad Digital