La educación como descerebramiento. Fernando J. López
Están muy exaltados los, llamémosles laicistas militantes, con la pesadez esa de la visita del jefe de los católicos. Bastante hay que aguantar a los que se alegran y se emocionan, como para tener que aguantar además a los que se cabrean. Y en el mundillo de la educación han resaltado mucho una entrada de un blog, que usan como ejemplo de la buena crítica del fastuoso evento. Es de un profesor de secundaria, y autor, llamado Fernando J. López, @Nando_J en Twitter:
No digo que no tenga puntos de razón en la crítica. Fundamentalmente la foto con la pancarta papista en la Consejería de Educación.Cierto, no es de recibo, y un organismo público no debería de implicarse así en estas movidas. Pero, ¡caramba!, tampoco es como para que vengan los salvadores del mundo a protestar como si estuvieran haciendo la revolución. Primero, porque la revolución se hace contra el poder, y la religión ya no es ningún poder en Occidente. Y segundo porque es completamente trivial. No son más que unos mantras identitarios, en los que no cree ni la mayoría de los teóricos practicantes. Se trata, muy al estilo secta, mucho más de un "ser" (católicos), que de un hacer. Sólo que en este caso es un "ser" que a la secta progre le jode. ¡Pues que se jodan, y no jodan!
Foto aparte, el alegre educador se explaya sobre los graves peligros y desmanes de la religión, y Aguirre, en Madrid. Dos argumentos. Uno, muy aceptable, sobre que la educación debería de estar libre de adoctrinamiento ideológico. Bueno, aceptable si el argumento no lo hace el sectario de turno, porque entonces tenemos el viejo problema de si se trata de eliminar el adoctrinamiento, o solamente el adoctrinamiento que no me gusta. Y lo complementa con una cosa tremenda sobre cierta privatización de algunos aspectos de la enseñanza, desviados hacia una empresa americana ... ¡¡ ultraliberal, de extrema derecha, y del Tea Party!! Tal cual.
Intento comunicar con el pollo para que me explique los problemas que veo en los argumentos.
1) Si la tesis es que los valores los deciden los representantes de los ciudadanos (© Zapatero), en Madrid tendrá que decidirlos Aguirre. Y si la tesis es que no los deciden los representantes de los ciudadanos, ¿quien los puede decidir salvo los ciudadanos mismos? Me lo explique, porfa.
2) Liberal y extrema derecha no casan, por motivos que me daría vergüenza tener que explicar a un profesor de secundaria. Y sobre extrema derecha y Tea Party , y liberalismo y Tea Party, me gustaría una explicación, porque no veo la forma de entenderlo.
Contesta con chorradas, que no son una respuesta. Se pueden ver en su blog
Lo que ya no se puede ver es que le señalo que no hay respuesta a los argumetos, sino sólo una opinión, o cuestión de gustos. No se puede ver porque lo censura, dando además la impresión de que no censura nada.
Esto sí que es una enseñanza, Fernando. Te he puesto unos argumentos como para niño de diez años, pero toda tu respuesta es que lo mío son:
- Tautologías (según opinas, no argumetas)
- Falta de conocimiento (opinas, no argumetas, ni muestras)
- Escasa formación política (opinas, no argumetas, ni muestras)
- Mal tono (como el tuyo)
- Te aburren.
¿Esa es una respuesta cuando te piden que expliques unas afirmaciones de tu artículo (ultraliberalismo y extrema derecha juntos; tus "valores de ciudadanía" sí, pero los valores de los católicos no)? Pues sí que vamos bien con esta escuela.
Por cierto, el adjetivo "opinativo" sí existe, salvo que creas que el castellano es una lengua muerta. Porque:
- Alguien lo ha inventado, y da lo mismo si piensas, equivocadamente, que soy yo.
- Se entiende a la primera
- Google da la friolera de 275.000 resultados.
Te recuerdo a Cortázar, que llamaba al diccionario de la Real Academia el "cementerio de palabras". Es genial el cuento en el que da clases de español a alumnos franceses, usando las crónicas taurinas de El País, y tirando de RAE.
Estos son nuestros laicos activistas, y enseñantes. No hay argumentos, ni razón, sino "ser". Y censura. Ser lo que toque, y la autoridad ordene. ¡Pero si esa era exactamente la misma propuesta de los curas cuando Franco! Esto es España y su historia. Uno pasa de ateo come curas, a ateo salva curas. Sin cambiar un ápice de mentalidad ni de motivación; la libertad. Sólo cambiamos de curas. O de collares a los mismos perros. Una de las dos Españas, etc. Pero para que funcione, es fundamental el descerebramiento que están llevando a cabo. Perdón; que siempre han llevado a cabo, los unos y los otros. --Actualización. El enseñante se entera, por Twitter, de mi respuesta aquí, bien visible, y no censurable. Y reacciona:
¿Queda algo más que decir? No parece.
--
Actualización II: Me temo que la cosa sigue. Por aquí: