¿Solucionada la mayor mentira del IPCC? (hide the decline)
¿Y cual ha sido la solución? ¡Pues la que apuntaban los escépticos, cómo no!
Desde el punto de vista del relato, la diferencia entre la ciencia y los cuentos chinos está en el contraste. En los cuentos todos es blanco o negro, buenísimo o malísimo, y todo encaja y se explica a la perfección. Nunca hay un dato que contradiga, ni siquiera un poco, el guión. La ciencia es la técnica narrativa contraria. Presenta todos las datos que se tienen, y una buena parte de ellos no apunta en la dirección que marca el guión. Así que tienes una historia llena de matices, más difuminada - de menor contraste, y muchos grises entre el blanco rabioso y el negro profundo. Una historia para adultos, por resumir.
Antes de profundizar, la mejor manera de saber si estamos ante un cuento para niños o un relato para adultos es fijarse en esa diferencia de técnica narrativa. Por ejemplo, el cuento del IPCC sobre el calentamiento global por culpa del hombre pecador. Probablemente su icono más impactante, aquello que convenció y preocupó a más gente, fue el llamado “palo de hockey”. Aquel gráfico que mostraba unas temperaturas estables durante dos mil años, y de repente un subidón espectacular al final. Casi un estallido de calentamiento. ¿Quién es el guapo que no se acojona?
Un cuento del que se habían suprimido todos los matices de fris. Como resaltar que para hacer un gráfico así habían necesitado una operación, no sólo problemática, sino normalmente prohibida. Empalmar series de datos de origen diferente, que miden cosas diferentes. Como la anchura de los anillos de los árboles para las temperaturas hasta 2.000 años atrás y termómetros para los cien últimos años.
Usaron la disculpa de que habían calibrado muy bien las dos series de datos de origen diferente, y que la coincidencia era estupenda. Y ocultaron que la coincidencia era buena durante los primeros dos tercios de la parte común, pero espantosa durante el último tercio. A partir de 1.960, en la parte más alta de las temperaturas de termómetros, mientras estos subían espectacularmente, los anillos de los árboles marcaban lo contrarrio, un profundo descenso profundo de temperatura. ¿Eso es una buena calibración?
El argumento de los cuentistas del IPCC era que como sabían que las temperaturas habían subido en ese período, borraban las de los árboles, que sabían que estaban mal. El llamado hide the decline. Una imbecilidad para subnormales porque, si los árboles marcan mal con las temperaturas más altas en la época actual, ¿cómo sabes que no estaba pasando lo mismo en momentos de temperatura alta en el pasado, y los árboles marcaban mal también entonces? Todo el argumento de unas temperaturas actuales “sin precedentes” se basaba en un cuento chino.
La novedad es que acaba de salir un estudio que indica precisamente lo que parecía tan obvio. Los muchos grises matizados entre el blanco y el negro, y que no le puedes hacer caso al flautista que borra los datos incómodos. Resulta, según esta investigación, que (1) el tamaño de los anillos de los árboles depende de la temperatura y también de muchas otras cosas - y los sabían todos los botánicos- , y sobre todo que (2) tienen una temperatura que les da el máximo crecimiento, y crecen menos tanto por debajo como por encima de ese nivel. Luego lo que puedes sospechar son temperaturas como las actuales durante el llamado Óptimo Climático Medieval o Período Cálido Medieval. (Ahora pretenden llamarle Anomalía Climática Medieval).
¿Es un escándalo? No, no es un escándalo la novedad. Lo que era un escándalo era el cuento que nos estaban tratando de encalomar.