El hereje del clima, o la rídícula simplificación (ignorancia) del IPCC.
De nuevo un genial Willis Eschenbach en WUWT. El vaquero y marinero, científico y técnico autodidacta, con su filosófica (sabia) capacidad de enfocar un problema complejo con perspectiva.
Es muy difícil explicar con mayor claridad y agudeza, y con palabras más sencillas, la ridícula simplificación a la que ha llegado la ciencia del cambio climático en su empeño obsesivo por el CO2. Explica Willis que la idea de los muchachos del IPCC es tan mecanicista y tal lineal como las bolas en una mesa de billar.
En su núcleo está la creencia de que la ecuación que controla la evolución futura del clima es :
Cambio de Forzamiento de 3.7 watios/metro2 = 3°C de Cambio de Temperatura
Que también se puede escribir así:
∆T = λ ∆Q
Donde ∆Q es el cambio en el forzamiento, ∆T es el cambio en temperatura, y lambda (λ) es la "sensibilidad del clima" de 3°C / 3.7 w/m2 = 0.8 º C por cada watio/m2 de forzamiento adicional
Todo lo demás suponen que se promedia, dejando sólo esta relación. El ratio entre el forzamiento impuesto y es supuesto cambio de temperatura resultante lo suponen constante, y le llaman la "sensibilidad del clima". Hay mucha discusión sobre el valor de la sensibilidad del clima, que gira sobre si tiene una realimentación neta positiva o negativa, de cosas como las nubes y la humedad. Según la teoría prevalente y su ecuación, si la sensibilidad del clima es alta, un pequeño forzamiento causaría un gran cambio de temperatura, y viceversa.
Perfectamente presentado por Eschenbach porque, en efecto, lo único (casi) que se ve discutir ahora es eso. Tratando de medir esa sensibilidad desde satélites (Lindzen, Spencer, Dessler), o con proxis de temperaturas de los siglos pasados (árboles, hielos de los polos), o con proxis de temperaturas de millones de años atrás (sedimentos).El autor nos dice que él, respecto de ese planteamiento, no es ni escéptico, ni creyente, ni agnóstico, sino hereje. Porque cree que el paradigma dominante está completamente equivocado. No hay una sensibilidad del clima constante, sino estados preferentes, y pequeñas variaciones dentro de esos estados, hasta que el clima salta a otro estado. Curiosamente, recuerda mucho a las ideas sobre el caos en el clima de Tsonis [–>] [–>], pero desde una prespectiva completamente distinta.
En vez de mirar registros de temperatura global e índices climáticos, mira lo que ocurre realmente en el sitio por donde entra básicamente el calor en el sistema: los trópicos. Y describe cuatro estados que ocurren todos los días, o casi todos, en los que la sensibilidad de clima cambia de uno a otro, y de tal manera que no se puede promediar. Mañana temprana, horas centrales del día, tarde, y noche. No lo voy a contar entero, sólo quiero tentaros a que lo miréis. Pondré, como caramelo, los dibujos.
Primero, el artículo:
Y los santos:–
Una nota. Puede pensarse que Willis se limita a los trópicos, y que eso sólo es una parte. Pero es que es “la” parte. Resumiendo mucho, se puede pensar que a la tierra le entra el calor durante el día y por los trópicos (y el verano de las latitudes medias), y le sale por el resto de latitudes, y durante la noche por toda ella. El clima no es más que la circulación de ese calor. Y abundando en la idea de Eschenbach, en los 30 años que se mide la temperatura con satélites, los trópicos no se han calentado. Tampoco el hemisferio sur. Sólo las latitudes medias y polares del hemisferio norte, lo que resulta algo muy poco global.
Los datos del “calentamiento global” en los 30 años, de sur a norte [–>]:
- Sur Polar: -0,06ºC
- Sur Extratrópicos: +0,08ºC
- Trópicos: +0,07ºC
- Norte Extratrópicos: +0,27ºC
- Norte Polar: +o,48ºC