Indignado

Fresita Magenta

Ese día del año 1997, sábado, sé perfectamente donde me encontraba, como la mayoría de los ciudadanos en las fechas de acontecimientos que marcan tu vida. Estaba con mi hija Nahia, unos familiares y algunos compañeros más, en los Pirineos tratando de hacer cumbre en el Monte Perdido. Fue una magnífica y larga excursión que arrancó de mañana temprano y terminó hacia las 21:00 h. en el mismo punto: el aparcamiento, a la entrada del Parque Nacional de Ordesa.

Precioso día. Pero todo él estuvo marcado para algunos de nosotros por la angustia de la certeza de la indignidad a la que estos asesinos y sus adláteres estaban sometiendo, en esas horas, a Miguel Ángel Blanco y, a través de él, a toda la sociedad española.

Yo conocí a Miguel Ángel. Fue una relación corta, solo porque él trabajaba para una empresa de Ermua y Eibar (dirigida por un antiguo concejal de Batasuna de esta última población) con la que mi empresa mantenía alguna relación profesional. “Buenos días”, “hola cómo estás”, “hasta luego” y pocas cosas más nos intercambiamos por aquellos días. Miguel Ángel era un joven asesor con la carrera recién terminada y que tenía un despachito abajo, en la inmobiliaria que yo iba a visitar.

14 años ya… Era justo la edad de mi hija aquel sábado del mes de julio de 1.997. Toda una vida ha pasado para ella y para todos nosotros. Y ha dado sus frutos: hoy ella es una magnífica actriz, y yo soy abuelo de una preciosa criatura. Algunos obviamente, no han podido.

En aquel autobús –mientras nos acercábamos a Ordesa- casi todo el mundo pensaba que no serían capaces, que no se atreverían a cometer aquella bestialidad anunciada. Pero yo estaba seguro de lo contrario y así lo manifesté con reiteración. Al regreso del monte (12 horas andando por las maravillosas gradas de Soaso, la cola de caballo, el Refugio de Goriz, las cumbres, El Cilindro, la senda de los cazadores…) recibimos la noticia como Miguel Ángel los disparos: a bocajarro. Y la que allí mismo montamos algunos contra todos estos imbéciles útiles al nacionalismo, que empezaron –y ya no pudieron terminar tranquilos- aquella frase tan manida de “…que pena chica, a ver si se acaba “esto” de una vez…” fue tremenda. Los “buenos de remate” se fueron calientes a la cama esa noche.

Llegar a Bilbao e incorporarnos a las manifestaciones fue todo uno. Parecía que ahora no había sido en vano, que esta vez sí, que les teníamos -¡por fin!- arrinconados… Pero luego vino la historia… y lo jodio todo. El PNV se dio cuenta inmediatamente de que si aquella ola de dignidad que recorría Euskadi y España triunfaba, ellos desaparecían de la escena política, de que su miseria de tantos años apoyando terroristas y sus ideas por activa y por pasiva, se les terminaba; de que con la sangre caliente de Miguel Ángel se iba a borbotones su poder. Y maniobró con celeridad para desactivar aquella imparable riada de indignación. Pero no lo hizo solo. Algunos, como el PSE (Rosa Díez estaba entonces en el Gobierno Vasco), luego IU y por supuesto los grupos abertzales (“todos a una”) colaboraron activamente. Está todo en las hemerotecas.

Y ganaron. Vaya si ganaron. Pasó la tempestad y algunos respiraron tranquilos y aliviados… mientras conspiraban sin ningún tipo de vergüenza para excluir políticamente –entre otros, a los mismos que les ayudaban- de nuestra sociedad a más de la mitad de los vascos. Eran los pactos secretos de Lizarra que se cocinaron con ETA y PNV de protagonistas y rubricados, y los demás –la morralla habitual en estos documentos- de comparsas. En la firma de lo que se podía enseñar, participo IU (Madrazo) el 12 de septiembre de 1.998 en Estella (Hasta entonces Rosa Díez se mantuvo agarrada al carguito como una posesa -“jugáis con el pan de nuestros hijos”, les dijo a los que venían a convencerla de que se tenían que ir-, que ya no podían seguir un minuto más en el gobierno con aquellos miserables… pero esa es otra historia que también habrá que contar alguna vez).

Bueno, a Madrazo le salió bien su jugada de mamporrero del nacionalismo hasta hoy. Y ha dejado su estilo de buen negociador en la cuadrilla: el ejemplo más miserable y nauseabundo de lo que significa el estilo de hacer –servirse de- política de algunos hipócritas a los que todo vale con tal de poder engordar su cartera… Hoy lo tenemos todos un poco más claro ya, ¿no?

Y a los etarras y sus proyectos… Pues para qué seguir. Con Bildu-ETA en las instituciones, el Gobierno consintiendo y mirando para otro lado, Otegi - con un sarcasmo y una indecencia dignas de mejor causa- explicándonos a todos hoy mismo (¡14 años después de que él mismo se tuviera que esconder debajo de las piedras!), que la cárcel es muy dura (¿Y LA LOSA DE LA TUMBA DE MIGUEL ÁNGEL?) y por eso, solo por eso, homenajea a SUS asesinos; el “negociador” Brian Currin, mano a mano con Ibarretxe, también nos explican hoy aquello de “… y qué de malo hay en ello?”, que su Euskal Herria soñada es posible, que Otegi es un hombre de paz (¿os suena?), que en esta hora es imprescindible y debe estar en la calle… Y claro que todo ello es posible.

Como sigamos un solo minuto más en manos de toda esta gentuza, melifluos que desde el Gobierno de España miran para otro lado, tontos útiles y otras hierbas, claro que es posible. Lo extraño sería lo contrario.

Hoy llueve a mares por aquí. Mi recuerdo trágico de Miguel Ángel Blanco empezó en el Monte Perdido un día precioso. Si seguimos así lo perderemos todos, todo.